El Pentágono afirma que la Armada china es ahora la mayor fuerza naval del mundo, con sus 350 buques militares y submarinos, en comparación con los “sólo” 293 de la US Navy (Marina estadounidense). Así lo expuso en el último informe sobre la capacidad militar de China presentado recientemente al Congreso de los Estados Unidos.
La impresionante capacidad de construir navíos militares del gigante asiático, y los ingentes recursos empleados, están dando su fruto, siendo la ya oficialmente denominada Armada del Ejército de Liberación Popular (ELP) la mayor del mundo en número de navíos militares, aunque de facto es la segunda tras la poderosa US Navy.
La clave está en el tonelaje que desplazan los citados navíos de superficie y submarinos en total, que es la tradicional forma de medir las capacidades navales, al menos en términos cuantitativos. Así la US Navy, sobre todo gracias a sus 11 grandes portaaviones nucleares, sigue estando claramente en cabeza en este parámetro. Eso sin contar con factores fundamentales como los tecnológicos y de creación de doctrina, en los que los norteamericanos, a pesar de los enormes avances chinos, siguen estando ampliamente por delante.
EL crecimiento chino era puesto de manifiesto por otros aliados de la OTAN, como es Francia, que tiene también una poderosa fuerza naval. Así, durante una audiencia parlamentaria en 2018, el almirante Christophe Prazuck, que hasta el pasado 31 de agosto fue el Jefe de Estado Mayor de la Marine Nationale (Armada francesa), indicó que Pekín había construido el equivalente de la toda la flota bajo su mando en los cuatro años anteriores. Además advirtió que el proceso aún no había terminado.
China es muy consciente que para mantener e incrementar su rango de potencia global necesita potenciar al máximo la rama naval de su ELP, creada en 1949 pero que hasta 1988 no fue una fuerza plenamente independiente. Así, China no pierde el tiempo, hace 10 años no tenía ningún portaaviones, ahora tiene dos, el “Lioaning” (en servicio en 2011) y el más grande “Shandong” (botado en 2017 y puesto en servicio en 2019). Aunque estos navíos están equipados para sus operaciones aéreas con un sistema clásico de rampa y cables de parada para los despegues y recuperación de los aviones que llevan a bordo, configuración conocida internacionalmente como Short Take-Off But Arrested Recovery (STOBAR). Esta fórmula les hace muy inferiores a los citados de la US Navy, y el francés “Charles de Gaulle”, que además de tener propulsión nuclear, están dotados de catapultas o Catapult Assisted Take-Off But Arrested Recovery (CATOBAR), lo que permite a las aeronaves de ala fija que operan desde éstos, llevar más combustible y/o municiones.
Pekín está construyendo otros portaviones, incluido el que será el tercero, de la flota del ELP, que tendrá dicha configuración CATOBAR, según los rumores chinos, tendría también propulsión nuclear. Además, estaría equipado con catapultas de última generación de tipo electromagnético o Electromagnetic Aircraft Launch System (EMALS), que hasta la fecha sólo lleva el último portaaviones de la US Navy, el cabeza de su nueva clase, el USS “Gerald R. Ford. (CVN-78), y que todos sus “hermanos” llevaran.
Claramente, como en los otros buques como los de asalto anfibio 075D o los destructores de última generación tipo 055, el trabajo en este portaaviones está progresando bastante rápido. De hecho, el diario Global Times informa, que es probable que el nuevo portaaviones sea botado a finales de 2020 a pesar de la pandemia, o en el peor de los casos a principios del año próximo. (Julio Maíz Sanz).
Fotografía: Imagen digital del que será el tercer portaaviones chino, durante el acto de entrega a la Armada del Ejército Popular de Liberación.