(defensa.com) El Remolcador ATF-66 “Galvarino” de la Armada de Chile zarpó el 11 de noviembre desde Punta Arenas hacia la Antártica para comenzar el primer período de esta patrulla, reconocida internacionalmente como la única capaz de desarrollar tareas de búsqueda y salvamento, como también el control de la contaminación en caso de un accidente marítimo.
El Comandante del “Galvarino”, Capitán de Corbeta Alberto Guerrero, destacó que “la unidad tendrá además la labor de brindar el apoyo logístico a las bases chilenas en la Antártica, trasladando tanto el material como el personal, junto con efectuar el mantenimiento a una cantidad importante de la señalización marítima del área”.
La Patrulla estará dividida en cuatro períodos que se desarrollarán en forma alternada y durante un mes por este buque y el Aviso “Suboficial Castillo”, remolcador perteneciente a la Armada Argentina. En cada relevo de estos, se efectuarán ejercicios conjuntos e intercambios de oficiales en ambas unidades.
El Teniente Navío Guillermo Zerdán, Segundo Comandante del Aviso “Alférez Sobral” de Argentina, participará en esta primera fase como “Observador Antártico”, debiendo integrarse a la dotación chilena para ampliar los conocimientos en materia de navegación y estrechar lazos de camaradería.
Desde hace diecisiete años se efectúa la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC), el operativo que realizan las Armadas de Argentina y Chile en conjunto, destinado a prevenir emergencias en aguas antárticas durante la época estival.
Los orígenes de la PANC se remontan al año 1998, cuando los Gobiernos de Chile y Argentina acordaron realizar actividades vinculadas, participando en forma integrada y alternada en la Antártica, en el marco de lo establecido en el Convenio Internacional sobre Búsqueda y Salvamento Marítimo del año 1979.