El vicealmirante Alexandre Rabello de Faria pertenece a la Marina de Brasil y ha ejercido la presidencia del Consejo de Delegados de la Junta Interamericana de Defensa (JID) durante dos años, entre 22 de junio de 2021 y el 27 de junio de 2023. Uno de sus últimos actos oficiales fue la visito España, durante la cual nos concedió esta entrevista.
¿Cuál fue su puesto o experiencia más satisfactoria durante su carrera?
Durante mi carrera en la Marina tuve la oportunidad de desempeñar diversas funciones y vivir experiencias gratificantes. Sin embargo, si tuviera que destacar una en particular, diría que el mando en la mar fue el punto culminante de mi carrera. Comandar buques de la Armada brasileña fue una vivencia única. El mando en la mar proporciona una visión completa de las operaciones navales, desde la planificación estratégica hasta la ejecución táctica.
Es una experiencia desafiante pero extremadamente gratificante, ya que permite al oficial de Marina aplicar sus conocimientos, habilidades y capacidades en un ambiente dinámico y bajo presión. Estos destinos me permitieron contribuir directamente a la seguridad marítima, a la proyección del poder naval y a la defensa de los intereses de Brasil. Fue un privilegio formar parte y dirigir tripulaciones dedicadas y profesionales. Una experiencia única que me ayudó a formar mi perspectiva como profesional de la Marina.
¿Cómo llegó al cargo de presidente del Consejo de la JID?
El presidente del Consejo de Delegados de la JID es un cargo electivo de un año de duración, con posibilidad de reelección por un periodo similar de tiempo. Así, en mi caso, tuve el honor de ser elegido y reelegido por el Consejo de Delegados, lo que me permitió permanecer durante dos años. En mi opinión, la selección de mi nombre por mi país para optar a este puesto puede tener alguna relación con la experiencia que he tenido a lo largo de mi carrera profesional y en los esfuerzos realizados, junto con varios equipos, para la cooperación internacional entre las armadas de diferentes países.
Me siento muy honrado de haber ocupado ese cargo y de haber contribuido de alguna manera a fortalecer la cooperación y el intercambio de conocimientos entre las Fuerzas Armadas y de Seguridad del continente americano. Durante este tiempo hemos buscado, entre otros temas relevantes, fortalecer la seguridad marítima, el desarrollo tecnológico, el desminado humanitario, la ciberdefensa, la agenda de mujeres, paz y seguridad, los flujos migratorios regionales y el apoyo mutuo entre países, especialmente en caso de desastres naturales en nuestra región. Para el futuro, tengo la esperanza de que la JID también pueda ampliar este enfoque a otros temas de suma importancia, como el impacto de la inteligencia artificial en la defensa y la seguridad, el cambio climático y las operaciones interagenciales.
¿Cuál cree que es la función más útil de la organización?
Como presidente del Consejo de Delegados de la Junta Interamericana de Defensa (JID) considero que el principal valor de la organización en materia militar es promover la cooperación y el diálogo entre los estados miembros. Además, también destacaría su labor como entidad de asesoría técnica, consultiva y educativa en asuntos relacionados con temas militares y de defensa en el hemisferio; todo ello a fin de contribuir al cumplimiento de la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con miras a fortalecer la seguridad y la confianza en el hemisferio occidental. En mi opinión, la JID debe desempeñar un papel crucial, proporcionando un espacio para que los estados miembros discutan y coordinen posibilidades de apoyo y cooperación, de acuerdo con las deliberaciones de la Asamblea General de la OEA, su Consejo Permanente y sus propios estados.
En este sentido, reconozco el potencial de la JID para apoyar a los países en la coordinación de acuerdos de cooperación más amplios e integrales, obviamente de acuerdo con las necesidades e intereses de los países. Este es el caso, por ejemplo, en el área de la defensa cibernética, donde la JID ha estado trabajando en la idea de un marco de cooperación hemisférica.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la JID?
Reconozco que la organización se enfrenta a algunos retos comunes, como es natural en cualquier institución internacional, que debe estar en sintonía con los avances de la sociedad global. Entre los principales retos, puedo destacar la diversidad de intereses. La JID está compuesta por varios estados miembros, cada uno de los cuales tiene naturalmente sus prioridades de política interior y exterior. Conciliar estas diferentes perspectivas y buscar el consenso puede resultar difícil, pero también es una oportunidad para fomentar el diálogo constructivo y el entendimiento mutuo.
También están las limitaciones presupuestarias, siendo asignación de recursos financieros es un reto común para muchas organizaciones y la JID no es una excepción. Garantizar una financiación adecuada para las actividades técnicas y académicas de la organización, de forma equitativa entre los proyectos y mandatos de la OEA, es un reto permanente que debe superarse, con dedicación y creatividad.
Otro reto son los cambios en el panorama geopolítico, que evoluciona constantemente y la JID debe adaptarse para mantener su relevancia. Los nuevos desafíos, como el aumento de las amenazas cibernéticas, la seguridad marítima, la delincuencia organizada transnacional, el cambio climático, la respuesta ante desastres y la ayuda humanitaria exigen un enfoque ágil y flexible por parte de la organización. Finalmente, está la cooperación y coordinación efectivas entre los Estados miembros, que son fundamentales para el éxito de la JID. Fomentar una cultura de confianza, compartir información y buscar soluciones conjuntas son retos constantes y esenciales para alcanzar los objetivos de la organización.
Es importante subrayar que la JID es consciente de estos escollos y está comprometida a abordarlos de forma constructiva, a través del diálogo, la búsqueda del consenso y la introducción de soluciones innovadoras. Creo que, con la participación activa y comprometida de todos los Estados miembros y la contribución de nuestros observadores permanentes, en el caso concreto de España, la JID puede superar estos obstáculos y seguir desempeñando un papel relevante en la promoción de la seguridad y la cooperación en las américas.
