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Miércoles, 4 de diciembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Las élites militares de El Salvador

La Fuerza Armada de El Salvador (FAES) ha implicado a su Grupo Hacha en la lucha contra las pandillas.  Conforman el núcleo de las Fuerzas Especiales de Reacción (FER), tres formaciones de 200 efectivos cada una especializadas en operaciones de alto impacto.  El gobierno salvadoreño ha implementado una serie de medidas extraordinarias, entre ellas lanzado el grueso del Ejército a las calles, con énfasis en la movilización de las fuerzas especiales, pero la situación está creando una crisis dentro de los cuadros militares.  Consideremos que, en realidad, la totalidad de unidades de élite militares no suman más de 3.000 elementos incluyendo dos “batallones” mecanizados del Regimiento de Caballería (equipos blindados), y aun movilizando a más de 10.000 efectivos, se sigue sin dar abasto, especialmente si no se ajustan los presupuestos para el incremento en el pie de fuerza, adiestramiento y equipamiento de los mismos.

Las FER forman el núcleo del Comando Trueno, tres pequeñas formaciones de elite establecidas para combatir las pandillas del MS-13 y M-18, que han sido reentrenadas con asistencia de los EEUU.  Se les atribuye a las FER el desmantelamiento de clicas pandilleras en los departamentos de La Paz y San Vicente.

El Comando de Fuerzas Especiales (CFE)  lo integran tres formaciones:  El batallón de Paracaidistas, el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), y el Comando Especial Anti-Terrorista (CEAT).  Las otras élites militares salvadoreñas incluyen la compañía de Comandos de Montaña, del Destacamento Militar 4 de Morazán (200 efectivos) y la Compañía reforzada (200 efectivos y denominada batallón) de Infantería de Marina, de la Fuerza Naval.  Con la experiencia ganada en Irak y gracias a la presencia y presión de los EEUU, poco a poco se le ha entregado la calificación de élite a los equipos móviles del Regimiento de Caballería.

El Comando Hacha

Es, en realidad, una evolución de las Patrullas de Reconocimiento de Alcance Largo (PRAL), establecidas entre 1982 y 1983.  Los comandos Hacha y PRAL atienden un adiestramiento básico de catorce semanas de duración, impartido por instructores militares salvadoreños.  Las PRAL nacerían con la necesidad de llevarle la lucha a la guerrilla en la década de los 80.  Estos serían primeramente entrenados y acantonados con el Regimiento de Caballería, la única unidad motorizada/mecanizada salvadoreña.  A la falta de helicópteros en esos días, las dos PRAL existentes fueron enviadas en camiones o transportes blindados a la orilla de la zona de operaciones, para luego caminar hasta el objetivo.  Las PRAL no tenían una tarea específica de combate, su misión era de reconocimiento sigiloso e infiltración a profundidad para dar con la ubicación de los campamentos guerrilleros.  Los Hacha utilizaban las mismas técnicas de la PRAL, pero con la misión de sacar la ventaja  del factor  sorpresa en el ataque, explotando al máximo cualquier debilidad del enemigo.  Operacionalmente, las PRAL se dividen en equipos de seis efectivos, mientras que los H se dividen en 3 equipos de 20 efectivos cada uno.

Entre 1982 y 1983, se consolidan dentro de la Fuerza Aérea Salvadoreña (FAS) las dos existentes PRAL dentro de una compañía, una compañía Hacha había sido consolidada a principios del 83 (dos formaciones) y el 11 de diciembre de 1983 se estableció con ambas compañías el Grupo de Operaciones Especiales (GOE). 

Los paracaidistas 

Nacen en 1962, cuando el primer grupo de oficiales salvadoreños viajó a los Estados Unidos a hacer un curso de paracaidismo, en julio de 1963 se crea la 1ª Compañía de Paracaidistas, conformada por seis oficiales y 121 paracas.  Esta se convierte en Escuadrón en 1965, aumentando su pie de fuerza a 165 hombres.  Se menciona también en algunos círculos que una 1ª y una 2ª compañías de FE salvadoreñas fueron entrenadas por equipos móviles de EEUU (US Special Forces Mobile Training Teams) en 1967, unidades de infantería ligera destacadas en el Cuartel de San Vicente.  Estas dos unidades, reforzadas por elementos de la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda, formarían el Batallón de Fuerza Especial durante la guerra con Honduras de 1969.  En 1974 se conforma el 2º Escuadrón de Paracaidistas, estableciéndose así el Batallón.  Para 1983 este se consolida con cuatro escuadrones y  en1988 la FAS se reorganiza, quedando la Base Aérea de Ilopango integrada por el Grupo de Transporte, Grupo de Helicópteros, Grupo MAC, Batallón de Paracaidistas (con 8 escuadrones), Primer GOE (dos Hacha y dos PRAL) y Batallón de Seguridad de la Base (4 compañías).  La Base Aérea de Comalapa se conformaría con el Grupo Caza y Bombardeo, Grupo MAC y Batallón de Seguridad de la Base (4 compañías).

