Al respecto afirmó: “La capacidad política de una nación depende de su propio pueblo, de su unidad, de la fortaleza y calidad de toda la sociedad, y la capacidad militar de una nación depende de sus Fuerzas Militares, de sus instrumentos, de su capacitación, hay que tener capacidad aérea, ¿Podemos llegar hasta San Andrés, fácilmente? Pues en vuelos civiles, sí. ¿Y en vuelos militares?”
Petro también fue enfático al afirmar que “la Fuerza Aérea nos demanda una mayor capacidad” y se refirió a la necesidad de proteger el mar de Colombia, en alusión a las pretensiones de Nicaragua de extender su mar territorial, las cuales el 13 de julio fueron desestimadas por la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
De esta manera se vislumbra una inminente adquisición de un nuevo caza de superioridad aérea para Colombia, proyecto que cuenta con ofertas de la sueca SAAB y su Gripen E/F, la estadounidense Lockheed Martin y su F-16 Block 70 y la francesa Dassault A viation con el Rafale.
Este último había sido anunciado por el presidente Petro el pasado mes de diciembre como el elegido por la Fuerza Aérea Colombiana, sumándose a ello las declaraciones del gobierno de Colombia que informaba, durante la visita de Petro a Francia a finales del mes de junio, que el mandatario colombiano y altos ejecutivos de Dassault se reunirían en París, razón por la cual, se había solicitado al congreso de la República dos días más para permanecer en Francia.
También hay que recordar que el Ministro de la Defensa de Colombia, al ser consultado sobre la adquisición de un nuevo caza a principios del mes de junio, daba a conocer que la Fuerza Aérea Colombiana adelantaba un informe que sería presentado a más tardar finalizando el mes de julio, informe que daría la apreciación de la FAC sobre el avión que se debería considerar como remplazo de los Kfir.