En unas muy poco habituales declaraciones, el director general de la compañía estadounidense General Atomics Aeronautical Systems (GA-ASI) Linden Blue, se lamenta de que no se hayan enviado o suministrado sus aeronaves no tripuladas (UAV) a Ucrania, a pesar de las facilidades dadas por la empresa para ello.
El pasado 1 de este mes General Atomics Aeronautical Systems emitía una nota de prensa de su director general Linden Blue que llama la atención por lo enérgico de su mensaje en el que se pregunta por qué no se ha suministrado ninguno de sus sistemas aéreos no tripulados (UAVs) a Ucrania. Reproducimos gran parte de la nota por su interés y trascendencia.
Para Blue “durante casi un año, todo el poder del ejército ruso ha golpeado, pero no vencido, a las fuerzas ucranianas que luchan por su propia existencia. El mundo ha reaccionado con un apoyo casi unánime a la causa ucraniana, pero esos esfuerzos han pasado por alto una de las tecnologías más obvias y multiplicadoras de fuerza de la guerra moderna: sistemas de aviones no tripulados de largo alcance y gran autonomía, con capacidad de detección a larga distancia.
General Atomics Aeronautical Systems se dedica a brindar sistemas para conseguir el dominio de la información. Desde el comienzo de la invasión rusa, comenzamos a buscar opciones para responder a las solicitudes de las fuerzas ucranianas con nuestros productos, incluidos el MQ-9 Reaper y el MQ-1C Gray Eagle. Ambos sistemas se han utilizado con efectos devastadores en combate por parte de Estados Unidos y sus socios durante más de dos décadas y siguen siendo el referente en UAVs en su segmento.
Hemos entregado más de 1.000 aeronaves durante 30 años y volado casi 8 millones de horas de vuelo, la mayoría de ellos en áreas hostiles de todo el mundo. Sabemos que la introducción de estos sistemas en el campo de batalla tendrá un impacto inmediato.
Reaper de General Atomics (GA-ASI)
Hemos ofrecido capacitar a los operadores ucranianos en estos sistemas sin coste alguno para los contribuyentes estadounidenses o el gobierno ucraniano. Hemos ofrecido opciones flexibles y recomendaciones para la entrega. Hemos discutido la situación sin cesar en todos los niveles del gobierno federal de los Estados Unidos y con muchos socios internacionales.
Recientemente, ofrecimos transferir dos aviones de entrenamiento propios, propiedad de la compañía, más la estación de control en tierra y otro hardware necesario para operarlos, por el precio simbólico de 1 dólar y reiteramos nuestra oferta de entrenar al primer cuadro de pilotos y personal de mantenimiento. A nuestra cuenta.
Muchos de los costes adicionales asociados con la preparación de estos aviones para el combate, equiparlos con el equipo necesario, transportarlos a Ucrania, establecer operaciones en ese país, obtener ancho de banda satelital y proporcionar mano de obra de apoyo adicional, están fuera de nuestro control. Nuestras estimaciones para el lanzamiento y las operaciones en curso no incluyen ni un centavo de ganancia para nuestra empresa.
Teniendo en cuenta el hardware y la capacitación que es esencialmente gratuita, la oferta es un trato extraordinario sin condiciones. Todo lo que se requiere es la aprobación del gobierno de los Estados Unidos. Nuestro objetivo es ahora, y siempre ha sido, ayudar a las fuerzas armadas ucranianas a defender y proteger sus hogares y familias, y ayudar a poner fin rápidamente a este conflicto antes de que se pierdan más vidas.
Hay límites a lo que una compañía de defensa estadounidense puede hacer para apoyar una situación como esta. Desde nuestra perspectiva, ya es hora de que las fuerzas ucranianas tengan el dominio de la información necesario para ganar esta guerra”.
Quizá el freno a la aprobación que Blue reclama del Gobierno estadounidense está que el envío de estos sistemas a Ucrania sea considerado un paso más en la escalada bélica o más bien el miedo a que una tecnología tan avanzada caiga en manos rusas. Recordemos que no fue hasta algo más de una década cuando Israel aprobó la venta de determinados sistemas aéreos no tripulados (ciertamente no los más modernos de los disponibles) a Rusia, esta no había conseguido desarrollar este tipo de equipos y acumulaba décadas de retraso respecto a otros países. (José Mª Navarro García)