El pasado viernes la Plataforma de Contratación del Estado anunciaba la adjudicación a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Escribano Mechanical & Engineering y Rheinmetall Expal Munitions del contrato del suministro del Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM) para el Ejército de Tierra por 576,4 millones de euros.
El contrato de la Subdirección General de Adquisiciones de Armamento y Material (DGAM) fue adjudicado el pasado día 15 y alcanza los 697,5 millones de euros incluyendo impuestos y contempla un plazo de ejecución que se alargará hasta diciembre de 2027.
El Ejército de Tierra carece de artillería de cohetes desde el 31 de diciembre de 2011, cuando se dio de baja el sistema nacional Teruel, capacidad que se recuperará mediante el sistema PULS del tecnólogo israelí Elbit Systems, que también proporciona este mismo lanzacohetes a Marruecos, como hemos analizado en varias ocasiones.
Desde los comienzos, este programa se planteó como de transferencia tecnológica con la participación de empresas españolas como Escribano y Expal (ahora Rheinmetal Expal Munitions tras su compra por parte del gigante alemán).
El año pasado lo acabábamos con la aprobación de los trece grandes programas del Ministerio de Defensa entre los que se incluye el citado SILAM, al que se asignaban 290 millones de euros para el período comprendido entre 2023 y 2027 (22 ya en el ejercicio 2023). Sin embargo, en el Consejo de Ministros del pasado 10 de octubre se autorizaba el contrato para el suministro del SILAM por 576,4 millones de euros (sin incluir el IVA), nada menos que 424 millones más de los previstos inicialmente.
Muchas cábalas se hicieron sobre el número de lanzadores y cada uno de los tipos de cohetes que se adquirirían hasta incluir los de “alcance más allá de los 300 km” como especificaba la referencia de ese Consejo de Ministros. Ahí se citaban vehículos lanzadores, munición, apoyo logístico inicial y demás vehículos y equipo complementario.
Tras el análisis que hicimos recientemente, llegamos a la conclusión que el programa se había separado en dos bloques, el primero, denominado “sistema de fuegos”, recibe 414,2 millones de euros y se refiere al sistema de cohetes propiamente dicho e incluye lanzadores (12), munición (680 cohetes), demostrador de lanzador, vehículos de exploración y reconocimiento terrestre (6 VERTs), vehículos de municionamiento (12), vehículos de recuperación (2), vehículos de puesto de mando (10) y la integración en el sistema de control de fuego TALOS del Ejército de Tierra.
La segunda parte se refiere a los “sistemas auxiliares” y recibe 281,5 millones de euros e incluye 4 RPAS (sistemas completos, no aeronaves individuales) y 4 radares para la adquisición de objetivos. (José Mª Navarro García)