Las redes privadas de 5G tienen el enorme potencial de transformar el sector de Defensa. Un primer pilar fundamental para esta transformación es la movilidad. La posibilidad de acceder a información de forma segura desde cualquier punto dentro de la red privada 5G supone un cambio profundo en la operativa diaria. Si en nuestra vida cotidiana ya ha revolucionado la forma en la que nos comunicamos y trabajamos, en entornos militares esta capacidad resulta crítica: el acceso inmediato y fiable a los datos puede marcar la diferencia en la toma de decisiones.
El segundo pilar es su idoneidad frente al WiFi. A veces se asume que el 5G solo es necesario para grandes anchos de banda o un número masivo de conexiones simultáneas, pero su verdadera ventaja radica en su estabilidad y alcance. Mientras que el WiFi funciona bien en espacios cerrados, en exteriores sufre limitaciones y posibles interferencias al operar en bandas no licenciadas.
Por último, el despliegue de redes privadas frente a redes públicas es un aspecto clave. En Defensa, y en otras industrias estratégicas, no basta con disponer de conectividad: es imprescindible garantizar la seguridad, la disponibilidad y el control total de la red. Mientras que las redes públicas dependen de operadores externos, las redes privadas permiten gestionar el tráfico con autonomía, asegurar anchos de banda específicos para aplicaciones críticas y minimizar vulnerabilidades ante posibles ciberataques o interrupciones del servicio.
Además, el servicio de autoprestación que ofrece el 5G permite a las organizaciones desplegar y gestionar su propia red privada utilizando espectro propio, convirtiéndose en su propio operador. Esto no solo garantiza la independencia operativa, sino que también reduce costes, ya que la infraestructura se adapta a las necesidades concretas de cada escenario. También evita riesgos operativos en caso de que fuera necesario apagar radios 5G en un área específica, algo que, si se dependiera de redes públicas, podría dejar sin servicio tanto a usuarios militares como a civiles.
Aplicaciones del 5G en el ámbito de la Defensa
Las redes privadas 5G tienen múltiples aplicaciones en el ámbito militar, aportando ventajas operativas, estratégicas y de seguridad en distintos frentes.
- En comunicaciones en tiempo real, la baja latencia mejora la capacidad de mando y control (C2), optimizando la comunicación entre unidades y agilizando la toma de decisiones. En sistemas de defensa, la rapidez en la transmisión de datos permite detectar y neutralizar amenazas con mayor eficacia. Además, el concepto de Combat Cloud o nube de combate cobra sentido gracias al 5G, posibilitando el acceso instantáneo y seguro a información crítica en el campo de operaciones.
- La transmisión de vídeo en alta definición facilita reuniones estratégicas multiusuario y la supervisión remota de operaciones. En este punto, es importante recordar que la velocidad de subida y descarga de datos en 5G varía según el ancho de banda disponible en el espectro utilizado, y en algunos casos, puede ser similar a la obtenida con 4G.
- El 5G también permite el desarrollo de redes resilientes, diseñadas para garantizar la continuidad operativa en entornos adversos o ante interferencias externas.
- En el ámbito de vehículos autónomos y drones, la latencia ultrabaja permite un control remoto preciso, facilitando operaciones de enjambres de drones y misiones de Intelligence, Surveillance, Target Acquisition, and Reconnaissance (ISTAR) con una transmisión de datos más rápida y eficiente.
- En entrenamiento y simulación, el 5G facilita el llevar a cabo el concepto de Live, Virtual and Constructive (LVC), alcanzando otro nivel en el entrenamiento de las Fuerzas Armadas.
- El 5G también es un pilar del Internet de las Cosas Militar (IoMT). La sensorización y la implementación de gemelos digitales facilitan el control y la gestión eficiente de recursos, optimizando la logística militar. La integración del 5G con otras redes ya existentes, como LoRA o 6LowPAN, permite mejorar la eficiencia operativa de infraestructuras militares y bases conectadas.
- En términos de optimización del transporte, el seguimiento de activos y el mantenimiento predictivo de vehículos militares (aviones, buques, blindados) aumentan la eficiencia y reducen los tiempos de inactividad. Gracias a la conexión con redes privadas 5G seguras, los datos grabados durante las misiones pueden descargarse rápidamente y almacenarse en un lago de datos para su análisis automatizado, mejorando la planificación y ejecución de operaciones.
- En el ámbito de infraestructura crítica, la combinación de estas tecnologías facilita la supervisión y protección de bases, aeropuertos y otros activos estratégicos, fortaleciendo su seguridad ante posibles ataques o sabotajes.
- La inteligencia artificial (IA) también se ve impulsada por el 5G, ya que su alto ancho de banda permite procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real. Esto facilita el análisis avanzado de patrones, la identificación de amenazas y la toma de decisiones automatizadas en entornos operativos.
- Desde el punto de vista de seguridad y resiliencia de redes, el despliegue de redes privadas 5G permite a las Fuerzas Armadas aislarse de infraestructuras civiles, asegurando la continuidad operativa sin depender de redes comerciales. Además, el uso de drones loitering anti-jamming protege las comunicaciones frente a intentos de interferencia.
- En el contexto de misiones humanitarias y respuesta a desastres, el despliegue de nodos portátiles y la conexión con satélites LEO permiten establecer comunicaciones en zonas afectadas por conflictos o catástrofes naturales, asegurando una respuesta rápida y coordinada.
- Por último, en el ámbito de la interoperabilidad y colaboración internacional, la adopción del 5G en las Fuerzas Armadas facilita la integración con ejércitos aliados, mejorando la coordinación en operaciones multinacionales y fortaleciendo las capacidades conjuntas de defensa.
En conclusión, el despliegue de redes privadas 5G con la máxima autonomía posible es ya un requisito estratégico para las Fuerzas Armadas avanzadas. No se trata solo de asegurar conectividad, sino de garantizar comunicaciones seguras, resilientes y optimizadas para las necesidades específicas del sector.
Muchas de las aplicaciones que hoy dependen de conectividad avanzada requieren necesariamente las capacidades del 5G, como la baja latencia y el alto ancho de banda. Otras, en cambio, simplemente necesitan una conexión fiable, algo que también se consigue con esta tecnología. En cualquier caso, la integración del 5G con otras redes ya existentes —como LoRA, 6LowPAN o WiFi— permitirá reducir costes sin comprometer el rendimiento.
En un escenario donde la digitalización y la conectividad definen la capacidad operativa, las redes privadas 5G no son una opción, sino una necesidad. Su implementación marcará el futuro de la Defensa, proporcionando a las Fuerzas Armadas las herramientas tecnológicas necesarias para afrontar los desafíos del siglo XXI con garantías. (Por Miguel Gasco, experto de Industria X en Accenture en España. Ingeniero Aeronáutico, con más de 30 años de experiencia en Airbus Defence and Space, en Ensayos en Vuelo y posteriormente dirigiendo proyectos como el desarrollo del boom de repostaje en vuelo, el MRTT para la Fuerza Aérea Australiana y el primer vuelo realizado en la historia de repostaje automático con boom, en 2017. Director Técnico en la EOI del curso "Liderazgo de proyectos especiales).







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