Durante la feria Army 24, que tuvo lugar hace un par de semanas cerca de Moscú, hemos sido partícipes de primera mano del hecho que la amenaza de drones se ha consolidado, atacando instalaciones militares y otros emplazamientos de alto valor.
Hasta la fecha, y llevo ya varios años consecutivos asistiendo a esa importante muestra de armamento militar, no había percibido que se hubiesen desplegado dispositivos antidrón importantes en un lugar visitado por el Ministro de Defensa, por Vladimir Putin algunos años, y por miles de visitantes profesionales llegados de todo tipo de países del mundo.
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Binomios de militares se movían por la zona con dispositivos electrónicos antidrón y escopetas semiautomáticas del calibre 12 con un largo cañón y visor. (Octavio Díez Cámara)
Lo primero que pude ver, en la mediana de la autopista que permite acceder al recinto de esta importante feria militar de Rusia, fue un puesto de tiro antiaéreo Pantsir situado sobre un camión 8x8 que se había cubierto parcialmente con una red mimética para disimular su localización. Incorpora dos potentes cañones de 30 milímetros que son capaces de abrir fuego a un ritmo unitario de 2.500 disparos por minuto, siendo su alcance efectivo contra objetos en vuelo de algo más de 3 kilómetros; el montaje, que lleva radares de localización aérea y de seguimiento, también cuenta con poderosos misiles con los que, en un contexto de trabajo antidrón, abatir blancos en un rango de unos 20 km.
Con ambas armas desplegadas por Rusia en el Pantsir móvil se lograba una buena cobertura de todo el emplazamiento donde se desarrollaba la muestra y, seguramente, el lanzador que vimos estaría complementado con otro u otros situados en lugares fuera del campo de visión de los visitantes.
Sí vimos a numerosos militares llevando con ellos dispositivos personales antidrón, un despliegue que en menor cantidad ya habíamos detectado el año pasado. Ahora, se mueven en binomios portando diferentes equipos que estarían destinados a interrumpir el enlace de guía del dron o a generar impulsos con los que tomar su control; en algunos casos, uno de los componentes del binomio llevaba una contundente escopeta semiautomática del calibre 12 con largo cañón y visor de puntería optrónico que es útil para acabar con pequeños artefactos dentro del despliegue antidrón.
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Pude ver, en diferentes lugares, camiones 6x6 que incluían en su zona de transporte una pieza bitubo antiaérea de 23mm de gran capacidad de fuego y contundencia. (Octavio Díez Cámara)
Pudimos observar y fotografiar más elementos del dispositivo. Se desplegaban, incluso en el parking de los vehículos de los visitantes, camiones todo terreno en configuración 6x6 en los que se había situado en su zona de transporte un montaje bitubo ZSU-23-2 de 23mm clásico. Dispara cartuchos de 23x154mm que se almacenan en sendas cajas metálicas y que brindan al conjunto una elevada cadencia de fuego y alta posibilidad de neutralización en un radio de unos 2 km.
Rusia desplegó un dispositivo contundente y eficaz que seguramente cubrió su cometido porque no hemos sabido de que activasen la amenaza antidrón ante la presencia de posibles objetivos. Seguramente, el despliegue que vimos, y tomando en cuenta lo mediático que hubiese sido una incursión real ucraniana en ese recinto lleno de armas, sistemas y personas, incluiría capacidades de más alto nivel gestionando la vigilancia de largo radio de acción con elementos cercanos al lugar. (Octavio Díez Cámara)
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Militares vigilaban diferentes puntos provistos de prismáticos y de emisores portátiles capaces de neutralizar a pequeños drones que se acercasen al recinto ferial de Army 24. (Octavio Díez Cámara)
