Un atentado terrorista sacudió a Colombia iniciando el nuevo año, provocando la muerte de dos soldados y tres más heridos en el ataque contra un vehículo blindado M1117 del Ejército Nacional de Colombia en el municipio de Saravena, departamento de Arauca, zona fuertemente afectada por la presencia del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN). La emboscada se produjo mientras los militares realizaban una operación de seguridad.
El hecho sucedió en la madrugada del pasado jueves 9 de enero, cuando el blindado 4x4 AFV M1117, perteneciente a la Brigada 18 del Ejército, fue destruido mediante la activación de artefactos explosivos en el sector conocido como "La Y", en la zona rural de Saravena, Arauca. La explosión dejó el vehículo totalmente destruido y volcado lateralmente. En su interior viajaban soldados que estaban ejecutando una misión de protección a la población civil, un esfuerzo constante en la región debido a la amenaza que representan los grupos armados ilegales.
Los soldados Carlos Andrés Marín Díaz y Manuel Alexander Benítez Rosado perdieron la vida en el lugar. Además, tres compañeros resultaron heridos y fueron trasladados de inmediato a un centro médico para recibir atención.
Según las autoridades, la emboscada fue perpetrada por miembros del Frente Domingo Laín Sanz, una de las facciones más activas del ELN en la región. Este frente, junto al Batallón Héroes y Mártires, que también opera en el área, ha estado involucrado en diversos ataques y actividades ilícitas como la instalación de explosivos, secuestros y extorsiones.
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A la presencia del ELN se suma la de las disidencias de las FARC, que también luchan por el control de las rutas del narcotráfico, sobre todo aquellas que conectan Colombia con Venezuela a través de trochas ilegales.
Este atentado refleja, una vez más, la grave situación de inseguridad que afecta a varias regiones de Colombia. A pesar de los esfuerzos del gobierno por establecer una paz duradera dentro de la denominada Paz Total, grupos como el ELN continúan atacando a las fuerzas del orden y a la población civil con el objetivo de sembrar terror y desestabilizar el país.
La muerte de los soldados Marín Díaz y Benítez Rosado es un recordatorio de los sacrificios que los miembros de las Fuerzas Armadas Colombianas realizan todos los días en la lucha por mantener la institucionalidad del país. Los ataques como el de este jueves en Saravena no solo ponen en riesgo la seguridad en Arauca, sino que también son un mensaje claro de que la violencia y la guerra siguen siendo una amenaza latente en muchas partes de Colombia. (Carlos Vanegas)