Mantener la ley y el orden en los océanos se ha convertido en una prioridad, sin seguridad marítima no será posible la globalización económica y puede peligrar todo el sistema de mercados conectados internacionalmente en el que se basa la economía mundial. La respuesta a este contexto ha sido el diseño de un buque multimisión, una plataforma estable para operaciones con helicóptero y operaciones de intercepción, capaz de permanecer en la zona durante largos períodos de tiempo. En este ámbito, los Buques de Acción Marítima (BAM), diseñados y construidos por Navantia para la Armada Española, están mostrando una excelente capacidad de respuesta que respaldaría su demanda por Armadas de cualquier país.
Navíos polivalentes, responden en misiones tanto militares como civiles (cooperación en tareas de salvamento, lucha contra la contaminación, evacuación y ayuda humanitaria), conjugan las altas prestaciones con costes de adquisición y mantenimiento reducidos, cuando se trata de misiones del ámbito civil o misiones de seguridad marítima y de protección de las zonas de interés económico.
Los BAM de la Armada española en acción
El éxito de estos buques está avalado por el hecho de que las cuatro unidades entregadas a la Armada Española y en servicio desde 2011, ya cuentan con un amplio historial de operaciones tanto nacionales como internacionales, en las que ha demostrado su enorme versatilidad operativa.
Solo por citar algunas de las operaciones, en septiembre de 2012, el BAM “Meteoro”, primera de las unidades de la serie, interceptó 2 veleros en alta mar con más de 500 kg. de cocaína, procedentes de Sudamérica. En marzo de 2013, el BAM “Tornado”, la cuarta unidad, dio alcance al barco con el mayor alijo de droga de 2013 en las costas de Cabo Verde. Desde agosto a diciembre de 2012 el BAM “Relámpago”, en servicio desde febrero de 2012, ha participado en la operación “Atalanta”, de lucha contra la piratería en el océano Indico, con el objetivo de proteger el tráfico mercante y pesqueros en las aguas del golfo de Adén y Somalia. Durante esta operación también participó en unos ejercicios navales en el golfo Pérsico, haciendo escalas en Catar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Tras la finalización de su misión en la operación “Atalanta”, su siguiente destino han sido las actividades de colaboración por África (Mozambique, Sudáfrica, Namibia, Angola, Camerún y Nigeria), donde ha contribuido a mejorar la seguridad marítima, patrullando las aguas del golfo de Guinea y controlando el tráfico ilegal de personas y el contrabando. La operación más destacada dentro de esta misión ha sido el rescate y remolque del velero “Le Poulais” a la deriva en Cabo Verde, salvando a 4 tripulantes.
El BAM “Rayo”, en servicio desde mayo de 2012, tomó el relevo del “Relámpago” en la operación Atalanta, en febrero del presente año, hasta mayo, fecha en la que se ha desplegado en los países de África Occidental y Golfo de Guinea para contribuir, al igual que su gemelo a la seguridad marítima de la zona. Durante la operación Atalanta ha escoltado buques del Programa Mundial de Alimentos, y ha asistido al buque mercante “Royal Grace” tras su liberación de los piratas.Es de destacar que esta operación ha podido llevarse a cabo con éxito, solamente con 85 personas a bordo: la tripulación, Infantería de Marina y la Unidad Aérea de apoyo al helicóptero AB-212.
El BAM “Rayo” también ha colaborado con la operación de lucha contra el terrorismo de la OTAN “Active Endeavour”, y ha llevado a cabo, durante su estancia en Yibuti, unas jornadas de apoyo al entrenamiento para miembros de la Marina y del Servicio de Guardacostas de este país. Las jornadas han consistido en entrenamientos en operaciones de abordaje, en manejo y empleo de equipos respiratorios y motobombas portátiles para extinción de incendios a bordo, así como lo relacionado con las operaciones de lucha contra la piratería.
Toda esta experiencia acumulada en tan diversas operaciones avala el diseño de este buque; desde la protección de la zona económica exclusiva, vigilancia naval o aérea y ejercicio de la soberanía nacional, hasta colaboración con la policía marítima en protección civil, lucha contra contaminación marina, investigación científica o conservación del patrimonio submarino, el buque ha demostrado toda su capacidad operativa.
Además, el BAM tiene un valor añadido más: la última versión del Sistema de Combate de Buques de la Armada (SCOMBA) y del Sistema Integrado del Control de Plataforma (SICP), que permite cumplir las misiones con una dotación reducida.