El General del Aire Rodolfo Pereyra, Jefe del Estado Mayor de la Defensa uruguayo, expresó de forma directa durante el discurso de conmemoración de un nuevo aniversario de la institución la disconformidad de las Fuerzas Armadas de Uruguay con la actual situación e, indirectamente, con la conducción política de las mismas.
Su alocución estuvo basada en tres ejes: la carrera militar en sí, la captación de vocaciones a futuro (en un momento récord de pedidos de pases a retiro voluntario) y la obsolescencia en materia de equipamiento bélico (“necesidad de cazas, no aviones de carga" y conceptos similares).
Las palabras, de amplia recepcion en el ámbito militar, molestaron visiblemente al presidente Luis Lacalle Pou, al controvertido ministro de Defensa, Javier García, y a otras figuras políticas, que no saludaron a Pereyra. Minutos después, el jerarca fue conminado por sus superiores a aclarar sus conceptos en privado, ratificando lo expresado.
Las Fuerzas Armadas uruguayas, en especial la Fuerza Aérea, están atravesando su peor situación material en los últimos 80 años, sin un horizonte claro ni liderazgo definido a la vista. (Javier Bonilla)