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Rusia y el final de la guerra en Ucrania

Carros de combate T-64 ucranianos sobrevolados por Su-27 de su Fuerza Aérea. (foto Ministerio de Defensa de Ucrania)
Carros de combate T-64 ucranianos sobrevolados por Su-27 de su Fuerza Aérea. (foto Ministerio de Defensa de Ucrania)

Todas las guerras se parecen, todas las paces son diferentes, pero cada una lo es una a su manera. Este símil de la célebre frase de León Tolstoi en su novela Ana Karenina viene a indicar que el fin de la guerra en Ucrania presenta unas características únicas, que la diferencian de otros conflictos de la historia.

En primer lugar, porque es una guerra que se desarrolla bajo la amenaza del arma nuclear, lo que la hace especialmente peligrosa. El apoyo militar gradual y limitado que Washington ha dado a Kiev solo se entiende como la forma de evitar una escalada que termine por desembocar en una posible respuesta nuclear de Moscú. Si no contara con su enorme arsenal nuclear, no habría habido restricciones en el apoyo a Ucrania y, probablemente, el ejército ruso estaría ya derrotado.

En segundo lugar, porque Rusia se encuentra, en estos momentos, en una situación militar ventajosa. Utilizando una táctica tipo “salami”, con avances mínimos pero acumulativos de sus tropas, los rusos han sido capaces de mantener su capacidad ofensiva, e incluso incrementarla a medida que avanza la guerra. Con su economía adaptada al esfuerzo de guerra, un gasto militar total que representa un tercio de su presupuesto nacional, un crecimiento del PIB del 4,1 % en el 2024 y la inflación contenida en menos del 10 %, Rusia es capaz de atender las necesidades de su población y abastecer simultáneamente de personal y material a sus fuerzas armadas.

Si en marzo de 2022 el ejército ruso tenía en la zona de operaciones 130.000 soldados y 1.800 carros de combate, en febrero de 2025 este número ha aumentado hasta los 650.000 soldados y 3.400 carros de combate. Además, el suministro de munición de artillería, municiones merodeadoras y misiles balísticos de Irán y Corea del Norte han reforzado sus capacidades y acentuado su ventaja militar.

Por el contrario, la situación militar de Ucrania es mucho más complicada. Tras la euforia del alistamiento de los primeros meses, Kiev tiene ahora serios problemas de movilización y apenas alcanza a cubrir sus bajas, a pesar de ofrecer buenos sueldos a los potenciales reclutas. El hastío de la guerra y el pesimismo está calando en una población que parece haber perdido la fe en la victoria. Solo los drones, de los que en enero de 2025 Ucrania puso en marcha 40.000 de diversos tipos, han permitido en parte compensar la falta de efectivos y están siendo determinantes para frenar el avance ruso.

Tampoco ha terminado bien para Ucrania la sorpresiva ofensiva de agosto de 2024 en Kursk, una región fronteriza rusa de gran carácter simbólico, por haber tenido lugar allí la mayor batalla de carros de combate de la Segunda Guerra Mundial. La dificultad de obtener ventajas militares significativas indica que, muy posiblemente, Kursk se concibió como una operación de imagen de cara a la opinión pública nacional e internacional, más que como una batalla decisiva para cambiar el ritmo de la guerra. La caída del enclave en marzo de 2025 ha privado a Kiev, junto con algunas de sus mejores tropas y mucho material occidental, de su principal baza negociadora en una eventual negociación con Moscú.

Ahora Ucrania tiene que taponar la brecha que se le ha abierto en Kursk, al tiempo que contiene la ofensiva rusa en Dombás, un doble esfuerzo militar que puede resultar excesivo. Puede ocurrir que no consiga ni lo uno ni lo otro, e incluso que el péndulo de la opinión pública y del apoyo internacional bascule desfavorablemente, a medida que las noticias del frente sean un redoble constante de territorios, ciudades y pueblos perdidos.

