Ante las fotos de vetustos carros de combate T-54 del Ejército ruso camino del frente de Ucrania, algunos se preguntan, con sarcasmo, cuánto queda para que también se envíen a la guerra los tanques T-34/85 de la época de la Segunda Guerra Mundial.
La decisión de mandar carros de combate T-54 ha sido defendida como una solución provisional, para reemplazar las pérdidas sufridas en este campo en el frente en tanto se gana tiempo para construir más. Un discurso, que ya se uso el pasado verano cuando se mandaron los T-62 al conflicto, que ha dado pie en las redes sociales a preguntarse si veremos volver a operar en manos de los militares rusos los carros de combate T-34 de la Segunda Guerra Mundial.
Según un vídeo publicado en las redes sociales rusas Telegram y VK, el pasado 21 de marzo, varias unidades de los viejos carros de combate o Main Tank Battle (MBT) T-54 de fabricación soviética eran vistos en una estación de tren, procedentes del lejano Oriente ruso. Según información de fuentes abiertas, Rusia planea enviar dichos medios, T-54 y T-55, al frente para sustituir en parte al gran numero de los modernos MBT destruidos o dañados.
Estamos ante un tanque de la época soviética, que empezó a entrar en servicio en el seno del entonces Ejército Rojo a finales de la década de los años cuarenta del siglo pasado. Estos carros de combate fueron diseñado precisamente para sustituir a los de la anterior generación, los miticos T-34, el caballo de batalla de la Unión de Republicas Socialistas Soviética (URSS) durante la Segunda Guerra Mundial. En total, del modelo T-54, y de su versión modernizada T-55, se fabricaron en torno a unas 100.000 unidades por parte de la URSS, China y otros países, en numerosas versiones a lo largo de su vida útil, con mejoras graduales en su diseño, blindaje y armamento.
Se calcula que de los aproximadamente 13.000 carros de combate, de los que unos 2.850 estaban operativos al inicio del conflicto, el 24 de febrero de 2022, aproximadamente un total de 1.850 han sido destruidos, dañados, abandonados o capturados por los ucranianos. Con lo que, actualmente, el Ejército de Rusia solo tendría operativos un tercio de sus modernos carros de combate, que tardarán bastante en ser sustituidos por los de nueva construcción, por lo que ha tenido que ir recurriendo a los miles de unidades que tenía almacenados en reserva a lo largo y ancho de Rusia, como los T-54 y T-55.
Carro de combate T-34/85, de los que empleo el Ejército de Polonia. (Foto Julio Maíz)
T-54: añejo pero capaz
Aunque obviamente estos blindados no pueden enfrentarse a los actuales carros de combate ucranianos, y mucho menos a los Leopard 2, de diferentes modelos, que están en curso de recibir los ucranianos donados por países europeos, sí pueden utilizarse como medio de apoyo, sobre todo en funciones de defensa.
El T-54/T-55 puede utilizarse eficazmente en escenarios de guerra asimétrica, como en acciones contra guerrillas, o en el combate urbano, donde sus limitaciones pueden ser menos evidentes. En estos entornos, el T-54 puede proporcionar un aceptable apoyo de fuego a la infantería, gracias a su cañón D-10T de 100 mm, y aunque no puede batir un moderno MBT, aun puede suponer una amenaza para los vehículos blindados más ligeros y las tropas, y servir como plataforma defensiva móvil.
Cuenta con un casco y una torreta de acero fundido, lo que proporciona protección contra el fuego de armas ligeras y los fragmentos de artillería, pero es muy vulnerable a las modernas armas contra carros, como son los misiles guiados antitanque o Anti-Tank Guided Weapon (ATGM), y los proyectiles de otros carros de combate. Algunos T-54 han sido equipados con blindaje reactivo para mejorar su protección contra las ojivas de carga hueca. (Julio Maíz Sanz)