Las amenazas aéreas evolucionan en los últimos tiempos con gran rapidez, llegan plataformas diseñadas y fabricadas buscando que su firma radar o térmica sea sustancialmente inferior a la de diseños precedentes y no puedan ser detectadas con suficiente tiempo como para reaccionar ante su presencia en un determinado escenario.
Aviones de combate como los F-22 Raptor y F-35 Lightning II serían el principal objetivo de un sistema antiaéreo que Rusia ha evolucionado en los últimos tiempos para hacer frente a aviones furtivos. Se trata del BUK M3 (Sa-27 Guillum según codificación de la Alianza Atlántica), la última evolución de otros más antiguos que, según fuentes abiertas, están teniendo un buen desempeño en los enfrentamientos en Ucrania y han interceptado incluso los misiles ACTAMS (Army Tactical Missile System) lanzados desde sistemas BUK más antiguos.
Los misiles 9M317ME del sistema BUK M3 tienen un alcance máximo que oficialmente es de 65 kilómetros y pueden usarse contra diferentes objetivos. (Octavio Díez Cámara)
El sistema de misiles antiaéreos BUK M3 lo fabrica el consorcio industrial Almaz Antey, que tiene una dilatada experiencia en equipos de este tipo. Para dar movilidad al sistema se emplea una plataforma blindada que suele ser con tracción oruga y que incluye en su interior el puesto de control desde el que se gestionan algunos pasos de la batalla antiaérea.
En el BUK M3 se emplean diferentes configuraciones de misiles que han sido diseñados para hacer frente a blancos especialmente maniobrables dentro de un alcance que puede llegar a más de medio centenar de kilómetros del punto de lanzamiento. Esta configuración más reciente del BUK M3 se beneficia de interceptores como el misil 9M83ME del que puede llevar nada menos que una docena listos para el disparo o del modelo 9M317ME de los que ubica uno o dos módulos de seis en el lanzador, siendo este último un arma que incluye su propio radar de guía para la fase terminal que le auto dirigirá al objetivo.
La tecnología del BUK M3 incluye la más reciente configuración de Rusia en lo que a gestión de operaciones antiaéreas se refiere. (Octavio Díez Cámara)
Llama la atención que se cuenta, en el propio lanzador, con un avanzado radar de detección tridimensional, que es ya capaz de hacer frente a amenazas que puedan surgir en un futuro. La obtención de los sistemas BUK M3 por parte de las Fuerzas Armadas rusas, en especial para reemplazar modelos más antiguos y sustituir aquellos que puedan haberse perdido en combate, está impulsando su fabricación en serie en un número importante de sistemas de lanzamiento y de misiles.
Rusia lo está proponiendo para la exportación con el nombre comercial de Viking y se sabe que este material antiaéreo puede usarse también frente a misiles balísticos tácticos o misiles de crucero. (Octavio Díez Cámara)