La plataforma continental argentina figura entre los espacios marítimos más extensos y fértiles del hemisferio Sur. Su Zona Económica Exclusiva (ZEE) abarca una superficie 1.529.585 km2. y contiene zonas de pesca comercial, cuencas hidrocarburíferas y yacimientos minerales de gran valor económico, sin mencionar otras características estratégicas que encierran las profundidades del Atlántico Sur.
En virtud del Derecho Internacional del Mar, los estados costeros tienen, según sea el caso, soberanía, derechos y jurisdicción sobre la columna de agua el lecho y subsuelo de los espacios marítimos adyacentes a sus costas continentales, particularmente en su ZEE que se extiende desde las 12 hasta las 200 millas náuticas. En esta extensión, los estados tienen derechos de explotación, conservación y administración sobre los recursos vivos y no, como también jurisdicción (conforme a los lineamientos establecidos por la convención de la ONU sobre el Derecho del Mar) para el establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones, y estructuras científicas marinas y protección y de preservación del medio marino.
Con estos principios como base, es que a la Prefectura Naval Argentina (PNA) se le ha delegado por parte del Estado la responsabilidad de ejercer la vigilancia dentro de su ZEE, para la que ha otorgado a esta institución el poder de policía, con las facultades y obligaciones que dicha responsabilidad conlleva. El desarrollo vertiginoso de la aviación a partir de la primera mitad del Siglo XX ha posibilitado que las plataformas aéreas se transformen en un complemento indispensable de los buques que circulan en las aguas jurisdiccionales, realizando las tareas de vigilancia y acudiendo en ayuda de las tripulaciones de barcos, cualquiera sea el tipo de navegación que efectúen.
Es precisamente el desarrollo de la aviación el que llevó a un grupo de oficiales de la PNA en 1947 a comenzar el proceso de creación de un servicio aéreo para complementar las tareas de vigilancia que les delegaran, en aquellos años dependiente de la Armada argentina. Comenzó entonces un proceso organizativo que hizo eclosión en 1951 con la creación de un componente aéreo en la institución y es en 1952, cuando se adoptó definitivamente la actual denominación de Servicio de Aviación (SEAV) de la Prefectura Naval Argentina. Por mandato de la Ley 18398, la PNA ejerce como autoridad marítima, lo que la habilita para ejercer el poder de policía y seguridad en la navegación dentro de las aguas jurisdiccionales argentinas, diferenciándose de la Armada Argentina (ARA), cuya función es la defensa del mar y soberanía nacionales.
El SEAV tiene cómo mandato el cumplir varias misiones, que lleva a cabo a pesar de estar equipado históricamente con una cantidad de medios que no responden a las necesidades operativas que el actual contexto y extensión territorial requiere. Las misiones que se le han asignado son muy variadas y complejas de llevarlas a cabo: patrullaje marítimo y fluvial; búsqueda y rescate; evacuaciones sanitarias en tierra y mar abierto; transporte de pasajeros y carga; lucha contra incendios; asistencia a la comunidad (inundaciones y terremotos); apoyo a las actividades deportivas (como regatas); auxilio de buques en emergencia; detección de derrames de hidrocarburos; vigilancia del tráfico marítimo y fluvial; contralor de actividades Ilícitas en la ZEE; patrullaje y control de pesca en aguas jurisdiccionales y presencia activa en el Continente antártico.
La formación de la totalidad de sus tripulaciones, sean estas de vuelo, cómo del personal técnico destinado a proveer el mantenimiento de los diferentes sistemas en servicio, se lleva a cabo, desde 1989, dentro de la misma Institución a través del Centro de Extensión Profesional Aeronáutica (CEPA), ubicado en la Base San Fernando, unidad que se encuentra en el aeropuerto del mismo nombre, en las afueras de la capital. En ese lugar se forman los pilotos de avión y de helicóptero de la PNA y la totalidad del personal técnico de mecánicos de vuelo y auxiliares.
Este Centro de formación ha ido evolucionando en el tiempo, ya sea merced a la incorporación de moderno equipamiento –es el caso de simuladores de vuelo-, cómo por la incorporación de docentes e instructores de probada experiencia y material de vuelo. En la faz técnica, en 2014 se incorporó un entrenador terrestre y de vuelo por instrumentos Entrol A11, de origen español, siendo multimodal, por lo que acepta distintos tipos de configuraciones de aeronaves de ala fija o rotativa. Este simulador es complementado por una pantalla panorámica envolvente de alta definición, que permite generar una real sensación de pilotaje mediante la adición de distintas reproducciones de fallas y condiciones meteorológicas. El puesto del instructor se encuentra por detrás del módulo de la cabina y está compuesto por dos pantallas de 25” con amplia visión.
