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Sábado, 23 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

En 2020 las fuerzas aéreas de la OTAN han realizado 350 salidas para interceptar aviones rusos

A punto de despedir 2020, la OTAN ha hecho balance de la intensa actividad de las Fuerzas Aéreas de sus países miembro ante el pulso de la Federación de Rusia para testar la defensa aérea de la Alianza. Este año se han ordenado un total de 350 vuelos para interceptar aeronaves rusas.

El dato lo facilitó la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, que explicó que estas salidas se realizan para interceptar vuelos de aparatos no identificados, ya sea por volar sin activar el transpondedor, no facilitar previamente el plan de vuelo, captar inteligencia o ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance) y/o acercarse demasiado a instalaciones estratégicas de la Alianza. "En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento en el nivel de actividad aérea militar rusa cerca de las fronteras de la Alianza", declaró Lungescu, quien agregó: “Los aviones de combate de la OTAN están en alerta las 24 horas del día, listos para despegar en caso de vuelos sospechosos o inesperados cerca del espacio aéreo de nuestros Aliados. La vigilancia aérea es un medio importante por el cual la OTAN garantiza la seguridad de sus miembros”.

La OTAN realiza misiones de vigilancia aérea en beneficio de sus miembros que carecen de medios de interceptación, como es el caso de  Islandia y los países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia), o los que están ubicados geográficamente en regiones estratégicas, como el Mar Negro,  lo que hace que se refuerce la modestas capacidades aéreas de Rumania y Bulgaria. Pero hay   países que no forman parte de la OTAN  y que están muy preocupados por esta actividad aérea rusa. Este es el caso de Suecia y Finlandia, que además de multiplicar los scrambles de sus interceptores Saab Gripen y Boeing F/A-18 respectivamente, están valorando integrarse en la Alianza.

Más al oeste, la República de Irlanda, planea adquirir aviones de combate para proteger su soberanía, ya que la Autoridad de Aviación Irlandesa se ve obligada periódicamente a avisar a los vuelos comerciales de la presencia de aviones rusos volando con sus transpondedores apagados en las cercanías del espacio aéreo o FIR (Flight Information Region) que controlan. Una situación ante la que Dublín no puede hacer nada, más allá de dar aviso a los países de la OTAN, especialmente a Reino Unido, que tiene uno de los más eficaces sistemas de defensa aérea de Europa.

Si en años anteriores se realizaban scrambles fundamentalmente para interceptar sobre el Mar del Norte y el Océano Atlántico a bombarderos estratégicos rusos Tu-95 y Tu-160 mientras realizaban vuelos de largo alcance en Europa, este año son, sobre todo, los aviones de patrulla marítima Tupolev Tu-142 los objetivos de las intercepciones. La última interacción comunicada es del 28 de noviembre. Ese día, la Real Fuerza Aérea o RAF (Royal Air Force) que suele hacer públicas de inmediato la actividad en este rol de interceptación de sus Eurofighter Typhoon, lanzó una patrulla de éstos para interceptar dos Tu-142 que operaban en las cercanías del espacio aéreo británico.

Por su parte la OTAN ha hecho lo propio testando las defensas aéreas de Moscú, además de captar datos ISR, lo que explica el aumento de los vuelos de bombarderos estratégicos y aviones de inteligencia este año cerca de Rusia. Así,  la Fuerza Aérea de Estados Unidos o USAF (United States Air Force) desplegó seis Boeing B-52H en Europa el verano pasado. Tampoco faltaron a la cita aeronaves británicas, como los RC-135W River Joint sobre el Báltico  o francesas, también ISR, como el Atlantique 2 y un Transall C-160 Gabriel, que mientras realizaban este tipo de misiones sobre el Mar Negro fueron interceptados por cazas rusos.  

El pasado mes de septiembre, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, informó de un aumento significativo de la actividad aérea de la OTAN en las fronteras de Rusia. “Recientemente, los estados miembros de la Alianza del Atlántico Norte han intensificado sus actividades de espionaje. La intensidad de vuelo de sus aviones de reconocimiento cerca de las fronteras rusas ha aumentado en más de un 30%. En agosto de 2019, hubo 87 vuelos de reconocimiento, mientras que este año fueron unos 120”. La última actividad reportada de este tipo se produjo el 11 de diciembre, cuando un Mikoyan MiG-31 interceptó un avión de inteligencia de la USAF, del modelo RC-135, sobre el Mar de Bering. (Julio Maíz Sanz)

Fotografia: Un EF-18 del Ala 15 del Ejército del Aire español escolta un Tu-134 ruso sobre el Báltico (foto Ejército del Aire).


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