En varias ocasiones hemos analizado el renovado interés en las fuerzas armadas occidentales por el papel de los blindados 6x6 de moderna concepción a raíz de las complejidades de algunos vehículos 8x8, que hasta hace poco lideraban la mayoría de iniciativas en los ejércitos europeos.
El año pasado analizábamos la necesaria renovación del parque de vehículos blindados del Ejército de Tierra entendiendo que existen posibilidades para un sistema de combate moderno basado en 6x6. Independientemente de la evolución del VAC o del 8x8 Dragón, que ha venido generando bastante incertidumbre actualmente, hay condicionantes técnicos y operativos que favorecen este tipo de plataformas, y aparte existen opciones industriales y de cooperación europea para llevarlo adelante.
Un vehículo 6x6 de última generación, con elevados niveles de protección y movilidad, y con un peso y dimensiones contenidos, puede ser potencialmente un verdadero sistema de combate que, sin llegar a ser un VCR 8x8, más pesado y voluminoso y por ello costoso y poco maniobrable, vaya sin embargo más allá del concepto de vehículo protegido contra minas y emboscadas o MRAP (Mine-Resistant Ambush Protected) de los que el Ejército de Tierra dispone de los RG-31 4x4, cuya capacidad de misionización y protección está siempre más limitada por su propia naturaleza.
Si analizamos las ventajas de este tipo de vehículos 6x6 frente a un 8x8, la primera de ellas es evidente: ofrecen un coste de adquisición mucho más contenido, pero son, a la vez, plataformas perfectamente válidas para muchas de las misiones que se esperan de un vehículo similar a un 8x8 desplegable en combate. De hecho, las menores dimensiones y peso permitirían su despliegue en medios y plataformas en las que muchos 8x8 tienen serias dificultades para ser desplegados. Además su menor peso facilita su transporte aéreo, tarea en la que cobra relevancia la autonomía del avión con carga.
Por otra parte, los vehículos de ruedas 6x6 poseen una menor complejidad técnica que otros vehículos de mayores dimensiones y pesos, lo que permitiría alcanzar una capacidad de sostenimiento más eficaz y eficiente, esto es, a un menor coste tanto de inversión (formación, medios de taller) como de repuestos (más económicos) y, lo que no es un tema menor en el contexto actual, en un plazo de tiempo asumible si se opta por una plataforma existente.
Optar por esta opción, buscando una alternativa sobre la base de un producto disponible en el mercado europeo, parece lo más razonable. Gracias a los contratos actuales que otros países europeos están desarrollando, alguna de estas plataformas ha estado en los últimos años en constante evolución, y ya posee por ello el grado de madurez necesario para garantizar su funcionalidad en los diferentes teatros de operaciones. Todo ello permitiría a nuestras Fuerzas Armadas alcanzar unas capacidades que son necesarias más que nunca para el despliegue, basadas en tecnologías maduras, con una alta disponibilidad y en el menor plazo posible.
Recientemente analizábamos los aspectos técnicos y operativos derivados de las lecciones aprendidas en Ucrania que deberían cumplir este tipo de vehículos. Entre otros aspectos que redundarían en el interés de este tipo de plataforma tenemos además la capacidad de la industria española para afrontar simultáneamente distintos programas, la existencia de programas de 6x6 en otros países de nuestro entorno con posibilidad de cooperación o la existencia de mercados externos para una posible exportación. El lanzamiento de un programa así permitiría también la aplicación de nuevas tecnologías no contempladas en el actual 8x8, dada la velocidad a la que se generan nuevos sistemas
Varios países de nuestro entorno complementan los 8x8 con nuevos 6x6 para otras misiones o necesidades (en particular para aquellas en las que no se requiere un volumen de carga tan significativo como en las versiones de transporte de personal). Hace algún tiempo analizábamos los pedidos internacionales de este tipo de vehículos, con ejemplos como en el Griffon y el Jaguar francés de los que se han suministrado ya 500 al Ejército de Tierra francés, siendo seleccionados también por Bélgica.
El ejemplo más reciente lo tenemos en Alemania con la elección de una versión del Piranha en configuración 6x6 para el Ejército alemán que se sumaría al programa multinacional europeo CAVs, que ha sido elegido por varios países de esa región y también por la propia Alemania.
A comienzos de mes, Alemania formalizó su entrada en el programa CAVS puesto en marcha por Finlandia, Estonia y Letonia en 2019, y al que se sumó posteriormente Suecia, materializado en la adquisición de modernos 6x6 de la firma finlandesa Patria. Suecia ha encargado 420 unidades y Finlandia hizo también su primer pedido, con 91 unidades, aunque tiene planes para adquirir hasta 400.
Otro miembro de GDELS como es Steyr sigue ofreciendo las versiones 6x6 del Pandur, derivado del español BMR y que bajo la forma Pandur Evo, ha vuelto a ser adquirido por las Fuerzas Armadas de Austria, incluso con versiones dotadas con torres de gran tamaño. También parece que el Ejército de Tierra británico se plantea adquirir este tipo de vehículo de combate para complementar su Boxer 8x8.
Se trata de una iniciativa europea con una base industrial ampliamente consolidada que podría incluir socios industriales en España y en la que se podría participar mediante algún acuerdo de cooperación, máxime en un momento en el que la Unión Europea anima a participar en proyectos multinacionales de cooperación que vertebran la industria europea en busca de economías de escala y racionalización de la oferta, facilitando en última instancia la interoperabilidad y seguridad de la oferta entre naciones aliadas. (José Mª Navarro García)
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