Pero quizá el elemento que más va a influir en el fin de la guerra sea el cambio de enfoque de EEUU, que ya no buscan una victoria sobre Rusia en los términos planteados por la administración Biden, ni tienen especial interés por preservar la integridad territorial de Ucrania, o dejar claro que las agresiones no dan frutos. Tampoco creen que los avances rusos en Ucrania vayan a empujar al régimen de Putin a amenazar a la OTAN, o a Europa. Su implicación en las negociaciones de paz se centra principalmente en lograr un nuevo acuerdo geopolítico amplio con Rusia que iría más allá de la guerra en Ucrania. Para ello, bastaría crear un espejismo de paz, aunque su contenido y duración sean irrelevantes.

La nueva generación de políticos en torno al vicepresidente, J.D. Vance y al secretario de Defensa, Pete Hegseth cree firmemente que EEUU no puede permitirse seguir perdiendo el tiempo asumiendo la carga de la defensa de Europa y parece dispuesta a intercambiar su papel en la seguridad europea, incluyendo Ucrania, por la cooperación con Rusia en una serie de cuestiones extraeuropeas, como Groenlandia, Irán, Corea del Norte, o Siria. Algunos en la Administración Trump incluso sueñan con recuperar a Kissinger, creando una nueva relación estratégica, esta vez con Moscú, ante un eventual enfrentamiento con China en el Indo Pacífico.

La nueva estrategia del “palo y la zanahoria” norteamericana consistiría ahora en palo para Ucrania y zanahoria para Rusia. A la primera se le privaría, en caso de no someterse a los designios norteamericanos, de ayuda militar, incluida el intercambio de inteligencia, lo que tendría consecuencias decisivas en el campo de batalla. A la segunda se la seduciría con el desbloqueo de los activos congelados y el levantamiento de sanciones, algunas de las cuales provienen de la UE. También se la excluiría del régimen de tarifas aduaneras aplicado al resto del mundo.

En este entorno diplomático favorable, y con sus tropas avanzando en diversos frentes, será difícil que Rusia acepte cualquier tipo de negociaciones de paz en términos que no estén próximos a la capitulación. Su estrategia de desgaste, empleada para maximizar el número de bajas enemigas, aun asumiendo un elevado número propio, es algo que Rusia, con su mayor población y recursos económicos y militares, puede permitirse, pero Ucrania no. Moscú puede apoyarse en su economía de guerra y no tiene necesidad de negociar, mientras confíe en que puede desangrar a Ucrania hasta la rendición y sobrevivir al embargo y al apoyo occidental a Kiev.

Rusia estaría de acuerdo con la idea de un alto el fuego, siempre que se cumplan una serie de duras condiciones para Ucrania: en primer lugar, la aceptación de la soberanía rusa sobre Crimea y las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiya que Rusia considera parte de su territorio. Fuera quedarían las provincias de Járkov, y sobre todo Odesa, la joya de la corona, que Moscú piensa podría ganar por medio de referéndum. Segundo, la neutralidad de Ucrania y su renuncia a la integración en la OTAN. Tercero, el fin de la ayuda militar extranjera unida a una reducción significativa del ejército ucraniano. Cuarto, la oposición a cualquier equipo de despliegue militar europeo en territorio de Ucrania, ni siquiera como fuerzas de paz. Finalmente, Rusia pide el levantamiento de las sanciones económicas impuestas desde 2022, muchas de las cuales son europeas.

La estrategia es una cuestión de elección, y es difícil saber sí Rusia logrará salirse con la suya. Pero al final la realidad, siempre tozuda, se impone. Más allá de la guerra, Ucrania tendrá muy difícil negociar razonablemente con Moscú para evitar que una Rusia que se siente dominante en el campo de batalla y fuerte en el diplomático, se lo lleve todo.

Si no lo consigue y Rusia termina por imponerse, el resultado será una Europa menos segura en la que no se protegerá la existencia de una Ucrania independiente y en la que el vínculo transatlántico, durante tantas décadas garantía de la seguridad europea, habrá quedado gravemente dañado. Se habrá creado un sucedáneo de paz; difícilmente una paz verdadera. (Ignacio Fuente Cobo, Coronel de Artillería, Analista Principal del IEEE)

 


Copyright © Grupo Edefa S.A. defensa.com ISSN: 3045-5170. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.

