La OTAN busca conectarse con nuevas y creadoras empresas, de por medio se hallan los temores sobre el liderazgo de China en el desarrollo de inteligencia artificial. De esta manera, la organización atlántica planea aprovechar el conocimiento de las nuevas empresas para desarrollar su próxima generación de máquinas de guerra.
Con este objetivo, la Alianza de defensa transatlántica ha anunciado que lanzará un programa acelerador de startups y un fondo de inversión de mil millones de euros centrado en startups de Deep-tech o tecnología profunda. Estas tecnologías disruptivas en las que se halla interesada a la OTAN, incluyen inteligencia artificial, datos y computación, autonomía, mejoras humanas, tecnologías cuánticas; así como tecnología hipersónica y del espacio.
Ciertamente, en la actualidad, la innovación no proviene solamente del sector de la defensa como sucedía años atrás. Ahora, la innovación se ha trasladado también a lugares donde los planificadores en desarrollos militares están menos presentes. Por ello, desean conectarse con estos creadores y disruptivos mecanismos de desarrollo. Estos planes, surgen en medio de una creciente inquietud entre los líderes de la OTAN por las ambiciones militares de China. Debido en buena medida al fuerte gasto del gobierno chino en inteligencia artificial; por lo cual, no sorprende que esto ocupe un lugar destacado en la lista de tecnologías en las que el acelerador de la OTAN planea centrarse.
El fondo capital de riesgo, gastará unos 70 millones de euros al año durante 15 años. Invirtiendo en una fase inicial de puesta en marcha de tecnología profunda y aportando fondos adicionales de una lista de inversores de capital de riesgo de confianza. Las compañías de capital de riesgo deberán tener una intachable y demostrable trayectoria; pues no cumplir con esos requerimientos de confidencia, o debido a un historial deficiente, comportará que sean excluidas de esta lista de confianza.
Es muy probable que el programa se ejecute en la misma línea que In-Q-Tel; la firma estadounidense de capital de riesgo sin fines de lucro, fundada en 1999, que ha invertido en más de 200 empresas emergentes de alta tecnología enfocadas en apoyar las capacidades de inteligencia en EEUU. Al igual que In-Q-Tel, los inversores de capital riesgo profesionales gestionarán tanto el fondo de la OTAN como el acelerador, tomando para ello la financiación proporcionada por los estados miembros.
Cabe destacar, que no es probable que dicho acelerador, denominado Acelerador de Innovación de Defensa para el Atlántico Norte (DIANA) y el fondo estén operativos antes 2023, debido en buena medida a la burocracia involucrada en la coordinación de los 30 miembros de la OTAN. La participación en el fondo capital riesgo, será opcional para los países miembros de la OTAN. La aceleradora DIANA, tendrá también oficinas tanto en Europa como en los EE UU; e igualmente, las startups trabajarán en varios centros de pruebas de los países miembros. (Antonio Ros Pau)
Fotografía: La dotación de este fondo vendría motivada para afrontar el desarrollo de nuevas tecnologías disruptivas en las que se halla interesada la OTAN.