Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la popularización de los drones en el campo de batalla. Medios aéreos controlados a distancia (UAS, Unmanned Aerial System), sistemas terrestres (UGV, Unmanned Ground Systems) y los distintos equipos de empleo naval en superficie o submarino van surgiendo en los últimos tiempos con fuerza y son cada vez más las empresas que los incluyen en su oferta comercial.
Hace unas semanas, durante mi visita a Kuala Lumpur para la feria DSA/NATSEC, tuve la oportunidad personal de acercarme al mundo de los drones. Por sólo veinte dólares compré un pequeño sistema UAS que vuelo con notable precisión por mi domicilio o espacios próximos, pues su alcance es de sólo unos cientos de metros. Es muy fácil hacerse con su uso y su aportación viene determinada por una cámara que capta y transmite imágenes de video de bastante buena calidad.
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Muchos ejércitos han comenzado la transición hacia el mundo de los drones y comienzan a ser un instrumento habitual. (Octavio Díez Cámara)
En la jornada previa al inicio de Eurosatory asistí a una serie de demostraciones dinámicas de cuerpos policiales y militares franceses que presentaban diferentes capacidades antiterroristas, de generación de fuegos o de intervención ante algaradas. Todas ellas tenían en común un aspecto: los drones.
Se habían integrado en las situaciones como un medio clave para realizar cometidos de vigilancia y observación previos, seguimientos en tiempo real de las acciones gracias a minúsculas cámaras térmicas, actuaciones de precisión para neutralizar artefactos improvisados (IED, Improvised Explosive Devices) o visualización detallada de la localización y capacidad de respuesta del adversario.
Los drones, en este último caso referenciados a distintos modelos de UAS y UGV, fueron el elemento protagonista y el que unidades policiales y militares llevaban consigo. Esa realidad, que viene sustentada por la profusión de su uso en combate incluso siendo vectores de armas con las que atacar diferentes objetivos o personas, demuestra que el dron está aquí para quedarse y ser un elemento más que sirva como núcleo capacitador a aquellos que lo tengan a su disposición.
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Las imágenes captadas por un pequeño dron pueden ser especialmente resolutivas para resolver situaciones complejas. (Octavio Díez Cámara)
Personalmente, y avanzando hacia una previsión que entiendo a corto-medio plazo, veo a los drones como un equipo que pronto va a formar parte de la dotación de todos los combatientes, como si un sistema más se tratase. Si es verdad que habrá drones más capaces pilotados por expertos operadores. También veo que habrá otros más sencillos, económicos y hasta desechables -de ahí mi introducción anterior al precio- que cada soldado y muchos policías llevarán consigo en sus actividades. Los usarán cuando sea necesario para vigilar, observar, identificar, …, y generar una identificación positiva que les ayude en sus actuaciones.
Por esa realidad que intuyo más próxima de lo que hace poco pensábamos, habrá que actuar para formar a todos ellos en su uso. El pilotaje de los drones personales, de tipo aéreo o terrestre hasta que surja uno que cubra ambos entornos, será una práctica más en su día a día, como ahora lo es el lanzamiento de una granada, una estimación topográfica o el manejo de un equipo de visión nocturna monocular o binocular.
Los drones se convertirán así en un recurso más de la tecnología que hará que quienes los usen sean menos vulnerables y más efectivos. (Octavio Díez Cámara)