El Comando Especial Anti-Terrorista (CEAT) “Cap. Inf. José Alfonso Chávez García”, por su parte, nace en diciembre de 1985 dentro de las filas de lo que era entonces la Policía de Hacienda, parte de los Cuerpos de Seguridad Pública (CUSEP) bajo mando militar.  El 26 de junio de 1983 se establece el Batallón de Infantería Contrainsurgente Cuervo, dentro de la PH, que se convierte en el Batallón de Infantería Anti Terrorista (BIAT) Libertadores a finales de 1985.  Este batallón, con 580 efectivos,  funcionaba bajo las órdenes del EMCFA.  Ese mismo año, en diciembre, con efectivos del BIAT, se procede a la organización del Comando Especial Antiterrorista “CEAT”, con 75 efectivos adiestrados en la especialidad de desalojo de edificios y bajo el mando del Cap. Inf. José Alfonso Chávez García.  Cabe destacar que, dentro de los CUSEP, la Policía Nacional crearía el ERE (Equipo de Reacción Especial) en 1985, mientras que la Guardia Nacional establecía la COPARU (Compañía de Operaciones Antiterroristas para Áreas Rurales y Urbanas).  Ambas desaparecerían en 1992.

La firma de los Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992 trae cambios significativos a la FAES, retirándolas oficialmente de las operaciones de seguridad interna. El Plan de Reorganización de la Fuerza Armada se cumplió con la desmovilización de los Batallones de Infantería de Reacción Inmediata (BIRI) “Atlacatl”, “Gral. Ramón Belloso” y “Gral. Eusebio Bracamonte” en 1992; el “Gral. Manuel José Arce” y el “Atonal” en 1993; y también con los Batallones de Infantería Antiterrorista, BIAT, de todas las unidades militares.  Desaparecieron los CUSEP, con la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda en 1992, y la Policía Nacional a finales del 94.  La Naval vio la reducción de su Batallón de Infantería de Marina a tan solo una Compañía de IM, y la reducción de los Comandos Navales de batallón a compañía adjunta al GOE. 

El 6 de febrero de 1993, la Agrupación de Fuerzas Especiales (Batallón de Paracaidistas, y el GOE), absorbe el Comando de Especial Anti-Terrorista (CEAT), y deja de pertenecer a la orgánica de la FAS, pasando a formar la Agrupación de Salto y Reconocimiento bajo el Estado Mayor Conjunto (EMCFA).  En 1994 se crearon los Estados Mayores Generales de la Fuerza Aérea Salvadoreña (EMGFAS) y de la Fuerza Naval. (EMGFN), y se establece el Comando de Fuerzas Especiales (CFE), dependiente del EMCFA.  Es así como la Compañía de Comandos Navales, antes de la Fuerza Naval, pasa a encuadrar el GOE.  En 1994, la FAS se reestructura una vez más, pasando el Grupo de Seguridad de base bajo el EMGFAS.

La compañía de Comandos de Montaña se establece en el Destacamento Militar Nº 4 “Cuna de los Comandos”, en San Francisco Gotera, departamento de Morazán.  Su linaje se traza a las muchas unidades especializadas establecidas en el teatro de operaciones occidental durante el conflicto armado.  Los elementos de montaña atienden un curso de 2 meses de duración que incluye adiestramiento en operaciones anfibias, operaciones aeromóviles, alpinismo militar, pruebas de confianza, supervivencia, evacuación, resistencia, técnicas de escape, primeros auxilios, lectura de cartas, y otros.

El Regimiento de Caballería formaría hasta tres batallones mecanizados (64 Cashuat), junto con un escuadrón blindado (AML y UR416) entre 1985 y 1989.  En los años 90 se reduciría a un solo batallón mecanizado y un batallón antitanque, pasando otra vez a dos “batallones” mecanizados a la llegada de los M1151.

Son estos efectivos los que refuerzan las fuerzas de Intervención y Recuperación Territorial (FIRT), y Especiales (FES), además de las FER.  Sin embargo, en el escenario actual, parecería más acertado que, en su lugar, debía expandirse la Brigada Especial de Seguridad Militar a un Cuerpo, propiamente equipado y entrenado, para reforzar a la Policía Nacional Civil (PNC),  con capacidad de operar con la Fiscalía, Hacienda y otras entidades civiles.  La BESM actualmente comprende dos batallones de Policía Militar y dos de Guardias Guarda Fronteras.  Aunque la base de la BESM despliega patrullas de seguridad en su zona correspondiente, y sus dos batallones guardafronteras sirven de núcleo para el Comando Sumpul, la misión principal de la PM se limita a la custodia de instalaciones y puntos estratégicos.  Sin embargo, tanto la Presidencia como el Ministerio de Defensa/Estado Mayor Conjunto tienen su propio Batallón de Seguridad.

Hay que recordar que unidades puramente militares han probado ser pobres substitutos de las entidades propias del establecimiento de ley y orden.  (J. Montes, corresponsal de Grupo Edefa en Centro América)

Fotografías:
·Comandos PRAL con RPG7 y M4A1 (J.Montes)
·Mecanizados con un Instalaza (J.Montes)
·Comandos CEAT (J.Montes)
·Infanteria de Marina de la FT  Tridente del Grupo Conjunto Cuscatlan (J.Montes)
·Policia Militar (J  montes)
·Paracaidista (J.Montes)

 


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