Los últimos aviones de combate Mikoyán-Gurévich MiG-21, herederos de la Guerra Fría, han cesado su servicio activo en el que ha sido su último operador europeo, la joven Fuerza Aérea de Croacia.
El Mikoyán-Gurévich MiG-21 fue uno de los grandes diseños de la por entonces poderosa industria aeronáutica de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) durante los años cincuenta. Un sencillo pero eficaz caza, que ha servido en unos 60 países diferentes y del que se construyeron unos 11.500 ejemplares, por lo que, tras su predecesor también soviético, el MiG-15 (más de 18.000 fabricados), ha sido el segundo avión de combate más producido del mundo.
Su primer vuelo fue en 1955, entrando en servicio en 1959 en las filas de la aviación militar de la URSS y progresivamente en todas las demás fuerzas aéreas del Pacto de Varsovia y otros países, como la desaparecida Yugoslavia. Por entonces la OTAN lo catalogó con el nombre de Fishbed.
Ahora, tras 65 años volando sobre los cielos de Europa, la Fuerza Aérea de Croacia, que ha sido el último operador europeo del MiG-21, ha cesado las operaciones con este avión de combate monomotor. El Ministerio de Defensa de Croacia anunció que desde el 1 de diciembre sus MiG-21, que hasta ahora equipaban su único escuadrón de cazas, ya no defenderán el pequeño espacio aéreo del país en el marco del denominado servicio de alerta de reacción rápida QRA (Quick Reaction Alert).
Aunque Croacia ya ha empezado a recibir aviones de combate multifunción Dassault Aviation Rafale, mucho más avanzados, no entrarán aún en servicio, ya que todavía se está en fase de introducción del modelo y el entrenamiento de los pilotos y técnicos de mantenimiento está todavía en curso. El Ministerio de Defensa croata había previsto inicialmente que el Rafale alcanzaría su capacidad operativa inicial a finales de 2025, pero hoy se apunta a que este estatus operativo no podría darse hasta principios de 2026.
En concreto, hasta el momento, los croatas han recibido siete Rafale (cinco monoplazas y un par de biplazas) y está previsto que los cinco monoplazas restantes lleguen a Croacia a partir de abril de 2025, a un ritmo de un avión por mes. Al igual que los MiG-21, los aviones de combate franceses vuelan desde la base aérea de Pleso, designada militarme como la 91ª Base Aérea, que comparte las pistas con el aeropuerto internacional de la capital del país, Zagreb.
Mientras entren en servicio los Rafale, dos de sus aliados de la OTAN se harán cargo de la defensa aérea de Croacia, así, desde el pasado 1 de diciembre, los Eurofighter de la AMI (Aeronautica Militare Italiana) se turnaran con los Saab Gripen de la Fuerza Aérea de Hungría, para asegurar el QRA del país balcánico.
El primer “Rafale” de la Fuerza Aérea de Croacia, en concreto un biplaza. (foto Armée de l'Air et de l'Espace)
Más de 30 años de operación
La Fuerza Aérea de Croacia pone fin a casi 33 años de operaciones con estos aviones de combate, que comenzó a operar muy poco después de su creación, el 12 de diciembre de 1991, en concreto a partir de 1992, cuando tres pilotos croatas que servían en la Fuerza Aérea de Yugoslavia desertaron con sus respectivos MiG-21. Croacia se independizo unilateralmente en 1991 de la entonces república federal de Yugoslavia, lo que dio origen a una serie de guerras que se extendieron hasta 1999. En 1994, los croatas lograron, saltándose el embargo internacional de armas impuesto por la ONU, adquirir hasta 40 MiG-21 Bis en Ucrania, de los que pusieron en vuelo poco más de la mitad.
Así, este caza de diseño y fabricación soviética se convirtió en el principal activo de la nueva aviación militar durante la denominada guerra de la independencia de Croacia, que se alargó hasta el 7 de agosto de 1995. En 2009, Croacia entraba en la OTAN, por lo que sumó sus MiG-21 al inventario de la Alianza Atlántica, aunque ya en la pasada década empezó a buscar un sustitutito y, tras frustrarse la compra de una partida de F-16 de segunda mano de la Fuerza Aeroespacial de Israel por presiones de Estados Unidos, en noviembre de 2021 firmaba un acuerdo con Francia para comprar una docena de Rafale. (Julio Maíz)