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Domingo, 22 de septiembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Las claves de las bombas termobáricas rusas en Ucrania

Mucho se ha escrito en los medios sobre el empleo reciente de las llamadas bombas termobáricas, de vacío o de aire combustible y no siempre de forma acertada. 

En primer lugar aunque los testimonios gráficos que nos llegan continuamente de Ucrania confirman la presencia de los temidos sistemas TOS-1A, las  alarmas sobre el uso de este sistema de armas vinieron de medios de comunicación británicos que se hacían eco de una información difundida por el Ministerio de Defensa británico que se hacía eco a su vez de un supuesto reconocimiento del Ministerio de Defensa ruso sobre el uso de estas armas.

Los reconocibles sistemas TOS-1A montados sobre barcazas de carros de combate T-72 fueron ya identificados durante el acopio de medios previo a la invasión rusa de Ucrania y posteriormente han sido vistos en la fase de despliegue en la zona de operaciones. Algunos ya han sido capturados por las fuerzas ucranianas e incluso se ha informado de fuertes explosiones atribuidas a este sistema de armas, caso de un ataque contra la base aérea de Basylkiv, a 20 km. de Kiev. En redes sociales se han distribuido imágenes y vídeos de al menos cuatro de estos sistemas en diferentes ubicaciones en Ucrania, como en Jarkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania. El martes 1 de marzo la embajadora ucraniana en Estados Unidos denunció el uso de bombas termobáricas en Ucrania.

Cómo funcionan

Antes de entrar en más detalles habría que explicar aunque sea a grandes rasgos es qué consisten este tipo de armas, teniendo en cuenta que hay variantes y diferentes combinaciones. En el caso de Rusia, lo conciben como una suerte de gran lanzallamas solo que el efecto se produce a kilómetros del punto de origen gracias al empleo de cohetes de artillería.

Aunque se las trata como si fueran armas de destrucción masiva, las termobáricas no lo son, aunque tienen un método de funcionamiento particular que las hace ciertamente llamativas y muy efectivas contra ciertos objetivos. Se basan no en el impacto de un proyectil contra un objetivo y la detonación de una cabeza de combate o en la explosión de esta a una altura determinada.

Lo que caracteriza una bomba termobárica como las empleadas por los rusos principalmente como cohetes de artillería, es que en la parte final de su trayectoria, disemina un líquido explosivo, gas a alta presión, mezclado o no con explosivo en polvo (depende el tipo) de tal manera que en un determinado momento, se “fumiga” ese material formando una suerte de nube sobre el objetivo para posteriormente producirse una segunda explosión que se encarga de detonar la nube, produciéndose una explosión tremenda de gran aparatosidad.

Al combinarse el líquido pulverizado con el oxígeno del aire, la explosión además genera un vacío y una  onda de presión y alta temperatura, de ahí que también se la llame bombas de vacío ya que la explosión deja sin oxígeno la zona afectada provocando asfixia. La ventaja táctica que buscan los rusos con esta arma es que las emplean contra posiciones protegidas como trincheras o edificaciones de tal manera que la nube explosiva se adentra en huecos, túneles y demás, con efecto explosivo a incendiario. Contra unidades ocultas en cuevas resulta muy efectiva al adentrarse la nube explosiva dentro y en campo abierto contra tropas expuestas resulta igualmente terrible aunque no es su cometido específico.

El TOS-1 tiene su origen en los años setenta, montando un lanzador giratorio de 30 alveolos para cohetes no guiados de 220 mm. sobre un T-72, denominado BM-1. Fue modernizado en 2003 como TOS-1A con lanzador de 24 cohetes.  La primera versión tiene un alcance estimado de 3,5 kilómetros mientras que la más moderna alcanza los 6. Si bien su apariencia es fácilmente reconocible, hay otros sistemas de artillería de tipo múltiple como los BM-30 Smerch o BM-27 Uragan que pueden también lanzar cohetes termobáricos.

El marco legal

La regulación internacional no prohíbe el uso de armas de este tipo contra objetivos militares, pero sí está condenado en la Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales (Convention on Certain Conventional Weapons o CCW) de las Naciones Unidas que busca prevenir y reducir el sufrimiento de la población civil y de los combatientes, incluida como anexo a los Convenios de Ginebra de 1949.

La Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados sí incluye en el Protocolo III las prohibiciones o restricciones del empleo de armas incendiarias, epígrafe donde podríamos incluir las que ahora analizamos.

Según concreta el documento, “se entiende por arma incendiaria toda arma o munición concebida primordialmente para incendiar objetos o causar quemaduras a las personas mediante la acción de las llamas, del calor o de una combinación de ambos, producidos por reacción química de una sustancia que alcanza el blanco”. Estas podrán consistir por ejemplo en “lanzallamas, proyectiles explosivos, cohetes, granadas, minas, bombas y otros contenedores de sustancias incendiarias”. No están incluidos los proyectiles de tipo iluminante ni los perforantes aunque contengan ciertas características incendiarias al no estar concebidas para causar quemaduras a las personas sino contra blindados o instalaciones.

El protocolo III en su artículo 2, concreta que “queda prohibido en todas las circunstancias atacar con armas incendiarias a la población civil como tal, a personas civiles o a bienes de carácter civil ni cualquier objetivo militar ubicado en una concentración de personas civiles”. También “queda prohibido atacar con armas incendiarias que no sean lanzadas desde el aire, cualquier objetivo militar situado dentro de una concentración de personas civiles salvo cuando el objetivo militar esté claramente separado y se hayan adoptado todas las precauciones viables para limitar los efectos incendiarios al objetivo militar y reducir la muerte incidental de personas civiles, lesiones a personas civiles o daños a bienes de carácter civil”. También queda prohibido usar armas incendiaras contra bosques u otras cubiertas vegetales cuando estos elementos naturales se usen para cubrir, ocultar o camuflar a combatientes u otros objetivos militares, o sean en sí mismo objetivos militares. (José Mª Navarro García)

Fotografía: Un lanzador TOS-1A ruso capturado por fuerzas ucranianas (Oryx)


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