La gestión de venta de blindados Guaraní al Ejército Argentino se veía por parte del gobierno de Lula como un premio consuelo a la industria tras el veto interpuesto expresamente por su coalición de partidos marxistas a negociar con Ucrania 450 ejemplares del mismo modelo, mayoritariamente configurados para misiones humanitarias y conexas.
Sin embargo, la falta de solvencia de su vecino ha hecho que el Ministerio de Economía brasileño bloquease la operación, respondiendo a diversos sectores preocupados por las posibilidades reales de pago del comprador.
Su titular, Fernando Haddad, convenció al presidente Lula (quien buscando un liderazgo regional le ha pedido a China y a los organismos internaciones que otorguen nuevos créditos al gobierno de Alberto Fernández) que financiar la venta de blindados Guaraní a la Argentina sería una apuesta muy arriesgada. Esta operación, antes estimulada por la propia cartera de Defensa y por el Ejército (cuyo Comandante en Jefe viajó a la Argentina en mayo pasado con la finalidad de continuar negociando el tema, además de realizar una visita protocolar) , sería una tarea demasiado complicada de explicar a la opinión pública brasileña, que terminaría financiando el posible default argentino, vía impuestos.
El ministro ponderó todas las posibilidades financieras, desde el BNDES(Banco Nacional de Desarrollo), pasando por el Banco de los Brics (que preside Dilma Rousseff)y culminando en el Banco de la Patagonia, en el que el Banco do Brasil tiene la mayoría. Sin embargo, ninguno de estos caminos demostró ser siquiera viable, ni aún tomando en cuenta que Argentina inclusive produce algunos componentes del vehículo, exportado a Líbano, Ghana y Filipinas.
Entre blindados, repuestos, instrucción, simuladores y entrenamiento, la operación, si hubiera sido exitosa, significaría casi 440 millones de dólares para Brasil. (Javier Bonilla)
