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El ATF-67 “Lautaro” dado de baja en la Armada de Chile tras 31 años de servicio

El 21 de diciembre de 1990 se incorporaba a la Armada de Chile el ATF-67 “Lautaro”, construido el año 1973 en Noruega como tug/supply vessel, siendo su primer nombre “Maersk Tender”, para posteriormente ser comprado por un armador mexicano como “Navimer I”, hasta su incorporación a la Armada chilena.

Los primeros meses del “Lautaro” incluyeron un proceso de navalización, destacando la transformación de estanques de lastre a petróleo, más tarde complementada con una cubierta de vuelo desmontable, dando inicio a una derrota cargada de versatilidad y tareas extraordinariamente diversas que hacen valorar la presencia de este tipo de buques en la institución.

El ATF-67 “Lautaro”, en sus 31 años de servicio, ha demostrado la polivalencia de este tipo de unidades, cumpliendo tareas en las cinco áreas de misión de la Armada y aportando en la consolidación del Territorio Chileno Antártico.

Como unidad de apoyo logístico y como plataforma, el “Lautaro” ha contribuido con numerosas tareas al área de misión “defensa de la soberanía e integridad territorial”.  En su estela de 31 años ha efectuado reaprovisionamiento en la mar y en puerto de unidades de combate, participando en simulacros de rescate de submarinos, en ejercicios combinados como Unitas y Team Work South, en ejercicios conjuntos, se ha desempeñado como remolcador Escuadra, recogedor de torpedos, ha remolcado más de 24 blancos para prácticas de artillería y misiles y ha efectuado tareas de mantenimiento de puertos secundarios.

Adicionalmente, ha desarrollado una importante capacidad en guerra de minas y dada su versatilidad ha participado también de fuerzas de tarea anfibias y misiones con fuerzas especiales. Ha demostrado como un buque de tamaño moderado, pero con capacidad oceánica, de carga, de almacenaje y transferencia de petróleo, puede apoyar y tomar parte de diversas tareas en el área defensa, lo que se complementa y suma con tareas de cooperación internacional.

El ATF 67 “Lautaro” ha realizado variados aportes en “cooperación internacional y apoyo a la política exterior” contribuyendo en forma destacada a esta área de misión.  El bitácora del buque considera gran cantidad de actividades de cooperación internacional particularmente en el Territorio Chileno Antártico, considerando, entre otras, el traslado de científicos y personal de distintas nacionalidades, reabastecimiento logístico de bases internacionales, apoyo a naves civiles y militares en maniobras de desvaradas, remolques y rescates, además de control y fiscalización pesquera de acuerdo a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCMLAR).

Otras tareas a destacar son las relacionadas con el tratado de Paz y Amistad con Argentina (TPA) y en general al acercamiento entre ambos países, incluyendo ejercicios como Viekaren, visitas a Ushuaia, navegación TPA y en forma sobresaliente la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC), efectuada en forma ininterrumpida desde 1998, como un verdadero ejemplo del actuar combinado de dos países con intereses comunes en la preservación de la vida humana y medioambiente en el Territorio Chileno Antártico.  Las mismas capacidades de transporte y carga que hacen este tipo de buque útil en el continente blanco, también son explotables y han sido aprovechadas para protección civil como se explica a continuación.

Los buques tipo ATF tienen capacidad para aportar en tareas de “emergencia nacional y protección civil”. El “Lautaro” con su capacidad de transporte de petróleo, agua y carga ha sido capaz de prestar apoyo y una rápida reacción particularmente en la zona austral y antártica, donde las condiciones geográficas y de aislamiento hacen necesario contar con un buque disponible para ingresar en aguas restringidas donde una unidad mayor podría verse complicada.

El “Lautaro” ha realizado diversas tareas contribuyentes al “desarrollo nacional y a la acción del Estado”, particularmente en Territorio Chilena Antártico. En sus más de 47 comisiones a territorio antártico la unidad ha participado en diversos trabajos hidrográficos como el sondaje del estrecho de Gerlache, canal Neumayer , canal Peltier  y mantención e instalación de mareógrafos,  sumado a apoyos a tareas científicas y logísticas del INACh, apoyo logístico a las bases nacionales, aperturas y cierres. En la zona austral se ha realizado apoyo con carga, transporte de combustible y rondas médicas a zonas aisladas, incluyendo entre otros íconos la construcción del monumento Cabo de Hornos, sumado a tareas en que se ha brindado apoyo a ENAP.