¿Por qué la visita a España hacia el final de su mandato?
VARF: El viaje oficial a España estuvo motivado por varios factores. En primer lugar, para estrechar los lazos e impulsar la cooperación entre la JID y los países observadores permanentes, como es el caso de España, que desempeña un papel muy importante en el Continente americano. El propósito de la visita fue también promover el diálogo y el intercambio de experiencias sobre temas de suma importancia para nuestra región, incluyendo áreas en las que las Fuerzas Armadas españolas tienen gran experiencia, incluidas las operaciones llevadas a cabo bajo la dirección de la Unión Europea.
Esta interacción es fundamental para enriquecer las discusiones y contribuir a mejorar las capacidades y conocimientos de la JID, así como aportar visiones complementarias y aditivas a los enfoques que tenemos sobre temas de alcance hemisférico, en nuestra área de acción técnica y académica. También es importante destacar que la visita representó una oportunidad para conocer, in situ, los esfuerzos y avances realizados por España en materia de seguridad y defensa, así como para estrechar los lazos bilaterales y de cooperación mutua. En este contexto, creo que las visitas a las organizaciones militares españolas y de la UE con sede en España representaron una oportunidad estratégica de gran importancia para consolidar alianzas, compartir experiencias y reafirmar el compromiso mutuo con la paz, la seguridad y la cooperación entre las naciones.
¿Podría hacer balance de su estancia e indicar, en el ámbito de la cooperación, algún aspecto o campo concreto en el que vayan a profundizar?
Durante mi misión en España, pude valorar muy positivamente las posibilidades de cooperación, especialmente en los ámbitos de la ciberdefensa; mujer, paz y seguridad; respuesta ante desastres naturales y ayuda humanitaria, y seguridad marítima. En materia de ciberdefensa, reconozco la creciente importancia de este campo del conocimiento, así como la necesidad de fortalecer las capacidades de los estados miembros para hacer frente a los retos en este ámbito, lo que requiere un apoyo mutuo eficaz. Tenemos la intención de profundizar nuestro trabajo conjunto promoviendo el intercambio de conocimientos, realizando seminarios y ejercicios de simulación, así como desarrollando cursos de formación de corta duración, con el fin de reforzar las capacidades cibernéticas de la región.
En el tema de mujer, paz y seguridad, me gustaría destacar el liderazgo y el alto grado de profesionalismo de España, así como su compromiso con la promoción de la igualdad de género. Me gustaría reforzar aún más nuestra cooperación, desarrollando proyectos de formación e invirtiendo en mecanismos de intercambio de información que contribuyan a los análisis de gestión por parte de los estados miembros, mejorando las políticas y directrices que, en última instancia, pueden conducir a un entorno más igualitario.
Además, considero esencial mejorar nuestra cooperación en el ámbito de la respuesta ante desastres y la asistencia humanitaria. Me impresionó mucho mi visita a la Unidad Militar de Emergencias y creo que compartir las buenas prácticas, realizar ejercicios, conferencias y talleres, así como desarrollar y mejorar los mecanismos conjuntos y las soluciones tecnológicas, son la dirección correcta para seguir en nuestra región.
Por último, quiero subrayar la importancia de la seguridad marítima para el hemisferio y el papel estratégico de España en ese contexto, como nos ha sido demostrado en la sede del Mando de la Operación Atalanta, en la Base Naval de Rota. En este sentido, la JID pretende potenciar las oportunidades que contribuyan a mejorar la cooperación entre los estados miembros para hacer frente a problemas comunes, como la pesca ilegal, la lucha contra la piratería, la contaminación de los océanos, la protección de infraestructuras críticas y la salvaguarda de la vida humana en la mar, entre otros aspectos.
En este sentido, nos comprometemos a solidificar una cooperación estrecha y duradera en los campos prioritarios mencionados, buscando resultados concretos que beneficien a todos los estados miembros de la Junta Interamericana de Defensa y que nos mantengan en el camino hacia la paz, la seguridad y la prosperidad en la región.
¿Qué le ha gustado de España?
Durante mi estancia en España, tuve el privilegio de visitar lugares increíbles, que reforzaron aún más mi admiración por la historia, la cultura y la belleza del país. Además de la capital, Madrid, tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Cádiz, donde se encuentra la Base Naval de Rota. Me encantó la alegría de la gente en las calles, la cordialidad del trato en todos los lugares que visité y la oportunidad de disfrutar de la maravillosa gastronomía española.
¿Se atrevería a dar algún consejo a su sucesor, el general de brigada del Ejército de México Marco Antonio Álvarez Reyes?
Ahora que mi mandato como presidente del Consejo de Delegados de la JID llega a su fin, me dispongo a pasar el cargo a mi sucesor con sentimientos encontrados. Durante el tiempo que he ocupado este cargo, he enfrentado muchos retos, he aprendido mucho y he sido testigo del potencial de colaboración entre los estados miembros.
Si pudiera dar un consejo al nuevo presidente del Consejo de Delegados, le diría que abrace la complejidad y la diversidad, que trabaje para convertir el potencial de la Junta Interamericana de Defensa en proyectos y actividades que sean beneficiosos para los estados miembros y para el Sistema Interamericano, en aquellas áreas que la Junta es responsable técnica y académicamente. En ese sentido, considero de esencial importancia para la JID lo que acabo de ver y escuchar en España y Bruselas, dado el potencial que representa esta asociación institucional que está a punto de comenzar. (Eva de Lezo)