Las lecciones aprendidas de la guerra de Ucrania nos enseñan que los UAV (Unmaned Aerial Vehicles), vehículos aéreos no tripulados se están convirtiendo en armas omnipresentes en el campo de batalla y decisivas en el resultado de los combates.
El masivo empleo de drones y su probada eficacia en el conflicto entre Rusia y Ucrania han certificado la eficacia operativa de estos furtivos e implacables artefactos voladores. Las informaciones (incluyendo una gran cantidad de material gráfico: fotografías y videos) procedentes de la zona de guerra confirman que la realidad ha superado todas las expectativas.
De ello nos hemos ocupado en artículos publicados en defensa.com, como “King Dron, el rey de la batalla en Ucrania. El UAV como arma determinante”; “Así ha llevado el terror a las trincheras de Ucrania el ataque con drones: dron-fobia” o en el reportaje “Lancet, dron suicida ruso que está causando enormes pérdidas en las fuerzas acorazadas de Ucrania”.
Así, ya puede afirmarse que el dron se ha convertido en un arma decisiva en el campo de batalla, tanto a nivel estratégico como táctico. Ante esta incontestable evidencia, son cada vez más los países que ponen en marcha – o están en vías de hacerlo - programas para desarrollar estos sistemas de armas – relativamente baratos y enormemente eficaces – para poder contar con sus propias familias de drones.
Operador de control con terminal y antena responsable de dirigir el Q-SLAM-40 hasta su objetivo.
Loitering made in Spain
A nivel global son muchos las potencias que ya cuentan con sus propios diseños: China, Estados Unidos, Israel, Irán, Turquía, Rusia, Ucrania y otros que lo intentan: Azerbayán, Corea del Sur, Taiwan…. Sin embargo, en Europa el desarrollo de drones de combate parece haber sufrido un palmario descuido.
En este contexto, España que, en materia de defensa, suele llegar tarde a las iniciativas de investigación y desarrollo, ha tomado cierta ventaja sobre sus competidores europeos. La compañía Arquimea Aeroespace & Defence lleva varios años investigando y desarrollando un dron kamikaze (munición merodeadora o loitering) denominado Q-SLAM-40 (ArQuimea – Surgical Loitering Airborne Munition 40 mm). Aunque este primer producto es una versión relativamente ligera, su diseño y tecnología son válidos para convertirlo en el embrión de una familia de drones con distintas opciones, tanto en lo relativo a tamaño y carga como en cuanto a posibilidades de empleo.
Dispositivo de lanzamiento, un sistema neumático proporciona la energía inicial para comenzar el vuelo.
Q-SLAM-40
El Q-SLAM-40 es un dron kamikaze ligero que se transporta y maneja con un equipo de dos militares: operador de control y operador de lanzamiento. El sistema completo tiene un peso de tan solo 28 kg por lo que puede transportarse en dos mochilas diseñadas al efecto: la una para la estación de control y el lanzador y la otra para tres aparatos. El sistema a su vez se divide en tres subsistemas: plataforma aérea, estación de control y lanzador.
Plataforma aérea. Se trata de un dron equipado con los correspondientes sistemas de navegación y propulsión que además va armado con una cabeza de guerra. El aparato tiene un fuselaje compuesto por dos alas de igual tamaño que se sitúan en la parte superior de la proa e inferior de la popa (las alas permanecen plegadas durante el transporte y se despliegan automáticamente cuando se efectúa el lanzamiento).
Un pequeño motor eléctrico en la popa proporciona el empuje necesario para el vuelo. El sistema de navegación es mixto, con sensores inerciales que proporciona fiabilidad en la trayectoria y con un sistema de video HD que transmite imágenes en tiempo real. La cabeza de guerra consta de dos elementos: una granada explosiva 40L70 pre-fragmentada y una espoleta electrónica de alta seguridad.
Estación de control. Es el subsistema que permite operar todas las funcionalidades del dispositivo: vuelo, información y ataque. Consta de dos componentes: un terminal de control y una antena de comunicaciones. El terminal (tipo “Tablet”) es muy simple: una pantalla con una serie de comandos que permiten un fácil e intuitivo manejo. La antena ha sido especialmente diseñada para asegurar la transmisión de datos a las distancias requeridas con una alta resistencia a las contramedidas electrónicas. Hay que señalar que el operador siempre mantiene el control del vuelo, armado y desarmado de la espoleta, aproximación al objetivo, ataque e incluso la autodestrucción del dron si se decide que la misión ha de ser abortada.
Lanzador. Ligero, de fácil transporte y rápido asentamiento, permite el despegue de la plataforma aérea en cualquier circunstancia. Un sistema neumático (émbolo y válvulas electrónicas) proporciona la energía necesaria para lanzar el aparato que inmediatamente despliega sus alas y activa el motor para, una vez en el aire, iniciar la fase de vuelo controlado.
Q-SLAM-40. Detalle del fuselaje plegable.
Pruebas finales
Según la información a que hemos tenido acceso, el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) lleva tiempo realizando satisfactorias pruebas para la certificación del aparato. En una de estas pruebas se efectuaron varias grabaciones donde pudo comprobarse que el Q-SLAM, por su factura y forma de operar, es muy similar a los sistemas que, con gran eficacia, se están empleando en la guerra de Ucrania.
En el video 1 el dron explosiona por impacto directo mientras que en el video 2 la detonación se produce por control remoto a corta distancia del objetivo (ver videos a pie de artículo). Según la información que obra en nuestro poder el Q-SLAM ya está en fase de producción y según parece este diseño, cien por cien nacional y vanguardia europea en este campo, está suscitando un gran interés entre algunos de nuestros socios y aliados.