20 comentarios

 
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  1. Jab | 25/04/2025 16:06h. Avisar al moderador
    El único agresor es rusia y europa no es una amenaza para nadie solo defiende la libertad y la soberanía de los pueblos del mundo que quieren ser libres en democracia real que no existe actualmente en rusia , china, corea del norte irán,y tantos otros, el mundo está cambiando y por desgracia negativamente    
  2. Pepo | 24/04/2025 14:46h. Avisar al moderador
    ¿Por qué algunos dicen que la OTAN-UCRANIA es una amenaza para Rusia?. No creo que esté en sus planes invadir Rusia ¿o sí?   
  3. Reginaldo | 22/04/2025 19:02h. Avisar al moderador
    Cuando las potencias inician una guerra ellos nunca son los culpables, así paso con EE.UU en Vietnam, Rusia en Afganistán en Rusia en Ucrania, EE.UU en el Golfo, ese cuento ya lo tenemos claro lis no ideologizados, siempre será igual hasta el fin de los días.   
  4. Jesús | 21/04/2025 13:10h. Avisar al moderador
    Que EEUU figure aún de forma nominal entre los aliados de Ucrania es algo que emborrona y desdibuja el paisaje. Se entiende mejor la situación si se acepta que EEUU no es ya aliado de Ucrania e incluso es probable que esté ofreciendo ayuda a Rusia a cambio de que ésta se aleje de China. Europa debe actuar al margen de ellos, comenzar sin retrasos un programa de armamento nuclear para todos sus miembros y empezar a apoyar de verdad a Ucrania dotándola de medios de todo tipo y de primera línea de forma que Ucrania pueda devolver a Rusia a sus fronteras. Quedará así asegurada la paz en Europa por algunas décadas durante las cuales quizás sea posible integrar al pueblo ruso en Occidente. EEUU ha perdido la guerra en Ucrania y pronto en Formosa, ya no es aliado fiable y es probable que esté dando los primeros pasos de su declive.   
  5. Paladín 52 | 21/04/2025 06:22h. Avisar al moderador
    Si la guerra sigue la dinámica que hasta ahora ha traído, estaría lejos su final, porque el agresor no ha logrado su objetivo estratégico. Una guerra prolongada tiene un alto costo, razón por la cual, Rusia podría recurrir al uso de su poder nuclear de alcance táctico, con un alto riesgo de que la guerra escale a otro nivel por una respuesta similar de la OTAN    
  6. Boric | 21/04/2025 00:51h. Avisar al moderador
    La Guerra debe ser Ganada por Rusia y así terminar con el Dominio Llanqui y Europeo, para tener un equilibrio polito y militar en todo el Mundo. Y que Rusia siga siendo una gran nación y Potencia.   
  7. Abel Manríquez Machuca | 20/04/2025 22:09h. Avisar al moderador
    Un artículo con buenos datos, y que es como un western americano. Hay uno bueno bueno, Ucrania-Europa-OTAN, y uno malo de malo, Rusia. En realidad en la geopolítica todos son buenos y malos, pues lo que mandan son los intereses. Europa-OTAN es tanta amenaza para Rusia, como ésta puede serlo para Europa-OTAN. Hay aspectos del análisis que parecen no cuadrar. *La guerra actual Rusia-Ucrania, no es ni por asomo la primera que penda de un hilo respecto a la amenaza del uso de armas nucleares. Ya las quiso usar el general MacArthur en la guerra de Corea, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Y desde ahí ha venido estando presente con más actores, tal dilema. *Ucrania ha recibido lejos más apoyo y financiamiento que todo lo que gastó EE.UU. en la guerra de Vietnam por unos 12 años a lo menos; además Ucrania tiene gran asesoría OTAN, guías e inteligencia satelital, etc. Pero no ha repuntado nunca, ya que las ofensivas y contraofensivas han fracasado. *La realidad es que ya es poco lo que más pueden ayudar a Ucrania. Hace dos años, la Europa-OTAN sacó cuentas duras, la incapacidad de tener seguridad de ganarle una confrontación a