Las tareas de “seguridad e intereses marítimos” han sido significativas para este área de misión, sobresaliendo la capacidad de fondear y recuperar boyas pilares. Por su capacidad oceánica la unidad ha efectuado patrullajes en la ZEE desde su incorporación al servicio, ha realizado permanentes tareas de fiscalización, de salvaguarda de la vida humana en el mar, salvataje y anticontaminación.

En lo que a salvataje se refiere, el “Lautaro” ha participado en once maniobras destacando, en diciembre de 1991, en la isla Desolación en el Territorio Chileno Antártico desvarando al yate alemán “Freidys”; el 29 julio de 1992, la desvarada junto al ATF “Janequeo” de la Motonave “Río Rapel”, la que se encontraba varada en Caleta Abarca desde el 5 de junio; el despliegue desde Punta Arenas a Pisagua por más de 60 días, en mayo de 1997, para participar en la desvarada de la LST “Valdivia”, que concluyó con su escolta a Talcahuano. El buque ha realizado 74 maniobras de remolques, incluyendo entre otras las del ex “Portales”, ex “Serrano” y también el ROU “Vanguardia” de la Armada de Uruguay en la Antártica.

En lo referente al mantenimiento de señalización marítima se han realizado múltiples trabajos, incluyendo 102 maniobras con boyas, dentro de las cuales destacan 35 y media maniobras de boyas pilares.

En adición a las diversas tareas en el Territorio Chileno Antártico cabe recalcar que la historia del buque se encuentra íntimamente ligada al continente helado, habiendo efectuado su primera Campaña Antártica en 1991, con más de 47 cruces a la Tierra de O’Higgins en estos 31 años, incluyendo incluso una campaña de invierno junto al ex AP 45 “Piloto Pardo”.

La labor de transporte estratégico que realizó el buque, particularmente en lo referente a la entrega del combustible antártico, permitió el sostenimiento de las bases nacionales y su operación permanente, materializando la política de Estado de permanecer en todo momento en el punto más inhóspito de nuestra geografía y contribuyendo a la consolidación de nuestra soberanía antártica.

ATF 67 “Lautaro”

El Comandante del ATF 67 “Lautaro”, Capitán de Corbeta Ramón González, señaló que “como último comandante es un honor y un privilegio llegar a esta etapa de la historia del buque.  Es difícil para un oficial que por primera vez asume el mando de una Unidad darla de baja, porque la relación fierro y dotación es algo inexplicable que va más allá de la razón”, complementando que “la dotación hizo lo posible porque el Lautaro funcionara, demostrando que el buque era más que sus fierros y que el “espíritu indómito del León del Estrecho” se mostrará en todas las actividad realizadas, desde la navegación del Círculo Polar Antártico hasta las largas cuarentenas que debimos enfrentar producto de la pandemia, haciendo cada tarea con profesionalismo y entrega”.

Tras 31 años de servicio y habiendo recorrido lo equivalente a 15 vueltas a la tierra, la Unidad finalmente emprenderá su último zarpe con dirección a Talcahuano el 2 de enero.

Para cumplir con la series de tareas desarrolladas por la Unidad se asignó al ATF 66 “Galvarino”, buque con similares características el cual se desempeñará con Puerto Base en Punta Arenas tras el término de su comisión en Territorio Chileno Antártico, actualmente en desarrollo.

El ATF 67 “Lautaro” cerrará su bitácora, donde se destaca un aporte significativo al sostenimiento del Territorio Chileno Antártico, siendo protagonista de distintas páginas de la historia de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, en donde su navegación muchas veces silenciosa aportó en forma decisiva a la Patria y sus altos destinos, enfrentando temporales y rompiendo hielos, superando lo aparentemente imposible en los rincones más apartados del territorio nacional, una historia que llega a su fin pero no así la leyenda del “León del Estrecho”, una Unidad que seguirá siendo parte de los relatos épicos de la zona austral. (Texto y fotografía: Armada de Chile)


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