Los sistemas del SEAV
En cuanto al material de vuelo para instrucción, el CEPA, cuenta con aviones Piper PA-102 Archer incorporados a partir de 1992, utilizados también para vuelos de enlace y transporte. En cuanto a helicópteros, tiene Schweitzer 300C para enseñanza básica de los noveles aviadores. La calidad alcanzada a través de este sistema en la formación de pilotos ha permitido que se recibiera por parte de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) la correspondiente certificación para que el Centro esté en condiciones de expedir los certificados habilitantes de piloto comercial y privado de avión y helicóptero.
La Base San Fernando, además de ser el principal centro de instrucción del SEAV, es el asiento del Centro de Mantenimiento de Aeronaves, por lo que es posible observar la presencia de los CASA (Airbus DS) C212-300 y 300MP Aviocar, sistemas estos incorporados en los años 1988 y 1989 (los C212M matriculados como PA-61 y PA-62) y el 21 de marzo de 1990 los 3 C212-300 MP (PA-71, 72 y 73) aparatos estos, que reemplazaron a los Short SC-7 Skyvan, desprogramados definitivamente en 1993, después de permanecer depositados algunos años en la hoy Base Aérea Militar Morón. Estos aviones han sido los últimos incorporados, algo que pone de manifiesto la poca inversión presupuestaria asignada por el Estado para salvaguardar los propios intereses. En 2012 el SEAV pudo incorporar nuevos aparatos, en este caso 2 excelentes plataformas de vuelo Beechcraft 350 Super King Air: el PA-21 destinado a transporte y propósitos generales y el 350ER (Extended Range) MPA (Maritime Patrol Aircraft) con matrícula PA-22.
foto: Los C212 PM “Aviocar” son sencillos y económicos de operar. Llevan muchos años en servicio (foto Guillermo Sentis).
Este aparato fue destinado al patrullaje de la ZEE, complementando a los C212-300MP, para lo cual fue equipado con un sistema de detección compuesto por el radar Telephonics Corporation Radar Systems RDR-1700B de banda X tierra-mar con un alcance de 120 millas náuticas, con capacidad para detectar y seguir hasta 200 contactos; capacidad ECCM (Electronic Counter Countermeasures); modo de búsqueda de largo alcance y alta resolución ISAR (Inversed Syntetic Aperture Radar). Su antena se ubica en un carenado ventral que permite una cobertura de 360º. Cuenta también con un montaje para colocar un FLIR (Forward Looking Infrared) y una cámara y zoom digital y monitoreo de video de alta resolución a color. La primera misión de relevancia que le cupo al PA-22 fue participar en la Campaña Antártica realizada por la PNA en 2014, complementando las tareas del guardacostas GC-28 Prefecto Derbes, el buque del Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental (SERSIPA) SB-15 Tango y al motovelero oceanográfico Dr. Bernardo Houssay.
La principal base en lo que se refiere a helicópteros se encuentra en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), más precisamente en el puerto de la capital. Denominada Oficial Principal Balestra, es la sede de la Escuadrilla de Alas Rotativas, que fuera el asiento de los Aérospatiale (Airbus Helicopters) SA330L Puma adquiridos en 1980 (PA-11, 12 y 13), destinados a tareas de búsqueda y salvamento, o SAR (Search and Rescue), patrullaje y evacuaciones sanitarias, entre otras; y años más tarde asentamiento de los AS365 N2 Dauphin del mismo fabricante, con los que convivieron durante un período de tiempo hasta que los primeros fueron progresivamente desafectados. A la fecha sólo queda 1 SA330 Puma en servicio.
En este punto es interesante mencionar que, del lote inicial de 3 AS330L adquiridos en 1980, 1 (PA-12) de ellos se perdió en las acciones desarrolladas en 1982 tras la recuperación por parte de Argentina de sus Islas Malvinas. Es de destacar que los 3 Puma del SEAV fueron movilizados hacia distintas bases del Sur, siendo el PA-12 el único aparato destinado a Malvinas, quedando bajo el control operativo de la Armada. El corto tiempo de actuaciones no fue desaprovechado, ya que, gracias al empleo de su radar, se le utilizó para detectar la presencia de naves inglesas en la zona de San Carlos. Quedó fuera de servicio al ser alcanzado por fuego naval mientras permanecía en tierra en Puerto Argentino.
