Un buen ejemplo de colaboración entre la industria y las Fuerzas Armadas españolas es el desarrollo del sistema contra medios aéreos no tripulados español Cervus, actualmente en fase final de desarrollo de la versión III, que operará el Regimiento de Artillería Antiaérea 71 (RAAA 71) del Ejército de Tierra.
Aunque el programa de lucha contra los sistemas no tripulados o Unmanned Aerial System (UAS) está globalmente dirigido por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), el proyecto Cervus, liderado por la empresa española TRC, lleva más de dos años de desarrollo junto con el Ejército de Tierra.
Así, de dicha colaboración, que lidera el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE), han ido surgiendo los sistemas Cervus I, II y más recientemente el Cervus III, cuyo primer ejemplar, según TRC, fue puesto a disposición del Regimiento de Guerra Electrónica 31 del Ejército de Tierra en julio del pasado año. El posterior traspaso, desde el 1 de octubre, de la gestión del programa y la responsabilidad contra-UAS al RAAA 71, que pasó a ser la Unidad de Referencia en la lucha contra UAS, ha coincidido con la solicitud de una serie de modificaciones y mejoras del Cervus III.
Se están acometiendo en el prototipo, en el Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Antiaéreos, de Costa y Misiles (PCMASACOM), que tiene sede en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Los trabajos finalizarían en los próximos meses.
El Cervus III recoge también la experiencia de los artilleros del Regimiento de Artillería Antiaérea 71, que forma parte del Mando de Artillería Antiaérea (MAAA), con las versiones anteriores, tanto en territorio nacional, como en los exigentes escenarios internacionales donde se han desplegado, como el de Mali.
Actualmente, el Cervus II, con un contingente del RAAA 71, está basado en Letonia, en el SubGrupo Táctico del Ejército de Tierra integrado en la Brigada Multinacional de la OTAN en Letonia o Battle Group Latvia, en el marco de la operación de Presencia Avanzada Reforzada o (enhanced Forward Presence /eFP), que se desarrolla, además, en Estonia, Lituania y Polonia, ante la amenaza de Rusia.
Así funciona
El Cervus III, que utilizará en conjunto (vehículo mando y control, radar y portador de arma) como plataforma los todoterrenos Uro VAMTAC ST5, cuenta con un sistema de mando y control en un habitáculo blindado que integra toda la información, en parte gracias al uso de la inteligencia artificial (AI), que proporcionan los sensores del sistema: radares, cámaras, antenas de radiofrecuencia, inhibidores… Una vez localizada la amenaza, el Cervus III, de ser necesaria la neutralización, ofrece los datos para dirigir el fuego de una estación de armas remotamente manejada o Remote Control Weapon Stations (RCWS) de Escribano M&E, que va armada con una ametralladora pesada Browning de 12,7 mm, que tendría la función de destrucción de los objetivos o hardkill.
El Cervus III también detecta objetivos terrestres, incluidos los no tripulados o Unmanned Ground Vehicle (UGV). Otra clave fundamental del sistema es, dado su desarrollado por la industria nacional, que permite la independencia tecnológica. En concreto participan en él media docena de empresas españolas: Grupo TRC, al frente del programa como integrador; Escribano M&E, con su sistema electroóptico Oteos y la referida RCWS; ART, con el radar; Hispamast, con el mástil; y ATL, con el inhibidor.
El sensor Oteos puede detectar objetivos hasta a 20 kilómetros, mientras que el radar ART tiene un alcance de entre cinco y diez kilómetros. En el vehículo de mando y control van instaladas antenas sectoriales de radiofrecuencia para localizar la amenaza, una antena directiva y un sistema de inhibición inteligente. Para hacer frente a los peligrosos enjambres de UAS, el Cervus III cuenta con una “seta”, una antena unidireccional que crea una burbuja de autoprotección contra los UAS alrededor del vehículo. Además, incorpora un UAS cautivo, que puede desplegarse sobre el vehículo a una altura de 100 metros para ampliar el campo de visión.
Después de la entrega definitiva del Cervus III, tras sus exhaustivas pruebas de uso, el siguiente paso sería convocar un concurso público de adquisición, con el que el RAAA 71 se dotaría de varios sistemas contra-UAS, con los que se materializaría la nueva Unidad. Además, la idea sería actualizar los sistemas de las dos primeras versiones con los sensores implementados en la versión III en el PCMASACOM.
Según el jefe del RAAA 71, el coronel Manuel César Arienza Fernández, lo que busca el Ejército de Tierra es “un sistema contra-UAS que tenga una gran capacidad de poder ser modernizado e incrementadas sus capacidades constantemente. No podemos diseñar y crear cada vez un sistema nuevo con este rol ante el avance de los UAS porque, además de los costes, el tiempo de reacción ante los continuos avances en este campo sería inasumible”.
También destaca los avances en IA, en los que trabajan a diario los profesionales del embrión de la Unidad contra-UAS del Regimiento, como un factor fundamental para mantenerse actualizados en este campo en los conflictos actuales, ya sean convencionales o los de tipo gris.
Tan importante como la dotación es la experiencia que van acumulando los oficiales y suboficiales del embrión de la Unidad que se está formando en el seno del Regimiento de Artillería Antiaérea 71. Este bagaje será fundamental, tanto para las otras unidades del MAAA, como para el resto de unidades antiaéreas con las que cuentan las diferentes Brigadas del Ejército de Tierra para neutralizar esta amenaza ascendente.
En este sentido, el RAAA 71 cuenta con la experiencia de ser el Regimiento de referencia en el empleo de los misiles antiaéreos MBDA Mistral, con lo que ya dispone de los canales para compartir y expandir en el futuro su experiencia en operaciones contra-UAS a las otras unidades del ET, e incluso a la Armada española y al Ejército del Aire y del Espacio. (Julio Maíz)
