La polivalencia del avión C295 de Airbus está más que contrastada en Latinoamérica, una región donde las características de esta aeronave son puestas a prueba a diario por sus múltiples operadores en diferentes configuraciones.
De todo ello nos habló en el marco de FIDAE 2024 Víctor de la Vela, Jefe de Airbus Defence & Space para la región, que destacó la eficiencia, la versatilidad y el reducido coste de operación de este avión en comparación con otras mayores que no encajan con las necesidades de la región y que superan por ejemplo las 5 toneladas de carga en la mayoría de las misiones que realiza el C295.
De la Vela apuntó la capacidad de esta aeronave para adaptarse a diferentes aplicaciones tanto en misiones militares como de seguridad o actuación durante emergencias climáticas o humanas. Sirva como ejemplo la adaptación en curso de un kit de lucha contra incendios, que a semejanza de otros sistemas de misión del C295 son del tipo Ro/Ro, es decir, que pueden ser montados y desmontados mediante equipos rodantes.
Este kit, por ejemplo, permitirá desplegar 5 toneladas de agua o retardante que serán dispersados a presión a través de una puerta modificada al efecto, una de las pocas adaptaciones requeridas para integrarlo.
Un ejemplo más de capacidad de este C295 puesto que se trata de un sistema que puede instalarse cuando sea requerido y que no condiciona al avión para desempeñar otro tipo de operaciones durante todo el año. Otro ejemplo son las versiones de patrulla marítima (MPA), siendo la seleccionada por el Ejército del Aire español la más avanzada y destinada a reemplazar a los veteranos P-3 Orion ya dados de baja.
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Víctor de la Vela durante su intervención (autor)
Líder en la región
América Latina se caracteriza por países con topografía diversa, incluyendo enclaves naturales inaccesibles que pueden ser un desafío para el trabajo diario de las Fuerzas Armadas y servicios de emergencia. Por lo tanto, contar con los medios adecuados y la velocidad de despliegue son vitales para el éxito de cualquier misión.
El avión de transporte táctico medio C295 se ha convertido en un activo clave para el día a día de las operaciones de los países de esta región por su versatilidad y fiabilidad en las condiciones climáticas más exigentes, y adaptándose a las diferentes necesidades operativas. Está disponible para tareas cotidianas, como el transporte de personal, mercancías o vigilancia costera, así como para misiones más complejas en respuesta a accidentes o desastres naturales, como huracanes, incendios y terremotos, que requieren búsqueda y rescate, detección y seguimiento, o acceso a ubicaciones remotas con terreno no preparado.
La historia del C295 en América Latina comienza en la década de 2000, cuando surgió la necesidad de renovar la flota de aviones de transporte militar en la región. El primer operador fue la Fuerza Aérea Brasileña en 2005, con un pedido de 12 aviones. Le siguieron en 2007 la Fuerza Aérea Colombiana, con cuatro aviones, y la Armada de Chile, con tres en configuración de patrulla marítima (MPA).
México se unió en 2009, con cinco aviones para su Fuerza Aérea y dos para la Armada. Ambos operadores repitieron pedidos en los años siguientes, al igual que Colombia y Brasil, adquiriendo este último sus tres aviones en configuración de búsqueda y salvamento (SAR). El operador de C295 más joven de la región es Ecuador, con una flota actual de tres aviones adquirida por la Fuerza Aérea en 2015.
La flota regional C295, con un total de 41 aviones C295 de seis operadores en cinco países, ya ha realizado más de 200.000 horas de vuelo, lo que demuestra el papel clave del avión en la región. Se trata de un avión que ha ido evolucionando a lo largo de los años, introduciendo modificaciones, como los winglets, que mejoran sus prestaciones y reducen el consumo de combustible, y la modernización de la aviónica de Collins Aerospace con pantallas táctiles adaptadas a las necesidades presentes y futuras.
Sin embargo, el éxito del C295 en Latinoamérica no se puede entender sin mirar atrás a sus antecesores: el C212 y el CN235, dos aviones de transporte y vigilancia que han sido, y siguen siendo, imprescindibles para las distintas flotas nacionales. Desde la década de 1970, un total de 91 C212 y 24 CN235 han surcado los cielos latinoamericanos y, hoy en día, más de 110 aviones militares de Airbus Defence and Space están operativos en la región.
Transporte táctico con rápida adaptación al entorno local
Ante diferentes situaciones de emergencia, la capacidad de adaptación y reacción es fundamental y el C295 en configuración de transporte -la más común en la región- es un avión polivalente capaz de operar en todo tipo de terreno y altas temperaturas, pero con una característica única: su reconfiguración rápida. La capacidad de dos mecánicos para cambiar de una configuración a otra en menos de una hora permite al C295 apoyar rápidamente la evacuación médica, la entrega de ayuda humanitaria, el rescate humano o la extinción de incendios.
En octubre de 2023, el huracán Otis devastó Acapulco y las comunidades mexicanas circundantes en el estado de Guerrero, dejando áreas aisladas sin ayuda de emergencia. Los C295 de la Fuerza Aérea y Armada de México actuaron como puente aéreo para transportar ayuda humanitaria a las zonas más afectadas.
En junio de 2023, un C295 de la Fuerza Aérea Colombiana actuó como ambulancia aérea durante la Operación Esperanza para evacuar a los cuatro niños desaparecidos durante 40 días en la selva colombiana y transportarlos a un hospital en Bogotá. El piloto aterrizó con gafas de visión nocturna en una pista no preparada.
Otros casos de operaciones de transporte y evacuación del C295 en los últimos años fueron: el terremoto de Ecuador en 2016; el huracán Odile en Baja California en 2014 y el terremoto en Haití en 2010, que contaron con el apoyo de operadores mexicanos, brasileños y ecuatorianos.
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El C295 está integrando el kit MAFFS II para su uso como apagafuegos (captura presentación)
Diferentes versiones para diferentes misiones
Además de su versión de transporte, que ha podido cubrir estas misiones clave en América Latina, el C295 cuenta con otras versiones, como la de patrulla marítima (MPA) y la de búsqueda y rescate (SAR), que son operadas respectivamente por Chile y Brasil.
La versión de patrulla marítima (MPA) es capaz de detectar, monitorear y actuar contra los submarinos gracias a sus sonoboyas y su detector de anomalías magnéticas (MAD), pero también puede ser clave en la extinción de incendios, otra tarea importante en la región. En estos casos, el C295 MPA puede actuar como avión guía o, como ya ha demostrado el avión chileno gracias a sus cámaras ópticas e infrarrojas, también es capaz de detectar y monitorear distintos focos de incendios, permitiéndole combatirlos desde un punto de vista etapa muy temprana.
Su versión de búsqueda y rescate (SAR) es fundamental para países como Brasil, que lo emplea para monitorear barcos, detectar derrames de petróleo o para operaciones de rescate en el mar. Para optimizar la disponibilidad de la flota, se pone a disposición de los operadores regionales una organización de Servicios para cubrir todas las necesidades de soporte que puedan surgir: desde materiales y repuestos hasta capacitación y soporte técnico, dependiendo de las necesidades de cada operador.
A escala global, el C295 ha alcanzado el hito de 300 pedidos en 2024 con más del 80% de cuota de mercado; un líder mundial para afrontar los desafíos operativos actuales y futuros. (José Mª Navarro García)
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