Una vez concluido el conflicto, los SA330L continuaron en servicio destinados a la Estación Aérea de la Ciudad de Mar del Plata y en la de Comodoro Rivadavia, en la Provincia de Chubut. En la jurisdicción de esta, el 20 de marzo del 2000, y ante un pedido de auxilio de un buque potero (pesca de calamares) ubicado a 159 millas náuticas (296 km.) de Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz, el PA-11 fue enviado a una evacuación sanitaria. El destino quiso que las malas condiciones climatológicas en que se desarrollaba la misión influyeran negativamente en esta.
Por acción del intenso temporal, la canasta de rescate se enganchó en el pesquero provocando que, producto de la tensión acumulada en el cable que la une a la grúa, se produjera el corte de este, provocando que el latigazo resultante impactara en el rotor del Puma que, en emergencia, abandonó la zona, no pudiendo alcanzar la costa, cayendo al mar. Los tripulantes fueron finalmente localizados por uno de los C212-300MP (PA-73) y, finalmente, rescatados horas más tarde por un pesquero. En este accidente murieron dos de sus tripulantes, el prefecto principal (PM) Eduardo E. Velázquez Tarlisetti y el oficial principal (PM) Dax Maximiliano Cosentino.
La condición de los SA330L en esos años ya comenzaba a mostrar signos de obsolescencia preocupantes, que, sumado al hecho de la pérdida del PA-11, hicieron forzoso tratar de incorporar una máquina para mantener en aptitud a la unidad. Las históricas penalizaciones presupuestarias en Argentina impidieron que estas máquinas hayan sido actualizadas o reemplazadas por una nueva versión del Puma, el AS332 Super Puma. A pesar de esta situación, la PNA logró modernizar 1 de los SA330L, el PA-13, dotándolo de los nuevos motores Makila 1A y mejoras en su aviónica para acercarlo al estándar del Super Puma, este aparato continúa en servicio operando desde el aeropuerto internacional de Mar del Plata. No sería hasta 2006 cuando, finalmente, el SEAV pudo incorporar otro SA330L, procedente de la Bundespolizei, o Policía de Frontera alemana. Se trató de una célula sometida a una revisión general (overhaul) por IAR-Brasov en Rumania, empresa que por aquellos años poseía la licencia para fabricar el IAR330 Puma. Está matriculado como PA-11.
Llega un nuevo sistema
En 1995 se pudieron adquirir 3 AS365 N2 Dauphin (PA-40, 41 y 42) provenientes del operador privado argentino Helicópteros Marinos. A estos les siguió un cuarto aparato similar en versión VIP en 2003 procedente de la Policía Federal Argentina. Fueron progresivamente destinados a las distintas bases del SEAV, operando en el litoral marítimo y fluvial del país, asignándoseles misiones de patrullaje, SAR, transporte sanitario y VIP, llegando a realizar numerosas operaciones de rescate de tripulantes de pesqueros afectados por distintas causas, como accidentes o enfermedades que hicieran crisis en plena navegación.
La República Argentina posee un litoral marítimo de 6.816 km. de extensión y vigilarlo no es tarea sencilla. A esta enorme área, se le deben de sumar las riveras fluviales de la Mesopotamia argentina. Los medios aéreos de la PNA siempre han acudido en respuesta a las solicitudes del servicio. En los últimos años se ha decidido, de acuerdo a los boletines mandatorios del fabricante, realizar una modernización de la flota de AS365 N2 para llevarlos al estándar N3+, producto esto del cese del soporte técnico para la versión N2. En 2017, mediante un Acuerdo de Contratación Directa entre el Ministerio de Seguridad de la Nación (de quién depende la Prefectura Naval Argentina) y Airbus Helicopters, se llegó a un acuerdo para hacerlo.
