La Fuerza Aérea estadounidense ha solicitado al constructor aeronáutico Boeing su propuesta técnica y económica para la aeronave que reemplazará al actual avión presidencial, más conocido como Air Force One. Se trata de la fase Request for Proposal o RFP, en la que Boeing detallará el diseño, modificaciones, pruebas y demás aspectos de su propuesta para la construcción de dos aviones presidenciales que deberán entrar en servicio en 2024 aunque aún se decide la posibilidad de adquirir un tercero.
Esta solicitud tiene lugar después de la autorización del subsecretario de Defensa, Frank Kendall, como parte del programa que ya comenzó el año pasado y en el cual Boeing está inmerso en la fase de reducción de riesgos. Se da la circunstancia de que tras la experiencia de la Fuerza Aérea estadounidense en algunos programas recientes que han experimentado incrementos de coste, las cuestiones económica y de reducción de riesgos está siendo muy tenida en el denominado Presidential Aircraft Recapilasitation (PAR).
La propuesta de Boeing se basa en el uso del Boeing 747-8, la versión más moderna y de mayor tamaño de la familia 747 y al que el constructor realizará múltiples modificaciones para cumplir los requerimientos del programa y al mismo tiempo cumplir la normativa de la Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense. Entre las modificaciones que habrá que hacer en el avión están la modificación del sistema de propulsión y de generación eléctrica, la instalación de un sistema de comunicaciones específico, una instalación médica, interiores específicos, un sistema de autodefensa y equipos para operar de forma autónoma en tierra.
El 747-8 vuela a una velocidad subsónica de Mach 0,855 (aproximadamente 913 km/h), con un radio de acción intercontinental de 7.730 millas, es decir desde Washington hasta Hong Kong, que son 1.000 millas más que el actual 747-200. Y tiene una capacidad de carga de 987.000 libras, 154.000 libras más que el modelo actual. Esta versión entró en servicio en versión de carga en 2011 y en 2012 en versión de transporte de personas.
Los nuevos aviones sustituirán en su especial misión a los dos VC-25A basados en el 747-200 que tendrán 32 años cuando se los sustituya y que experimentan problemas de obsolescencia mecánica y para los que es cada vez más complicado encontrar repuestos y mantener al día. Cada vez requieren más tiempo para su mantenimiento, lo que limita la disponibilidad de los aviones para cumplir su misión. Las características del programa PAR fueron aprobadas en noviembre de 2014 y en julio de este año Boeing se adjudicó un contrato de 127,3 millones de dólares para desarrollar la cabina, los sistemas de potencia y electrónica del avión y los equipos de mantenimiento. (José Mª Navarro García)
Fotografías:
·El aspecto de los 747-8 presidenciales (Boeing)
·Air Force One (Boeing)