Hablar de la mujer en el Ejército Argentino es significar una participación y compromiso de seis décadas, que se ve reflejada en una total integración dentro de la Fuerza. Desde aquella “Escuela de Enfermería del Hospital Militar Central”, creada para capacitar a enfermeras civiles, pasando por la “Escuela de Cuerpo Profesional Femenino”, cuna de las primeras oficiales y suboficiales de Sanidad y del Sistema de Cómputo de Datos, la mujer ha transitado el camino de la profesión militar cumpliendo roles vitales.
En 1995, el servicio militar voluntario dio un nuevo impulso a los pasos recorridos, pues la incorporación de mujeres soldados derivó en la necesidad de formar a personal femenino de oficiales y suboficiales de las armas y especialidades. Fue así que, para el año 2000, ya revistaban en las filas del Ejército oficiales y suboficiales mujeres de Artillería, Ingenieros y Comunicaciones, y de las especialidades de Intendencia y de Arsenales. Finalmente, en 2012, la mujer accedió a las armas de Infantería y Caballería. No hay lugar imposible o inaccesible.
Esta evolución, en sintonía con las transformaciones sociales, representa un constante progreso hasta el hoy. Cada uno de los avances trajo aparejados cambios estructurales y adaptaciones que alcanzaron la formación, la infraestructura, y hasta las costumbres, dejando de lado mitos y antiguos preconceptos.
En el presente, las mujeres pueden ocupar todos los espacios de trabajo en las organizaciones del Ejército con la capacidad como única condición primigenia e indiscutible. Desde las voluntarias de la Fuerza durante la contienda malvinera, o las primeras argentinas desplegadas a operaciones de paz en 1993, hasta las actuales integrantes del Ejército que cumplen funciones en la Operación General Belgrano, sobran las muestras de compromiso y capacidad.
Además del personal civil femenino, el Ejército Argentino cuenta con mujeres en todas las armas, tropas técnicas, especialidades y servicios. Hay paracaidistas, buzos, montañeses y aviadoras de Ejército. Como resultado de una apuesta constante a la capacitación, y corolario de un indudable profesionalismo, en el año 2035, las mujeres habrán alcanzado las jerarquías más altas dentro de la institución. (Luis Piñeiro)
Fotografía Ejército Argentino.