La próxima puesta en servicio de más de un centenar de los novedosos bombarderos furtivos de sexta generación B-21 Raider dará a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF, United States Air Force) una mayor capacidad para ejercer, de forma precisa y eficaz, el control del mar en aquellas aguas que sean conflictivas.
China está reforzando sus medios marítimos y ejerce una cada vez mayor sobre Taiwán y las zonas marítimas adyacentes. Incluso, es reciente la notificación oficial del general Mike Minihan, que del Jefe del Mando de Movilidad Aérea de la USAF que controla tanto aviones de reabastecimiento en vuelo como de transporte, a sus subordinados avisándoles que se adiestren más y mejoren sus capacidades de cara a un previsible enfrentamiento con China en 2025.
Los futuros bombarderos furtivos B-21 Raider serán piezas claves en el control del espacio marítimo en futuros conflictos. (USAF)
Para esa fecha no va a estar disponible el B-21 Raider, aunque sí es verdad que los bombarderos de la USAF, por su capacidad como vectores de lanzamiento de gran cantidad de armas convencionales que incluyen sofisticados misiles antibuque y de crucero -recuérdese las imágenes de los cargadores rotatorios de aparatos como el B-52 Stratofortress o el B-1B Lancer cargados con muchos misiles en disposición de ser lanzados a múltiples objetivos-, van a desempeñar un papel relevante para el control del mar y dar cobertura a la reciente doctrina A2/AC de Antiacceso-Denegación de Área.
Potencial claro
La USAF ha manifestado en diferentes foros la necesidad de ser uno de los vectores clave frente a aquellos que quieran ejercer el control A2/AC en su área de interés y lo hará con el control del mar. En esa apuesta a futuro, el uso de bombarderos muy difíciles de detectar, como es el caso del B-21 Raider, será determinante para obtener datos ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance) del adversario en un determinado teatro de operaciones y también para atacar, coordinadamente con fuerzas de la U.S.Navy en el caso que nos ocupa sus navíos de superficie y hacerlo de forma especialmente eficaz.
El largo radio de acción, la furtividad o el que cuenta con sus propios sensores harán del B-21 una plataforma óptima para cometidos de ataque a buques. (Northrop Grumman)
Será un empleo operacional del B-21 Raider distinto del propio de la disuasión nuclear, y lo harán llevando en sus bodegas armas tan eficientes como los misiles JAASSM-ER (Joint Air-to-Surface Standoff Missile-Extended Range) y LRASM (Long Range Anti Ship Missile), bombas de alta precisión como las JDAM (Joint Attack Munition) provistas de equipo de guiado por posicionamiento global/láser, y también con aquellos misiles hipersónicos que puedan recibirse en los próximos años.
Los B-21 Raider de la USAF se benefician, dentro de la flexibilidad que les caracterizará, de factores que pueden ser especialmente relevantes: incorpora sus propios sensores, cuenta con un muy largo radio de acción y en su bodega podrá llevar armas de tamaño grande con las que ejercer el control del mar tanto en el Pacífico como en el Atlántico. El B-21 Raider de la USAF será, por lo señalado, una pieza clave para desarrollar operaciones multidominio y lo hará por sí mismo o acompañado de otros sistemas aéreos autónomos que queden bajo su control. (Octavio Díez Cámara)