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Domingo, 22 de diciembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El acuerdo de Daewoo con el argentino Astillero Río Santiago Para construir un buque para la Armada

La empresa surcoreana Daewoo  rubricó un acuerdo de representación con el Astillero Río Santiago (ARS) para ofrecer al gobierno y la  Armada nacional el proyecto de un buque multipropósito capaz de actuar en misiones de apoyo a la comunidad ante una catástrofe natural, mediante su capacidad de embarcar pacientes, movilizar lanchones con equipo o proceder a una evacuación por medio helicópteros,  de una zona de desastre.

El diseño que ofrecerá esta unión de empresas, es propiedad de Daewoo y fue ofrecido a Indonesia, tras el Tsunami de 2004, concebido para proceder a la asistencia rápida de los damnificados en una emergencia humanitaria. La empresa asiática produjo las dos primeras naves, para después asistir en la producción de otras dos en astilleros locales, donde se fabricarán para Filipinas. Asimismo, en el año 2013, la empresa llegó a un acuerdo por el cual se montarían en los astilleros peruanos SIMA  dos naves para la Armada del Perú, actualmente en producción.

En una reunión en los  astilleros estatales de ARS, el cónsul general de Corea, Joyoun Jeon, el representante de Daewoo, Sun-Tae Kim y el Ministro de Producción de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Elustondo,  donde se asientan los astilleros argentinos y los funcionarios  de ARS, convinieron en un acuerdo para ofrecer este diseño a la Armada Argentina.

Conocemos este diseño por los buques tipo LPD “Clase Makassar”, que se han producido para Indonesia, Filipinas y Perú, conformando un buque de desembarco anfibio y ayuda humanitaria, de mediano porte, con buenas características de navegación, para un desplazamiento de 7.300 Toneladas y una eslora de 122 metros, manga de 22 y un calado de 4,9 metros para una velocidad de 16,5 nudos. Dispone de facilidades para la instalación  de un centro médico de importancia y tiene facilidades en su zona de aterrizaje para varios  helicópteros medianos.

Bien sabido es que la Armada Argentina no dispone de un buque de desembarco desde la salida intempestiva  de servicio  de su LST ARA “Cabo San Antonio”, hacia finales de la década de los noventa, privando a la Infantería de Marina de su preciado medio de desembarco y de un apoyo eficaz para la población civil en caso de un desastre natural.

La posibilidad de recibir asistencia técnica para la modernización de un astillero completamente envejecido material y mentalmente, como el ARS, es lo que busca la nueva administración macrista. Este es un caso peor aún que el vivido en  FADEA. Los que fueran los astilleros AFNE, donde se construyeron las corbetas MEKO  140 y el Destructor Clase 42 ARA “Santísima Trinidad”, más una infinidad de buques mercantes y petroleros que poblaron las flotas de ELMA (Empresa Líneas Marítimas Argentinas), fue tomado como botín de guerra por la administración anterior, superpoblando las oficinas  de empleados que nadie sabe dónde están y con atrasos gigantescos en los pocos trabajos que realizan.

El astillero fue cercenado en sus capacidades, al sustraerle varias hectáreas de terreno que fueron usadas para una zona franca, negocio particularísimo de otro gobierno muy anterior, lo que provocó una disminución de sus posibilidades ciertas de trabajo. Hoy día,  el ARS es una instalación con procedimientos y modos arcaicos, que necesita una reorganización industrial, gerencial y económica casi total.

Dependiendo de las arcas exhaustas de la Provincia de Buenos Aires, fue diezmado y arrasado, al extremo de existir en el presente causas judiciales por cobro de haberes de personal inexistente, habiendo funcionarios del mismo en prisión.

En sus gigantescas gradas de fabricación, orgullo del país en otros tiempos,  podemos apreciar el casco abandonado de un navío que fuera encargado por Venezuela, y que hoy día está abandonado por falta de pago por parte de Caracas,  ocupando una grada principal y sin idea que alguna vez pueda ser terminado y entregado a alguien. A sus costados las malezas crecen sin pausa.

Solo una transformación íntegra de la empresa puede hacer que llegue al siglo XXI, quizás la asociación con un astillero surcoreano de enorme capacidad industrial y gerencial  pueda lograr una inyección de nuevos modos y sistemas. La acuciante necesidad de un navío de este tipo puede impulsar un requerimiento que interese al Ministerio de Defensa, por ahora es tan solo eso. (Luis Piñeiro, corresponsal de Grupo Edefa en Argentina)


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