Aunque la información todavía no es oficial, todo apunta que la Agrupación Aérea Presidencial dejaría de existir. El gobierno de Mauricio Macri habría decidido dar de baja a los problemáticos aviones y helicópteros que tienen por misión transportar al primer mandatario. Así, el presidente usaría vuelos comerciales, como hizo para viajar a la Cumbre de Davos, hasta donde llegó en Air France y alquilando jets privados, recurso que también fue normal en el gobierno de Cristina Kirchner ,cuando las máquinas de la flota estaban fuera de servicio.
La falta de tripulaciones habilitadas para el TANGO O1, el emblemático Boeing 757, cuyos pilotos militares no pudieron renovar sus licencias ni hacer simulador en los EEUU al no haberlo autorizado los funcionarios kirchneristas, dejaron a esta máquina fuera de juego. Además se acerca una revisión mayor que costaría una veintena de millones de dólares, incluyendo una actualización importante con winglets y tanques que aumentarían su radio de acción. Se especula, asimismo, con su traspaso a la Fuerza Aérea, pero cualquier transformación a carguero costaría mucho y la fuerza carece de los medios financieros para ello. Desde hace muchos años se habla de su posible venta, difícil, puesto que es una aeronave sencilla, distante del lujo árabe o empresarial habitual y su uso aerocomercial es imposible por lo costoso de la transformación y certificaciones. En resumen nadie sabe qué hacer hoy con él, pese a que es un avión bastante nuevo y al que le quedan muchos ciclos por cumplir.
Distinto es el caso de los veteranos Fokker F-28, maquinas costosas de mantener y con difícil obtención de repuestos, la misma Fuerza Aérea Argentina ya los está radiando del servicio e inevitablemente terminarán o en un museo o en chatarra. El otro jet presidencial, un Boeing 737-500 ex Aerolíneas fue utilizado para transporte de funcionarios y ministros. Sigue perteneciendo a Aerolíneas Argentinas, que paga su leasing a la firma GECAS y más tarde o temprano volverá a su leasor. Tampoco se le quiere, al no pertenecer al inventario público. Solo quedó el LEARJET 60, plenamente operativo y que Macri utilizo varias veces en las últimas semanas, pertenece a la FAA, aunque siempre lo uso presidencia. Está plenamente operativo tras pasar una revisión mayor recientemente.
En cuanto a los helicópteros, los dos Sikorsky S-76, usados hasta el hartazgo por Cristina, también requieren sustitución. No pasa lo mismo con el Sikorsky S-70 Blackhawk, que fuera usado por Macri para visitar en Uruguay al presidente Tabaré Vásquez y que tiene aún un largo recorrido operativo. Más allá de los rumores –intencionados o no- que nos marcan la posible contratación de jets privados de una empresa cuya propiedad es de la familia Macri, habrá definiciones en las próximas semanas. Lo que sí parece es que la Agrupación Aérea Presidencial, con su centenar y medio de integrantes, dejara de existir. Una nueva época llega a estos lares. (Luis Piñeiro)
Fotografía: El Boeing 757 que compró Menem: un avión de 54 metros de largo y un alcance de 6300 kilómetros.