El pasado 29 de mayo el Consejo de Ministros de España daba el visto bueno para un acuerdo marco por valor de 40 millones destinado a la modernización de la aviónica de los cazas a reacción Northrop F-5M del Ejército del Aire y del Espacio y extender con ello su ciclo de vida.
Como ya informó defensa.com en exclusiva, la denominada Fase III de enseñanza de los pilotos de la institución, que se realizaba actualmente con los 19 F-5M actualmente en servicio, se realizará con los nuevos turbohélices Pilatus PC-21, para que los reactores realicen menos horas de vuelo, y puedan extender su vida operativa.
Este caza, de diseño norteamericano, aunque montado en España por Construcciones Aeronáuticas Sociedad Anónima (CASA, hoy Airbus Defence & Space), se ha utilizado como avión entrenador avanzado desde principios de los años setenta del pasado siglo. Desde entonces, los de la versión biplaza han sido el material de vuelo de la Escuela de Reactores, redenominada posteriormente como de Caza y Ataque, que tiene sede en la base aérea de Talavera (Badajoz), para el adiestramiento de los pilotos de combate del Ejército del Aire y del Espacio.
Pero el tiempo pasa, y la sustitución del F-5B después denominado como F-5M por modernizado, o AE9 según la denominación militar española, ha sido una de las prioridades de los altos mandos del Ejército del Aire y del Espacio, como ha recalcado en varias ocasiones el Jefe de Estado Mayor del Aire (JEMA), general del aire Javier Salto.
Una petición que se ha ido retrasando demasiado, hasta la fecha no se sabe nada en concreto del sustituto y sólo tenemos la promesa política de la actual Secretaria de Estado de la Defensa (SEDEF), Amparo Valcarce, que comunicó el pasado mes de marzo en el Senado que “el Ejército del Aire y del Espacio ha identificado ya la sustitución de la plataforma F-5”, que el programa de sustitución “ya estará maduro” y que en 2028 llegarían a España los nuevos aviones para “la formación de nuestros pilotos de caza y ataque”. También, en dicha comparecencia, adelantaba que se pretendía mediante un contrato su modernización, que valoró en 25 millones, poder mantenerlos en servicio hasta 2028.
El M-346 de Leonardo se configura como uno de los mejores sustitutos del F-5M. (foto Gian Marco Anzellotti.
En el Consejo de Ministros del 29 de mayo se confirmó la operación, además de aumentar la cuantía hasta los 40 millones, y se informó que los F-5 se mantendrá en servicio hasta 2030, cuando llevará en activo casi 60 años.
En concreto la nota del Ejecutivo, afirma: “la aviónica de estos aparatos, que fue reemplazada en los años 2000, requiere como consecuencia del paso del tiempo que los distintos subsistemas que la componen sean sometidos a una nueva modernización o cura de obsolescencia”, hasta la baja que concreta en dicho 2030. También detalla la solución para extender el ciclo de vida: “Para ello, el acuerdo marco comprende la realización de los servicios y la adquisición de los suministros necesarios para proceder a dicha modernización comprendiendo el análisis, el diseño, el prototipado, las pruebas y apoyo a pruebas, el apoyo en la certificación aeronáutica, la fabricación, obtención o modificación de equipos de serie, su montaje y el mantenimiento y apoyo de ingeniería de los diversos subsistemas que componen el sistema de aviónica”.
Volviendo al sustituto, todavía no se ha dado ninguna información del futuro sustituto, tras quedar en vía muerta la opción presentada por Airbus DS en octubre de 2020, el denominado futuro entrenador a reacción o Airbus Future Jet Trainer (AFJT).
Esta situación lleva a que el plazo para elegir, contratar y recibir el avión reactor sustituto del F-5M sea cada vez más apremiante, permitiendo el actual programa de modernización dar 2 años extras al proceso. Sin embargo, la contratación se debería de poner en marcha los antes posible si se quiere llegar al año 2030 y no perder dicha capacidad, como ha ocurrido con otras del Ejército del Aire y del Espacio, como la de lucha antisubmarina.
Entre las opciones que barajan, tras no “despegar” la puesta en marcha del AFJT, estaría la del KAI T-50 coreano, que ahora apoya Airbus, o el Boeing T-7A norteamericano, pero ambas opciones suscitan peros, como contar con un soporte técnico tan alejado o los plazos de entrega inviables, respectivamente. El Ejército del Aire y del Espacio pretende contar con un reactor, por plazos y capacidades, quedaría como principal candidato el Leonardo M-346. (Julio Maíz)