El B-21 Raider, el próximo bombardero furtivo estratégico nuclear de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, será presentado a los medios por primera vez a principios de diciembre. Será la primera vez que las Fuerza Aérea de los Estados Unidos o United States Air Force (USAF) presenten un nuevo bombardero desde la del B-2 Spirit, ambos de Northrop Grumman, en el ya lejano noviembre de 1988, en la denominada planta 42, en Palmdale (California), que dio paso a su primer vuelo, en julio de 1989.
El nuevo bombardero B-21 sería fundamental para un posible ataque estratégico nuclear y sólo se ha visto, hasta ahora, en diseños digitales. Se espera que su primer vuelo tenga lugar en 2023, unos meses después de la anunciada presentación y se fijará en función de los resultados de las pruebas en tierra.
Actualmente, hasta seis prototipos/aviones de prueba B-21 están en diferentes fases de ensamblaje en las instalaciones de Northrop Grumman de Palmdale. El pasado mes de mayo el primer B-21 terminó la primera de una serie de pruebas en tierra en dicha planta 42. Esa fase se incluyó pruebas de calibración de cargas, destinadas a verificar la integridad estructural del bombardero sometiéndolo a alta tensión, entre otras.
Las siguientes fases de las pruebas en tierra consistirán en la puesta en marcha del bombardero y la prueba de sus subsistemas, así como en la aplicación de revestimientos y pintura, claves para su capacidad furtiva o stealth.
En breve tendremos imágenes reales del B-21. (foto USAF)
Antes del primer vuelo del B-21 desde la planta 42 hasta la base aérea de la USAF, en Edwards, California, Northrop Grumman llevará a cabo pruebas de motor y de rodaje a baja y alta velocidad. Las pruebas formales de vuelo del bombardero tendrán lugar en Edwards.
La USAF esperaba en 2019 que se realizase el primer vuelo del B-21 se produjera en diciembre de 2021, pero su calendario se fue retrasando, en parte por el efecto de la pandemia COVID-19. La base de la USAF de Ellsworth (Dakota del Sur), será la primera base de operaciones principal del B-21, a la que seguirán progresivamente las Whiteman (Missouri), y la de Dyess (Texas).
El B-21 Raider será un bombardero furtivo de alta capacidad de penetración en territorio enemigo algo más pequeño que su predecesor el B-2 Spirit. Frente a los veinte ejemplares fabricados del B-2 Spirit, se ha planteado que se producirá un centenar de los de B-21, reemplazando también con él a los B-1 Lancer. De arquitectura abierta para facilitar su crecimiento y transformación futura, el bombardero B-21 Raider tiene un precio estimado por ejemplar es de unos 550 millones de dólares. (Julio Maíz Sanz)
