Chile en la ruta de la construcción de unidades de combate
Roberto Sandoval Santana, 30 de septiembre de 2019
El Comandante en Jefe de la Armada de Chile, almirante Julio Leiva Molina, ha planteado lo que denominó un desafío, el cual consiste en “iniciar un plan nacional continuo de construcción naval que haga converger una serie de beneficios para el desarrollo del país. Por una parte, satisfacer la necesidad de renovar los buques de combate por unidades a la altura de los intereses marítimos nacionales, que permitan ejercer su resguardo y la defensa de la soberanía y, por otra, crear un gran motor para aumentar la diversificación de nuestra economía, producir empleos de buena calidad y potenciar la economía regional y nacional, generando en el mediano y largo plazo la demanda por industrias tecnológicas que hoy no existen y que tampoco existirán si no fuera por proyectos de esta complejidad, magnitud y horizonte de largo plazo”.
Las fases de este desafío son las siguientes: incorporación de 2 unidades de segunda mano como reemplazo de las 2 fragatas de la Clase L, que son las más antiguas en servicio; posteriormente reemplazar las unidades auxiliares actuales por otras construidas en la planta de Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR), para luego iniciar la producción de las unidades de combate. La primera se completaría muy probablemente con 2 unidades de la Clase Adelaide australiana, que serán retiradas del servicio este año y que ya han sido inspeccionadas por representantes de la Armada(2).
La fase de construcción de buques auxiliares se iniciaría una vez terminada la del rompehielos, es decir, no...
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