La Armada de la Federación rusa podrá volver a contar a partir de 2026 con uno de sus mayores buques, el crucero de clase Kirov “Almirante Nakhimov”, tras ser sometido a extensas reparaciones y modernización, e iniciar con gran retraso sus pruebas de mar.
El “Almirante Nakhimov” fue el tercer buque de la clase Kirov, o Proyecto 1144 “Orlan” según la designación rusa. Fue puesto en grada el 17 de mayo de 1983 en los Astilleros del Báltico, botado el 25 de abril de 1986 y entregado a la entonces Armada de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) el 30 de diciembre de 1988, con el nombre de “Kalinin”, que cambiaría al actual el 22 de abril de 1992, ya tras la disolución de URSS en 1991.
En 1997 se trasladó desde su base de Severomorsk a los astilleros de Sevmash para ser reparado y modernizado. El 14 de agosto de 1999, fue aceptado oficialmente para iniciar dichos trabajos, sin embargo, no se abordaron por falta de fondos, en la época de mayor crisis económica de la Rusia de Yeltsin, y sólo en septiembre de 2008 se acometió la necesaria tarea de descarga el combustible nuclear gastado.
No obstante, en 2012 se completó el proyecto técnico para la modernización del “Almirante Nakhimov” en el marco del referido Proyecto 11442M. El 13 de junio de 2013, Sevmash firmó un contrato con el Ministerio de Defensa ruso por valor de 50.000 millones de rublos para la reparación y modernización del crucero, con un plazo contractual para su regreso a la flota en 2018. El 24 de octubre de 2014, el crucero fue introducido en el dique seco de Sevmash, tras lo cual comenzaron los trabajos de modernización propiamente dichos. Volvió al agua en agosto de 2020, para, ya a flote, completar los trabajos, ya atracado en los muelles.
El crucero “Almirante Nakhimov” en el astillero de Sevmash, durante su proceso de modernización. (foto Sevmash)
Entre las mejoras destacan, según las últimas noticias de fuentes rusas no oficiales, la incorporación de misiles hipersónicos Zircon, misiles de crucero Kalibr y la versión naval del sistema antiaérea S-400, junto con sensores y sistemas de guerra electrónica de última generación.
Aunque en 2022 el citado astillero ruso comunicó que lo entregaría a la Armada rusa a finales de aquel mismo año, como recogió defensa.com, su reincorporación ahora se proyecta para 2026. A pesar de ello, el viceministro de Defensa ruso, Alexsey Krivoruchko, calificó al buque como “el más poderoso” de la flota.
Sobre la posibilidad de desplegar el crucero en el conflictivo mar Negro, varios factores sugieren que no sería una prioridad estratégica. Dicho mar interior es una región limitada geográficamente, lo que hace que buques grandes como el “Almirante Nakhimov”, sean vulnerables a amenazas aéreas, marítimas y submarinas (tripuladas y no tripuladas) de los ucranianos, hecho que ya se ha demostrado en varias ocasiones, como en el hundimiento del crucero ruso “Moskva” en abril de 2022.
Además, Rusia ya dispone de plataformas más ágiles y efectivas para operar en esta zona relativamente confinada, como fragatas, patrulleros, submarinos, aviones y sistemas de misiles balísticos. (Julio Maíz)