El radar de vigilancia espacial S3TSR, diseñado y desarrollado por Indra, y que se encuentra instalado en la base militar de Morón de la Frontera, en Sevilla, se ha convertido en el primero en Europa que ha detectado los fragmentos del satélite indio que este país ha destruido voluntariamente con un misil balístico.
Muy pocos radares en el mundo son capaces de detectar eventos de este tipo. El radar detectó esta nube solo unas horas después de producirse el evento. En concreto, las primeras observaciones se produjeron a las 12:45 (hora local española), coincidiendo con la primera pasada de los objetos sobre la posición del radar, lo que demuestra su alta precisión y efectividad.
El sistema fue además el primero en Europa en generar trazas de estos objetos para poder establecer su trayectoria y predecir sus movimientos por si pudiesen suponer un riesgo para otros satélites. La primera versión operacional del radar S3TSR (S3TSR-DS) ha sido desarrollado por Indra, bajo supervisión técnica del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, mediante un contrato gestionado por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Su diseño modular y escalable permite ir mejorando progresivamente sus prestaciones y capacidades de detección, hasta llegar a conseguir una versión con capacidad de detectar objetos de unos pocos centímetros de diámetro a distancias de hasta 2.000 kilómetros.
India anunció el pasado miércoles 27 de marzo que la misión Shakti había sido todo un éxito y que había interceptado con un misil el satélite MICROSAT-R que lanzó al espacio unos días antes. Con ello ha pasado a formar parte, junto a EEUU, Rusia y China, del reducido club de países que cuentan con esta capacidad y ha reafirmado su posición como potencia espacial.
El radar desarrollado por Indra forma parte del sistema de vigilancia espacial español (S3T), también puesto en marcha por CDTI. Este sistema contribuye a que Europa disponga de capacidad propia para generar un catálogo de la basura espacial que orbita alrededor de nuestro planeta. Se calcula que actualmente hay más de 900.000 objetos de este tipo mayores de 1 cm, la mayoría de ellos sin control, y que representan un importante riesgo para la seguridad de nuevos lanzamientos, satélites en operación y la Estación Espacial Internacional y sus tripulantes.