La Marina rusa ha puesto en marcha el programa de desarrollo de su nuevo avión antisubmarino, el denominado Nuevo Complejo Aéreo Antisubmarino (PIAK por sus siglas en ruso). Se trata de un avión antisubmarino que previsiblemente estará basado en un avión comercial, concretamente el Tupolev Tu-204 o Tu-214, por lo que sigue la tendencia por la que apostaron Estados Unidos y otros países de aprovechar aviones civiles para misiones específicas como esta.
Este nuevo avión empleará la plataforma citada por estar disponible incluso a corto plazo ya que hay aeronaves en buen estado retiradas por aerolíneas, además su fabricante podría completar nuevos aviones en un corto plazo de tiempo. Se le dotará de un equipamiento de última generación que incluirá los habituales sensores acústicos, sonoboyas, radares y armamento antisubmarino pero contará con la novedad de poder desplegar embarcaciones no tripuladas para misiones antisubmarinas, dotadas de sensores y armas, que podrán ser desplegadas en vuelo, operadas desde el avión e incluso recuperadas posteriormente.
Este nuevo avión, que podría estar listo en 2030, servirá para modernizar la flota antisubmarina rusa, que no ha recibido nuevos aparatos desde comienzos de los noventa. Actualmente está formada por veteranos Tupolev Tu-142 (Código OTAN Bear-F), Beriev Be-12 (Mail) y los Ilyushin Il-38, incluyendo la versión modernizada Il-38N, si bien las cantidades de cada uno de ellos son muy limitadas. Mientras que los Il-38 desempeñan su misión en aguas litorales, los Beriev aprovechan sus cualidades anfibias, siendo los poco más de veinte Bear-F los que desempeñan las misiones de largo radio de acción.
El nuevo avión deberá ser capaz de operar por sus propios medios, detectando y siguiendo buques de guerra y sobre todo submarinos y siendo capaz de destruirlos con sus propios medios. Deberá tener un largo radio de acción y una gran autonomía, además de una elevada velocidad que le permita llegar rápidamente a la zona de interés.
Desde mediados de los noventa se estudia un reemplazo sobre todo los Tu-142, para lo que se postulaban una versión navalizada de los aviones civiles Tupolev y una plataforma anfibia como los Beriev A-40/42 Albatros, si bien parece que la primera opción, por coste y disponibilidad será la finalmente elegida, una alternativa que nos recuera al P8A Poseidón de la Marina estadounidense, basado en el avión comercial Boeing 737-800. Por su parte Beriev defiende que la posibilidad de aterrizar y despegar en el mar ofrece mayor flexibilidad de empleo, posibilitando la realización de misiones de búsqueda y rescate en el mar o la recuperación de las citadas embarcaciones no tripuladas.
Rusia tiene ya en servicio versiones especializadas para aplicaciones concretas del Tupolev Tu-204/214 como el Tu-214R dotado de radares laterales o reconocimiento fotográfico, baste recordar el Tu-214OS que hemos visto recorrer los cielos españoles en el marco del programa “cielos abiertos”. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Tu-214 en España (Rubén Galindo)