En los choques que tuvieron lugar en el Sahara, en 1957 y 1958, entre el Ejército español y los irregulares marroquíes del llamado “Ejército Nacional de Liberación”. El ataque contra Ifni fue simultáneo al llevado a cabo contra el Sáhara Occidental, entonces también administrado por Madrid, y en este último escenario se registró una episódica alianza hispano-francesa que habría de ser conocida como “Operación Ecouvillon “ Sobre ella trata el reportaje que ahora les ofrecemos:
Las operaciones conjuntas llevadas a cabo contra los irregulares marroquíes, en el Sáhara, por las fuerzas hispano-francesas, tomaron el nombre de Ecouvillon. Fueron programadas después de unas entrevistas celebradas en Villa Cisneros entre el general español Gómez de Zamolloa y su colega francés Burgund y desarrolladas días después por los dos Estados Mayores en Dakar y en Las Palmeras.
Un funcionamiento verdaderamente eficiente de los servicios de información franceses llegó a determinar con gran exactitud la localización de las fuerzas enemigas. En Sequiet el Hamra se encontraba el grupo más importante bajo el mando de un argelino, Si Salah, que contaba con importantes reservas de munición y armamento situados en depósitos subterráneos que, gracias a los informes fueron destruidos por la Aviación española. Otro grupo de combatientes estaba más al este, entre Sidi El Hamco El Laaroussi y Randat El Hach. Cerca de la frontera de Mauritania se hallaban diversos grupos de la tribu saharaui de los Reguibat o Erquibat, hoy principal bastión del Frente Polisario, pero entonces partidarios de la unión con Marruecos. Más al sur, en Río de Oro, había otros dos núcleos guerrilleros que extendían su acción hasta las cercanías de La Güera, en el extremo meridional del Sáhara español.
Foto: Fuerzas del Regimiento de Infantería “Guadalajara “nº 20 son revistadas, en el puerto de Valencia, a su regreso del Sáhara.
En la operación intervinieron buena parte de las fuerzas francesas del África Occidental Francesa (AOF), un conjunto de 10.000 hombres enteramente motorizados, a los que se agregaron los servicios de intendencia y sanidad. Contaban, además, con la colaboración de unas cuantas tribus del desierto que fueron llamadas por el gobernador francés de Mauritania para que luchasen con grupos que habían considerado secularmente sus enemigos. El conjunto de vehículos galos —que equipaban también a los españoles— era de 630 y el número de aviones directamente implicados en la operación de 70, a los que eventualmente se agregaron otros situados en Argelia hasta en Marruecos y, por supuesto, la Fuerza Aérea española.
CAMPAÑA LIMITADA
Según los acuerdos concluidos entre los Gobiernos francés y español, la intervención francesa —que iba a tener lugar por completo en territorio bajo administración española—, no podría traspasar en ningún momento la frontera con Marruecos, en lo que respecta al Norte, y en cuanto al Oeste el límite se fijó en el meridiano de Smara. Igualmente se puso un límite temporal de quince días para concluir las operaciones. Se estipuló también el llevarlas en el mayor secreto, lo que no era difícil en el caso español pero si bastante árduo para Francia.
En lo esencial, la operación Ecouvillon consistía en la convergencia de dos columnas españolas, partidas de Cabo Juby y El Aaiún, con las fuerzas francesas que progresaban desde Bir Mogrhein, entonces llamado Fort Trinquiet, y otras salidas desde Fort Gouraud y Port Ettienne que convergerían con la columna española que progresaba hacia el sur, desde Villa Cisneros.
