La Ministra de Defensa belga, Ludivine Dedonder, ha anunciado que los 34 aviones de combate Lockheed Martin F-35A (versión de despegue/aterrizaje convencional) Bloque 4 comprados por Bélgica tendrán doble capacidad de ataque, es decir, convencional y nuclear. Los primeros cuatro de los 34 F-35A encargados en octubre de 2018, por un importe de unos 3.800 millones de euros, se esperan se entreguen a partir de 2023.
Éstos más los cuatro siguientes permanecerán en la base aérea o AFB (Air Force Base) Luke (Arizona-Estados Unidos), donde se utilizarán para entrenar a los primeros pilotos belgas. Actualmente ya está en marcha un plan destinado a seleccionar a los primeros pilotos del F-16AM (el actual caza belga) que serán destinados al programa de conversión al F-35A a mediados de 2022.
La Ministra de Defensa recordó a los miembros del Parlamento de Bruselas que “Los F-35A belgas tendrán la misma configuración que los aviones que se producirán al mismo tiempo para otros países. El programa de los F-35 prevé una configuración idéntica para todos los países para asegurar la interoperabilidad. Por lo tanto, los dispositivos se entregarán de acuerdo con la norma del Bloque 4 (con el beneficio del programa de modernización de Technical Refresh-3)”.
La ministra especificó también que las mejoras realizadas en el Bloque 4 en comparación con la versión actualmente producida del F-35A estarán relacionadas con computadoras más eficientes, sensores más sensibles, dispositivos de navegación más precisos, sistema de comunicación (encriptada y frecuencia de saltos) más modernos, mayores sistemas de autodefensa y capacidades duales de ataque, lo que significa que los aviones pueden transportar cargas de ataque tanto convencionales como nucleares. A este respecto, la Fuerza Aérea de Estados Unidos o USAF (United States Air Force) ha realizado con éxito pruebas de compatibilidad de su futura bomba nuclear, la B61-12 -destinada convertirse en la más común del arsenal nuclear estadounidense- con el F-35A, con la perspectiva de que se ponga en producción en 2022.
Se supone que la base aérea belga de Kleine-Brogel, en la que junto a la de Florennes se encuentran actualmente los F-16AM/BM (que serán sustituidos por los F-35A en 2029), alberga una veintena de bombas nucleares americanas del tipo B61 en el marco del “reparto de cargas” dentro de la OTAN.
Aunque Bélgica no tiene armas nucleares, desde la época de la Guerra Fría comparte la responsabilidad de apoyar la disuasión atómica militar de la Alianza frente a la extinta URSS y ahora Rusia. Así, en la década de los sesenta, junto a efectivos de sus vecinos de los Países Bajos, activo una unidad dotada con misiles antiaéreos de largo alcanza norteamericanos Nike-Hercules, a los que se les dotada de una cabeza nuclear, para armar estos proyectiles y usarlos como sistema tierra-tierra ante una hipotética invasión de las unidades terrestres soviéticas. (Julio Maíz Sanz)
Fotografia: Maqueta de un F-35 con las insignias del Componente Aéreo de las FAS de Bélgica. (foto Julio Maíz/defensa.com).