Las experiencias más recientes determinarán como combatirá la Infantería en 2040 en un entorno de cooperación tierra, mar y aire en el que las naciones están cada vez más expuestas a amenazas provenientes del ciberespacio y hasta del espacio exterior. Será, como ya conocen bien los militares españoles, un campo de batalla multidominio que generará importantes desafíos para los ejércitos cuando, incidiendo en la seguridad nacional, traten de proteger a sus tropas y la población civil.
Por esa previsión, para garantizar la seguridad futura tanto de personas como de las sociedades, será necesario superar las actuales fronteras tecnológicas e intelectuales. Es una voluntad en la que trabajan equipos de expertos de compañías como la sueca Saab, que se encargan de llevar a cabo un análisis constante de los eventos militares pasados y futuros y los vinculan, para extraer lecciones de futuro, a las tendencias globales.
Por lo que hemos conocido, sus pronósticos han fundamentado los trabajos de desarrollo de sistemas durante décadas y, además, contribuyen a garantizar que las tropas de los diversos países comiencen a equiparse hoy para los combates previsibles del mañana.
Han consolidado conclusiones tan significativas como que ya es necesario mejorar el adiestramiento y el equipamiento de las Fuerzas Armadas y que en ese objetivo se tendrán en cuenta las aportaciones de Inteligencia Artificial, la robótica o los sistemas orientados en red. Los expertos coinciden en que el combate tradicional de Infantería sigue siendo decisivo para la guerra. “Siempre habrá una guerra sobre el terreno.
Aunque las operaciones de precisión a largas distancias con drones ya son una realidad y seguirán aumentando, todavía se necesitan a los soldados para capturar y/o defender una zona”, explicaba Git Karlsson que es experta en Infantería dentro de Saab. Añadía que “sistemas de armas versátiles como Carl-Gustaf, NLAW y la familia de lanzacohetes AT4 dan a los ejércitos de todo el mundo una ventaja decisiva. Los sistemas modulares garantizan que los productos de Saab sean eficaces y fiables en 2040 y más allá”.
Sobre lo que Saab propone, decir que el lanzador Carl-Gustaf es un sistema de armas multipropósito y portátil que proporciona a los soldados, en los entornos más diversos, una alta flexibilidad táctica y la efectividad que necesitan para eliminar al adversario antes de que reaccione. En su última evolución, la M4, ofrece velocidad y maniobrabilidad aún mayores al ser compatible con un sistema de control de fuego (FCD, Fire Control Device) asociado a munición programable de 84mm que garantiza a las tropas la máxima confiabilidad en su equipo. Pesa aproximadamente 7 kilogramos, mide algo menos de 1 metro, y puede apuntarse con sistemas de puntería mecánicos, de punto rojo, visores telescópicos o avanzados sistemas de control de fuego; dispara municiones contracarro, antibunker, antipersonal y de apoyo.
Será complementario del NLAW que es especialmente adecuado para hacer frente a los carros de combate más avanzados en entornos abiertos o urbanos en los que, usándolo incluso desde espacios reducidos, podrá disparar en modos OTA (Overfly Top Attack) idóneo para objetivos blindados y DA (Direct Attack) para los no blindados o tropas dentro de edificios. Gran difusión internacional tiene la familia AT4 de Saab que incluye distintos lanzacohetes valorados por ser ligeros, portátiles y desechables, lo que les permite ser usados en cualquier misión.
Guerra urbana
Cada vez más gente vive en ciudades. Efectos de la crisis climática, hambrunas, terrorismos, dictaduras,…, influyen en que surjan nuevos flujos migratorios que favorecerán que los escenarios de guerras -como ya se está demostrando en Ucrania- se concentren en entornos urbanos donde las ciudades se convertirán en campos de batalla y los soldados necesitarán sistemas de armas nuevos. Muchas de las capacidades de los NLAW, AT4 y Carl-Gustaf de Saab están focalizadas -y así se tomó en cuenta en su desarrollo- en los entornos urbanos y los hacen especialmente útiles a distancias cortas, en terrenos complejos o cuando hay que disparar desde dentro de edificios o hasta hacia posiciones en ellos.
Paralelamente, es necesario modernizar y mejorar las capacidades existentes para seguir siendo competitivos: más precisión, mejor puntería y velocidad, mayor efectividad con un peso de transporte bajo y más flexibilidad son algunas de las capacidades que permitirán que las tropas obtengan la ventaja decisiva que necesitarán, todo ello haciendo que armas más tecnológicas sigan siendo fáciles de emplear.
Uno de los avances que Saab propone es la munición HE 448 para el Carl-Gustaf que, con sólo 7 kg que lo convierten en el más ligero de su clase, puede hacer frente con la mayor flexibilidad táctica posible a las exigencias más complejas. Con el nuevo Carl-Gustaf M4 los soldados tendrán un arma confiable con la que hacer frente a carros de combate y tropas protegidas o eliminar obstáculos y enfrentarse a enemigos en edificios.
Es compatible con la munición programable HE 488 para conseguir una respuesta de uso aún más rápida gracias a un interfaz que enlaza el proyectil con el FCD 558 para que este último conozca información precisa del tipo de munición o de la temperatura del propelente para, combinando esos datos con la distancia al objetivo introducida por el operador, determinar la mejor trayectoria y lograr así su destrucción. Se obtiene así una preparación más rápida y más precisión con las que aumenta la efectividad operativa, cualidades a las que en el M4 se suman superior alcance y más distribución de la fragmentación que hacen que los soldados tengan más confianza en este equipo.
Las habilidades de esos combatientes y sus armas seguirán siendo esenciales para la lucha, como lo será también el adiestrarse para combatir. Cuanto más complejas se vuelven las amenazas mayor es la importancia de la formación y el adiestramiento al que, a sistemas de simulación tipo ODT (Outdoor Training) y el disparo de municiones reales que son claves, se añade el entrenamiento virtual; este último abre multitud de nuevas posibilidades en términos de adiestramiento básico, donde al reducirse los ejercicios a gran escala con tiro real se conseguirán menores costes y menor impacto medioambiental, o en la capacitación táctica con capacitaciones virtuales más realistas realizadas a cubierto.
“Vemos una gran necesidad futura de poder utilizar simulaciones realistas de las diferentes armas que reproduzcan el comportamiento real en términos de rendimiento balístico y manejo”, señalaba Git Karlsson. Desde hace años, Saab invierte, complementariamente al desarrollo de sus armas, en la formación que ofrece y lo hace colaborando con universidades e institutos de investigación y trabajando con clientes y expertos como apuesta clave de éxito en sus productos de Defensa.
“Mirar hacia el futuro es de enorme importancia, especialmente para nosotros como proveedores de servicios. Siempre debemos de ir un paso por delante para poder ofrecer a nuestros clientes una ventaja decisiva de cara a las necesidades del campo de batalla. En ese objetivo, las previsiones serán tan buenas como la base sobre la que se realizan. Fijamos los más altos estándares en el análisis de los acontecimientos actuales para poder reaccionar rápidamente y actuar con flexibilidad”, concretaba Karlsson.
Nadie puede decir con certera lo que acontecerá realmente en 2040, sin embargo de lo que están convencidos los expertos de Saab es que no habrá una disociación entre el campo de batalla y el soldado. La Infantería seguirá siendo el futuro y las Fuerzas Armadas de España y otros países necesitarán de medios contundentes, ligeros y letales para salir victoriosos de cualquier enfrentamiento. (Octavio Díez Cámara /Fotos Saab)