Entrenadores para las Fuerzas Aéreas de América Latina
Revista Defensa nº 438 (octubre 2014), Javier Bonilla
FONDO DOCUMENTAL DE DEFENSA, 6 de enero de 2016
Desde el clásico Beechcraft “Mentor”, el T-34B, recientemente desprogramado por Argentina, el T-34C (sobreviviente en las aviaciones navales de Uruguay, Argentina, Perú y Ecuador), los raros Il-103 del Ejército peruano, los novedosos Novaer TX-C, posibles substitutos de los Neiva T-25 en la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), hasta el solitario T-67 “Firefly” de Belice, los Lancair modificados en Colombia, los Zlin L-242 peruanos o los que se unen a los “Redigo” aeronavales mexicanos, los Maule MT-7-235 del Ejército Ecuatoriano, los MT-7-180 hondureños o los PZL M-26 de la Guardia Nacional venezolana, el espectro de entrenadores presentes en Iberoamérica es más amplio y heterogéneo que el inicialmente imaginable. Un verdadero mosaico.
Algunos, como el ENAER T-35 Pillán chileno o el italiano SF-260, extienden su presencia en diversos puntos cardinales. Otros, como el motoplaneador AMT-200S brasileño, permanecen como único ejemplar de su serie en una sola Fuerza Aérea, en este caso la dominicana, que instrumenta el resto del aprendizaje en los Pillán y cuyo máximo vector de combate es el Super Tucano. Los austriacos de Diamond, por su parte, en versiones mono o bimotor –desde el DA-20 hasta el DA-42– se abren paso en Bolivia, Ecuador –después de volar el alumno en el clásico Cessna 150 Aerobat–, Jamaica y Venezuela, al tiempo en que también ingresan en escuelas de aviación privadas. Foto: KT-1P, revolución coreana en las Américas Cuba aún (como único usuario continental) utiliza el checo Zlin 326 desde hace más de medio siglo. Esa larga vida útil...
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