La operación, que constituiría un éxito absoluto, se limitó a los quince días establecidos, dividiéndose en dos etapas. La primera tuvo lugar del 10 al 19 de febrero de 1958, desarrollándose enteramente en Sequiet el Hamra. El Ejército francés atacó directamente el cuartel general de los nacionalistas marroquíes, situado en Sidi Ahmed Laarosi, consiguiendo destruirlo después de fuertes combates de infantería ayudada por un lanzamiento de paracaidistas y con el concurso de una sección de armas pesadas. El jefe de los combatientes marroquíes, El Hachem, logró escapar pero las pérdidas fueron cuantiosas, comprendiendo gran cantidad de municiones, víveres y gasolina, por toneladas, y el material sanitario, así como el de comunicaciones. Inmediatamente se produjo la unión con las fuerzas españolas que a su vez habían recogido un cuantioso botín.
A partir de ese momento, las unidades francesas llegadas a Sequiet el Hamra se dividieron en dos grupos: uno que se unió a la Legión española para proceder a la limpieza del territorio y otro que volvió hacia el Este, y que en Raduat el Hach conseguiría hacer en una sola noche una pista de aviación, lo que impactó a los grupos saharauis promarroquies que acabaron abandonando la lucha. Los españoles reocuparon Smara.
La segunda fase de Ecouvillon abarcó tan sólo cuatro días, del 20 al 24 de febrero y supuso una ayuda a las fuerzas españolas en la recuperación de los puestos de Bir Nzara Aoucert. Todo se limitó a algunas escaramuzas y a la persecución del enemigo en franca dispersión que estuvo a punto de ser absolutamente cercado y aniquilado. Según el periodista italiano Atilio Gaudio, las tribus saharauis Requibat acusaron al gobierno marroquí de haberlos abandonado, igual que a todo el Ejército Nacional de Liberación.
RAZONES POLÍTICAS
El ataque al Sáhara, simultáneo al desencadenado contra Ifni, tuvo lugar en sus tres secciones de Takna o Cabo Juby, Sequiet el-Hamra y Río de Oro, aunque por razones logísticas y por contar con la colaboración de varios grupos étnicos, las principales incursiones se desarrollaron en la dos secciones primeramente citadas. En las cercanías de Smara, en Al Uara, cayó en una emboscada una compañía de la Legión, siendo prácticamente aniquilada.
El frente del Sáhara, territorio con una extensión como la mitad de España, fue más difícil de controlar que el de Ifni, a pesar de que la envergadura de la presión militar sobre él fue mucho menor.
Como Francia acababa de sufrir hacia poco los ataques del Ejército Nacional de Liberación y en aquellos momentos, además, se tenía que enfrentar a la rebelión argelina, con la que colaboraban los marroquíes, aprovechó los ataques a los territorios bajo control español para debilitar las fuerzas atacantes y, de paso, asegurar una de las fronteras más vulnerables y desguarnecidas de Argelia. Por otro lado, el gobierno de Paris ya tenía previsiones políticas en cuanto a la creación de un estado Sudsahariano en la actual Mauritania, por lo que no deseaba la existencia de un foco de inestabilidad en sus fronteras.
Foto: Embarque de tropas del Rgto. Guadalajara nº 20 con destino al Sáhara, en Canarias. Los soldados proceden de la Península.
Por todos estos motivos, se inició una estrecha y fructífera actuación militar hispano-francesa, en la zona del Sáhara, lográndose, como resultado de ella, desalojar a los rebeldes. Un afortunado ataque de la aviación española consiguió anular el principal depósito de abastecimientos que los insurgentes tenían resguardado en un barranco, con lo que la capacidad de maniobra en un territorio desértico y alejado de las bases marroquíes se redujo al mínimo. Francia también facilitó al Ejército de Tierra español material rodado para la guerra en el desierto, con el que se crearon unidades móviles de la Legión que patrullaron constantemente el desierto, impidiéndole al enemigo recuperarse.
La colaboración militar hispano-francesa fue muy eficaz, desapareciendo con ella las divergencias que existían entre los dos países aun no hacia tan sólo dos años y trastocando las alianzas y los papeles de amigos y enemigos..
(Fotos: Eduardo Guarner Mico)