El museo naval de San Fernando (Cádiz) cuenta con una nueva pieza, se trata de un helicóptero Bell 47G, medio pionero de la renacida aviación naval española, que en 1954 recibió las primeras unidades procedentes de los Estados Unidos. En 1939, tras el final de la Guerra Civil española, desapareció la Aeronáutica Naval, siendo sus escasos medios e instalaciones incorporadas al por entonces (octubre del 39) recién creado del Ejército del Aire.
Años después, con la firma del Convenio de Cooperación Militar y Económica con los Estados Unidos, el 26 de septiembre de 1953, se rompió el aislamiento de España y abrió una excelente oportunidad a las Fuerzas Armadas (FAS) españolas y a la Armada en concreto para renovarse, adquirir nuevas capacidades y recuperar otras como la aviación embarcada.
En ese contexto, y estando los helicópteros en pleno auge tras su papel en la Guerra de Corea, la empresa norteamericana Bell Helicopter Corporation, uno de los principales constructores de helicópteros norteamericanos, hacía una oferta a las FAS españoles, aceptada por el entonces ministro de Marina. Así, tras el correspondiente acuerdo del Consejo de Ministros, el Ministerio de Marina encargó tres helicópteros ligeros Bell 47.
Tras un curso en las instalaciones de la compañía Bell en el Estado de Tejas (Estados Unidos) llegan a España los primeros pilotos de helicópteros de la Marina, que conforman el embrión humano de los que es hoy la eficiente Flotilla de Aeronaves (FLOAN). Este primeros pilotos, junto algunos mecánicos, fueron enviados a la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), donde se emplazó la nueva unidad de helicópteros, denominada inicialmente "Grupo de Helicópteros“.
El día 1 de enero de 1954 llegan al puerto de Vigo los tres helicópteros adquiridos por la Armada que fueron montados en Marín por los dos mecánicos del Grupo de Helicópteros. Con los años el Ministerio de Marina incorporaría hasta 14 unidades de diferentes modelos de Bell 47G. Paralelamente el Grupo de Helicópteros pasaría a tener base en Rota (Cádiz), y desde el 6 de marzo de 1961 hasta su disolución en 30 de junio de 1987 tendría la denominación de Primera Escuadrilla, y el lema era “A todos enseñe a volar”.
Tras la disolución, la mayoría de los helicópteros fueron vendidos como chatarra, menos el protagonista de la historia, un Bell 47G-5 que en su última etapa llevo la matricula HE.7B-31 01-114. La aeronave quedó expuesta en las instalaciones de la escuela de Suboficiales de la Armada, en la localidad gaditana de San Fernando. Allí, durante décadas en el exterior, sufrió los rigores climáticos y sobre todo la alta salinidad de la localidad isleña. A finales de la pasada década la Armada decidió su restauración y lo retiró de su emplazamiento, ahora, tras finalizar los trabajosacaba de ser expuestos en una de las salas del referido museo de la Armada. En la imagen se aprecia que en los depósitos de combustible, sitos externamente en la parte superior justo detrás de la cabina, llevan el título de Marina, que se aplicaba en la época que existía el Ministerio de Marina, que desapareció tras integrarse en el de Defensa de España en julio de 1977.
Actualmente, se conservan diferentes antiguas aeronaves de la Armada, en la citada escuela de Suboficiales, la base naval de Rota y el museo del Aire, con las que sería muy interesante crear una instalación especifica museística que agrupe y conserve todos estos helicópteros y aviones.
Fotografía: El restaurado Bell 47G-5 ya está instalado en una sala del Museo Naval de San Fernando. (foto Armada)
La misma aeronave, fotografiada en 2017, se aprecia el acusado desgaste de la pintura. (foto Julio Maíz/defensa.com)