La compañía sevillana GHENOVA Ingeniería se ha adjudicado un contrato de la Guardia Civil para el diseño del buque oceánico que reemplazará al veterano “Río Miño” con que cuenta el Servicio Marítimo (SEMAR). De las cinco ofertas presentadas, la de GHENOVA Ingeniería ha sido la que finalmente ha obtenido la mayor puntuación, disponiendo a partir de ahora de 243 días para ejecutar el proyecto, valorado en 157.500 euros.
Según informamos en 2019, con el programa “elaboración de un proyecto conceptual de construcción de un buque oceánico para la Guardia Civil” la Jefatura de Asunto Económicos ponía en marcha un programa para buscar sustituto al veterano “Rio Miño” que cuenta con más de cuarenta años y cuyos servicios para el Ministerio del Interior comenzaron en septiembre de 2007. Este buque hace tiempo que se encuentra al final de su vida útil y nunca ha sido adecuado plenamente a sus labores policiales pues fue comprado de segunda mano y su función inicial como remolcador de jaulas de atún no permitió más que una adaptación precaria y parcial.
Características
Según recoge el PPT, se trata de un buque con casco de acero, con capacidad para navegar con cualquier condición meteorológica para patrullar en el mar territorial, zona contigua y aguas internacionales para la represión del contrabando, control de la inmigración ilegal y la vigilancia del cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales en la mar. Eventualmente será empleado para funciones de salvamento, lucha contra la contaminación y ayuda humanitaria, por lo que contará con espacio adecuado para estos fines. Podrá permanecer en el mar entre 20 y 30 días, tendrá una dotación de entre 55 y 75 personas, de las que entre 40 y 50 serán tripulantes, dispondrá de celdas para entre 2 y 8 detenidos.
Entre sus características están una eslora total de entre 75 y 85 metros, una manga de entre 12,5 y 14 metros, un calado de entre 3 y 4,5 metros. Su diseño será de tipo monocasco, con proa lanzada con o sin bulbo, algo que se definirá durante la fase de elaboración del proyecto conceptual y popa de estampa de desplazamiento. El buque deberá poder navegar a régimen de rpm a la potencia máxima de su sistema de propulsión en condiciones de viento y mar de fuerza 6. Tendrá dos motores principales diésel asociados a hélices de paso fijo o variable, con dos reductoras y cada eje contará con su timón. Contará también con motores eléctricos con capacidad suficiente y también una hélice o dos en proa.
Deberá alcanzar una velocidad igual o superior a 18 nudos con los motores al 100 % con velocidad de patrulla de 10 nudos y de crucero de 14 nudos. Su autonomía a velocidad de crucero será de 9.000 millas y su autonomía de patrulla de al menos 11.000 millas.
Dispondrá de una plataforma de aterrizaje de 12x12 metros para helicópteros que permita las operaciones de reabastecimiento del tipo VERTREP con seguridad para un helicóptero de tamaño medio, previsiblemente los Bell 412, AS365 Dauphin o EC-135. También incluirá una plataforma para dos contenedores de 20 pies en cubierta o bajo la plataforma de aterrizaje y puestos de armas.
Habrá una plataforma polivalente de 20 metros de eslora por 12 de manga para ubicar provisionalmente a náufragos. Esta podría ubicarse a proa o popa, coincidiendo con la zona para contenedores o la cubierta de vuelo. Se estudiará la posibilidad de dotar al buque de un sistema de posicionamiento dinámico. DSP.
Se trata de un diseño que nos recuerda en gran medida al otro buque oceánico con que cuenta el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, el “Río Segura”, el único patrullero de altura de nueva construcción con que cuenta, con una eslora de 73 metros, un desplazamiento de 1.700 toneladas que está siendo empleado profusamente por la Guardia Civil en el marco de las misiones internacionales de vigilancia y protección del Mediterráneo.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil
Las oleadas de pateras o cayucos que sufrieron las Islas Canarias en 2006 y 2007 obligaron a la Guardia Civil a tomar medidas de urgencia y dotarse de buques de mayores capacidades para afrontar este reto. Entonces se decidió adquirir dos patrulleros oceánicos (según la denominación del Instituto Armado), que comenzaron a operar en 2007, concretamente el “Rio Miño”, un antiguo pesquero japonés construido en 1984 y el “Rio Tajo”, un antiguo buque de apoyo a plataformas construido en 1973 en Alemania.
Aunque ambos buques fueron transformados por astilleros españoles, se trata de buques no diseñados para las misiones del Instituto Armado, empleados principalmente en tareas de localización y ayuda a las oleadas de pateras, resultando poco aptos para estas tareas y de muy escasa velocidad. El Servicio Marítimo de la Guardia Civil dispone de un único buque de nuevo diseño capaz de afrontar estas misiones, se trata del patrullero de altura “Rio Segura”, encargado en 2008 a Astilleros Gondán. Con base en Las Palmas de Gran Canaria, fue entregado en diciembre de 2010 y costó 15,3 millones de euros. Dispone de una eslora de 73 metros y una manga de 12, un desplazamiento de 1.700 toneladas. Puede operar con 27 tripulantes y dispone de una superficie para helicóptero aunque no hangar. Estos buques operan frecuentemente junto a los aviones de patrulla marítima CN-235-300 MP del Servicio Aéreo de la Guardia Civil.
La compañía sevillana se adjudicó un contrato para la Marina de Brasil para la puesta al día de varias patrulleras según informamos recientemente. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Un EC1-135 de la Guardia Civil se posa sobre el Rio Segura (Guardia Civil)