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Viernes, 29 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El entrenador avanzado T-7A Red Hawk no llegará hasta finales de 2025 a la Fuerza Aérea de Estados Unidos

El T-7A será el próximo entrenador de la USAF. (Foto Boeing)
El T-7A será el próximo entrenador de la USAF. (Foto Boeing)

Dificultades relacionados con el sistema de expulsión de emergencia y los asientos eyectores de los pilotos han llevado a la Fuerzas Aérea Estados Unidos a retrasar la puesta en marcha de la producción del entrenador avanzado Boeing T-7A Red Hawk hasta febrero de 2025.

Esta decisión, en el mejor de los casos, supondrá un retraso de dos años según lo previsto, ya que, de ir todo bien y darse luz verde a principios de 2025, los primeros T-7A para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos o United States Air Force (USAF), no llegarían hasta final de ese año.

El T-7A Red Hawk, desarrollado conjuntamente por la estadounidense Boeing y la sueca Saab, está diseñado para proporcionar un entrenamiento de vuelo avanzado y realista a los pilotos estadounidenses, paso previo al manejo de aviones de combate de 5ª generación, como los F-22 Raptor y el F-35 Lightning II, aunque son también aptos para preparar a los pilotos en aviones de la generación anterior, como el F-16 Bloque 70. Cuenta con una aviónica avanzada, una cabina totalmente digital y un sistema de entrenamiento que permite practicar misiones complejas en un entorno simulado.

Fue seleccionado por la USAF en 2018 como nuevo avión de entrenamiento en reemplazo del actual T-38 Talon, que lleva en servicio desde la década de los sesenta  (muy similar y contemporáneo del F-5), si bien ha sido modernizado en varias ocasiones, incluyendo sus alas

Pruebas con los prototipos

La USAF firmó un contrato por el T-7A  por un monto de 9.200 millones de dólares, destinado a la adquisición de 351 aparatos y 46 simuladores, así como los servicios de entrenamiento previo, stock recambios y asistencia.

El primer vuelo tuvo lugar el 20 de diciembre de 2016, siendo sometido desde entonces a diversas pruebas, en las que se han revelado varios problemas, como los habituales de “nacimiento” del software y otros en el sistema de expulsión de los pilotos (es un biplaza) en caso de emergencia, así como con el sistema de control de vuelo. Aunque se han ido solucionando parte de esos fallos durante estos años, los referentes al sistema de expulsión, que podrían suponer un alto riesgo de conmociones cerebrales para los tripulantes, no han podido ser corregidos totalmente.

Esta grave circunstancia ha frenado la intención de la USAF de financiar su producción en masa, a la espera de la solución total del problema, por lo que la orden de producción, dependiente de un resultado favorable, no se produciría hasta febrero de 2025.

Los dos prototipos del T-7A, denominados como T-X. (Foto Boeing)

Con ello la Fuerza Aérea de los Estados Unidos retrasará el calendario del programa del T-7A Red Hawk unos dos años, por lo que, en el mejor de los casos, se podría iniciar en esa fecha la fabricación a bajo ritmo y entregar los primeros ejemplares a finales del mismo año.  De esta forma han eliminado de la solicitud de presupuesto para el próximo 2024 un total de 322 millones de dólares, los que debían haber servido para financiar la adquisición de esos primeros aparatos.

Mientras tanto, Boeing continuará con los test del T-7A Red Hawk en sus instalaciones de Saint Louis, en Missouri. A los tres prototipos construidos se sumarán otros cinco T-7, en fase actualmente de construcción, con los que se reforzará la capacidad de experimentación y de mejora del diseño hasta cumplir con todos los requisitos de la USAF, incluidos sobre todo los de seguridad.

Boeing dijo que se espera que sus prototipos comiencen las pruebas de vuelo este verano en las cercanías de su factoría de Saint Louis. Está previsto que los tres primeros se trasladen a la base de pruebas de la USAF sita en Edwards (California), donde se someterán a pruebas de vuelo a partir de septiembre.

Además, el retraso afectaría a sus ventas a otros posibles usuarios extranjeros, como podría ser el caso de España, cuyo Ejército del Aire y del Espacio busca desde hace años un sustituto para sus veteranos Northrop/CASA F-5M, operados en la Escuela de Caza y Ataque desde los años setenta del siglo XX. Este retraso podría afectar a su elección como candidato, recientemente la Secretaría de Estado de Defensa española apuntaba que el sustituto del F-5M vendría en 2028.  En estos momentos, tras quedar en vía muerta la opción del jet entrenador de Airbus Future Jet Trainer (AFJT), las principales opciones serían, además del T-7, el italiano Leonardo M-346, quedando con menos posibilidades el surcoreano T-50. (Julio Maíz)


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