El General Sánchez, en sus primeras declaraciones como Ministro de Defensa, ha enfatizado que esta adquisición responde a la necesidad de Colombia de mantener una capacidad de disuasión creíble y de proteger su espacio aéreo de las amenazas emergentes. Aunque no se han proporcionado detalles específicos sobre el modelo o el número de aviones que se adquirirán, se ha asegurado que se trata de aeronaves modernas y de alta tecnología, capaces de responder a los desafíos del siglo XXI.
En palabras del Ministro de Defensa, esta decisión no es un capricho, sino una necesidad nacional. "Sería absurdo y sería criminal que alguien hiciera fuerza para que no se comprara algo que se necesita para proteger lo que es de el país", afirmó el Ministro, subrayando la importancia de esta inversión para la seguridad y soberanía del país.
Se espera que el Presidente Petro tome la decisión final en los próximos meses, tras un balance de la situación geopolítica mundial. El Ministro también enfatizó que esta adquisición es un deber de la Nación y que, si bien implica un desembolso importante, es una inversión necesaria para crear un círculo virtuoso: si se invierte en seguridad, se genera un ambiente propicio para la producción económica, lo que a su vez genera recursos para la inversión pública.
Pérdida de capacidades
La adquisición de nuevos aviones de combate es un paso crucial para la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), que ha visto su capacidad operativa disminuida en los últimos años debido al envejecimiento de su flota de Kfir. Estos aviones, adquiridos hace más de 40 años, han cumplido un papel fundamental en la defensa del país, pero su mantenimiento se ha vuelto cada vez más difícil y costoso. Además, su tecnología ha quedado rezagada frente a las nuevas amenazas, como los drones y los sistemas de defensa aérea modernos.
El anuncio del General Sánchez ha generado diversas reacciones en Colombia. Algunos sectores han expresado su apoyo a la decisión del gobierno, argumentando que dotar de aviones de combate que logren la modernización de la Fuerza Aérea Colombiana es esencial para garantizar la seguridad del país. Otros, en cambio, han cuestionado la prioridad de esta adquisición en un contexto de dificultades económicas y sociales.
Sin embargo, el gobierno ha insistido en que la inversión en defensa es una necesidad inaplazable y que la adquisición de nuevos aviones de combate es una prioridad para proteger la soberanía y los intereses de Colombia. (Carlos Vanegas)
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