Si bien se ha firmado y el primero de los helicópteros fue enviado a la planta de Helibras (filial de Airbus Helicopters), este acuerdo se desarrolla lentamente, permaneciendo dicho aparato depositado en uno de los hangares de la empresa brasileña, ya que los eternos problemas presupuestarios retrasan toda operación. Mientras tanto, la institución recibió 1 Dauphin que tiene una matrícula provisional, para su utilización en tareas de patrulla, mientras se reincorpora la primera aeronave que está siendo actualizada. Supuestamente el estado de algunas de las células no sería el mejor para ser modificadas, debiéndose recurrir a obtener -en el mejor de los casos- unas nuevas que acepten y estén en condiciones de ser modificadas.
Las mejoras que se tiene previsto incluir en la versión N3+ son la sustitución de los motores por los Turbomeca Arriel 2C; un nuevo sistema de gestión digital para el control de combustible, que redunda directamente en un menor consumo y un mayor tiempo entre inspecciones; un nuevo piloto automático de cuatro ejes, igual al que equipa al H225; nuevos sistemas de navegación y detección para operar de noche en mar abierto; e inspección y remoción de obsolescencias en la célula y, es posible la instalación de un nuevo y más eficiente rotor de cola Fenestron. De concretarse, la solución sería similar a la adoptada en el nuevo PA-11, es decir, recurrir a una nueva célula, situación que también ha complicado sobremanera la concreción de dicha modernización.
Si bien este programa de modernización de la flota de AS365 sigue su curso, el SEAV tiene en carpeta la búsqueda y adquisición de algunos Dauphin de segunda mano. Tiempo después elevó un pedido al Ministerio de Seguridad en estos términos: La Prefectura Naval Argentina presenta la imperiosa necesidad de reponer equipamiento, con vida útil ampliamente cumplida, que resulta indispensable para cumplir con las tareas y misiones que son de su exclusiva responsabilidad. Ante este pedido concreto, el Ministerio inició la tramitación de una adquisición de 2 helicópteros de búsqueda y rescate en el mar Airbus Helicopters H225, con opción a la compra de un tercer aparato.
Por resolución 366/2013 del Ministerio de Hacienda del 20 de noviembre de 2013 se resolvió la modificación del presupuesto del de Seguridad de la Nación para la compra de esos 2 Super Puma con el tercero opcional para el SEAV. La realidad dista mucho de los deseos, algo que se puede comprobar muy fácilmente, pues de los 2 en firme sólo se ha concretado la compra de1, que arribó al país en el mes de agosto del 2015, siendo identificado cómo PA-14 y que está prestando un muy buen servicio en peligrosos rescates a distancia considerable de la costa. Anteriormente a esta incorporación, en 2011 y a pesar de la eterna coyuntura del país, el Servicio de Aviación de la PNA ha podido incorporar 2 nuevos AS355 NP Ecureuil.
El primero arribó procedente de Chile en enero (PA-80) y el segundo en mayo (PA-81). Si bien estaba previsto adquirir algunas unidades adicionales, esto no se ha concretado hasta el momento. Estos 2 aparatos han sido incorporados con la finalidad de que realicen tareas de patrullaje, SAR y transporte de autoridades. Si bien están en capacidad de ser embarcados, no está previsto que sean en los patrulleros de la Clase Halcón, que en la Argentina son conocidos como Mantilla.
En lo que se refiere a acciones concretas en la incorporación de nuevas máquinas, lo único que se puede confirmar son algunos Agusta Bell 206, pertenecientes a un lote adquirido en 2009 por el Ejército argentino. La llegada al SEAV se materializó a través de un acuerdo entre el Ministerio de Defensa y el de Seguridad, por el que el primero cede a la PNA y a la GNA sendas máquinas totalmente revisadas en FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones). En principio estas máquinas, tanto en el SEAV como en la GNA, pasarían a formar parte del material de instrucción para sus respectivas escuelas de vuelo.
El año 2020 llegó a la Argentina con un nuevo Gobierno de, hasta el momento, inciertas actitudes en lo que a seguridad se refiere pero. Es de esperar, que el resguardo del patrimonio y la seguridad en el mar y ríos argentinos sea un capítulo a tener muy en cuenta por las nuevas autoridades y poder así, al menos, recuperar capacidades o, incluso, aumentarlas. La seguridad y los intereses marítimos y fluviales de la República Argentina están en juego y es muy posible que, si no se toman decisiones en ese sentido, esta partida se pierda irremediablemente. La acción y la responsabilidad están en el campo de los políticos.
Revista Defensa nº 503, marzo 2020, Luis Piñeiro