En el año 2011 la Fuerza Aérea Colombina crea el grupo acrobático Arpía 51, perteneciente al Grupo de Combate 51 con sede en el Comando Aéreo de Combate Nº 5 en el aeropuerto de Rionegro, Antioquia (Colombia), donde opera el Escuadrón de Operaciones Especiales 511 dotado con los helicópteros Sikorsky AH-60L Arpía.
Para la presentación de las Arpías 51 en los eventos aeronáuticos, nada es dejado al azar, los miembros del equipo se preparan durante 3 meses previos a la realización del evento con la finalidad de ejecutar un espectáculo que no estime en las medidas de seguridad y que resulte muy llamativo, demostrando las capacidades del binomio hombre-maquina, dejando por sentado el buen performance de las Arpías y el alto nivel de preparación de sus tripulaciones.
Cabe resaltar que Colombia posee en sus fuerzas armadas el mayor número de Black Hawks de Iberoamérica adquiriendo las primeras unidades en 1988, estando muy activas desde su incorporación en combate real y operaciones antinarcóticos.
Los Sikorsky AH-60L son helicópteros de gran potencia y pesados debido al numeroso armamento para las funciones de ataque a tierra, de manera que, para ejecutar las maniobras acrobáticas, estas naves deben ser modificadas, entre otras, reducción de peso, remoción de armamento, contrapesos, el FMS, el FLIR, la configuración interna del mismo, y las placas de blindaje.
Las maniobras las ejecutan dos aeronaves ocupadas por cuatro tripulantes cada una, compuesta por dos oficiales pilotos y dos suboficiales técnicos. Cada uno de ellos ingresa al equipo a través de un proceso de selección que incluye exámenes psicológicos.
Los oficiales que vuelan los dos helicópteros son pilotos al mando del Arpía. Para pasar de copiloto a piloto al mando, cada uno debe estar al menos en dos exhibiciones para conocer a profundidad las maniobras y las voces de mando para ser ejecutadas.
Las funciones de los suboficiales técnicos que vuelan en cada demostración tienen como función velar el buen funcionamiento de los helicópteros y además, brindan apoyo visual vital durante las maniobras en formación.
Es harto conocido que los helicópteros son inestables por naturaleza, por lo tanto, el control de vuelo debe ser muy cuidadoso. Las Arpías realizan durante su demostración una variedad de maniobras, iniciándose con un acercamiento a la tribuna para ejecutar un Saludo individual por cada aeronave en vuelo estacionario, inclinado el eje de cada helicóptero hacia adelante y hacia atrás.
Prosiguen girando 90º grados sobre su eje para ubicarse casi frente a frente e inician un desplazamiento frontal. Cuando llegan a un punto determinado, proceden a desplazarse en sentido contrario. Cuando los helicópteros se vuelven a cruzar ejecutan la maniobra Arpía, en la que ambos se elevan en su desplazamiento hacia atrás, colocándose a 90° sobre el suelo, recuperando y saliendo de la maniobra.
La maniobra llamada Tibelina es ejecutada inmediatamente después cuando se reencuentran las dos naves, ganando velocidad horizontal. Los helicópteros ascienden hasta alcanzar una posición completamente vertical con 90° hacia arriba y alcanzando una velocidad cero, momento en el que se comienza un giro hacia la derecha de 180° que lleva al aparato a recuperar velocidad y llegar al punto de partida.
La maniobra Scooby es muy llamativa porque ambos aparatos se cruzan luego de un descenso que los lleva casi a realizar un tonel, quedando en vuelo invertido por un breve periodo.
La más espectacular de todas es la maniobra Arpía con flares. Ambos helicópteros comienzan a ascender en retroceso para luego inclinarse en la vertical a 90°, es allí donde ambos lanzan las bengalas.
Después de un rompimiento los dos helicópteros se cruzan de nuevo, formando una X durante un breve tiempo, y dar por finalizada la demostración.
La despedida y el aterrizaje preceden al encuentro de los tripulantes y los helicópteros con el público que los reciben con aplausos. (Texto y fotos: Erwin Fuguet)