Rusia, pues solamente en municiones de artillería pesada, Rusia los triplica en producción. *El líder Zelensky en los comienzos de la guerra, alardeó junto a líderes de Europa-UE, de ganarle a Rusia y repartiéndose desde ya territorios y recursos estratégicos. Con tal anuncio, ni un santo que gobernara Rusia, se quedaría tranquilo y menos confiaría. *Ucrania de todos modos no era un país paupérrimo militarmente. Hoy es octavo en gasto militar en el mundo (Rusia es tercera y sigue ahí mismo). Desde.2014 fue pertrechada, entrenada y crecida militarmente ex profeso, por la OTAN, e incluso por el mismo Trump en su anterior gobierno. Propósito, que Ucrania pudiera ser un ariete contra Rusia, tal como pasó a ser, y el vecino pasó a pegar primero como que "la mejor defensa es un ataque". *Bases OTAN en Ucrania (para allá iba el asunto) hubieran sido un nudo corredizo en el cuello del vecino, amarrado vulnerable por más grande que es. Así las cosas la guerra era segura. *La guerra Rusia-Ucrania ha disminuido a Ucrania, a Europa-OTAN, debilitado al mismo EE.UU., fortaleciendo, en cambio, a Rusia, pese a lo militar desgastante y a 28.595 sanciones económicas. Guste o no, tal estado euro-asiático está hoy más fuerte que hace 3 años, también con más autosuficiencia.Y se ha elevado enormemente la colaboración económica y MILITAR con China Popular, que es lo que más inquieta a los EE.UU. *Europa está un poco al revés. La amenaza que nos presenta es Rusia, pero en la historia la mayor parte de las guerras modernas las ha desarrollado ella, Europa, por territorios y recursos (energéticos, materias primas). Se los toma o se los quitan en el mismo vecindario. *Según como lo ve Rusia, potencia militar pero superpotencia de materias primas, y altamente autosuficiente, Europa está necesitada urgente de todo aquello que ella tiene en abundancia y,como lo han hecho en el pasado (y en la inventada guerra del golfo) están,desde Europa-OTAN buscando la ocasión para tomárselo por la fuerza, lo de Ucrania es un tanteo, así que "yo me aseguro primero". *Rusia continuará la guerra si no obtiene sus objetivos en negociación, y, como le ha ido bien, aumentó el "petitorio". Además que tiene "la sartén por el mango" y su propia base de apoyo para seguir. *El Presidente Trump como que ve que el negocio "Ucrania" falló respecto de "quebrar" a Rusia, así que hay que buscar terminarlo con el mínimo posible de pérdidas propias y ojalá ganar algo.   
  8. Alberto | 20/04/2025 15:47h. Avisar al moderador
    Rusia tiene todo por ganar y el presidente De Ucrania se refugio en europa poniendo en riesgo a su población,se tendría que ir De Ucrania por la enorme deuda que le dejara imparable a Ucrania    
  9. Alejo | 20/04/2025 15:32h. Avisar al moderador
    Cuánta gente ignorante que desconoce la historia y solo repiten la cantaleta de los medios hegemonicos de occidente.    
  10. Heriberto | 20/04/2025 14:45h. Avisar al moderador
    Ucrania perdió la guerra desde el principio. Sr prestó a los intereses de occidente. Debilitar militar y económicamente a Rusia. La Otam ha incumplimiento los acuerdos de Musk de no expandirse hacia el Este constituyendo así una amenaza de seguridad para Rusia. La Unión Europea tenía una As bajo su manga al congelar activos rusos por más de 300 mil millones de dólares y con ello debilitaría la economía Rusa, además de imponer todas las sanciones posibles a Rusia. Rusia ha encontrado apoyo en países amigos como China y los Brics para superar las sanciones y su rica economía se desvío para Asia y Países amigos. La victoria es Rusa y el apoderadamieto de las mejores tierras y recursos mineros de Ucrania para compensar los gastos de guerra.   
 
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