El HMCS Margaret Brooke de la Marina Canadiense en la Antártida chilena

La embajadora de Canadá en Chile, Karolina Guay, destacó la reciente visita al HMCS Margaret Brooke, buque de la Marina Real Canadiense que realiza un histórico viaje circunnavegando América del Sur, como un nuevo hito en la colaboración polar entre ambos países. El viaje, que incluyó una escala en la Isla Rey Jorge, en la Antártida, permitió a la diplomática acompañar al almirante Angus Topshee, comandante de la marina canadiense, junto a la agregada de Defensa de la Embajada, Chantal Desormeaux, y conocer de cerca el trabajo de la tripulación liderada por la comandante Terri Share.

El objetivo de la misión fue apoyar a un grupo de científicos canadienses que realizan investigaciones en el Polo Sur, en un esfuerzo por comprender y proteger los ecosistemas polares. Durante las 24 horas de estadía en el continente blanco, la delegación recorrió las instalaciones de la base chilena Presidente Eduardo Frei Montalva, sostuvo encuentros con el investigador principal del Instituto Antártico Chileno (INACH) y dialogó con los jefes de las bases Naval y Aérea chilenas. El itinerario incluyó, además, la observación de la fauna local, como pingüinos y focas, que simbolizan la riqueza natural que ambas naciones buscan preservar.

“Este viaje es otro testimonio de la sólida relación entre Chile y Canadá, y marca una nueva etapa en nuestra colaboración polar, con beneficios mutuos en ciencia y defensa del medioambiente”, afirmó Guay. La embajadora expresó su admiración por el compromiso de los marinos y científicos canadienses, quienes operan lejos de sus familias, así como por el apoyo logístico brindado por la Armada y la Fuerza Aérea de Chile, junto al Ministerio de Defensa, para hacer posible esta misión.

La cooperación entre Santiago y Ottawa en la Antártica no es un hecho aislado. Desde hace décadas, ambos países han compartido intereses estratégicos en la región, incluyendo investigaciones científicas conjuntas y el intercambio de experiencias en la gestión de bases polares. Canadá, con su experiencia en ecosistemas árticos, y Chile, como puerta de entrada al continente antártico, han encontrado en esta alianza una plataforma para abordar desafíos globales como el cambio climático. La visita al HMCS Margaret Brooke refuerza este vínculo, proyectando nuevas oportunidades de trabajo conjunto en un escenario clave para la seguridad ambiental del planeta.

El poder del HMCS Margaret Brooke: Un patrullero canadiense listo para el Ártico y la Antártica

Construido por Irving Shipbuilding en Halifax, el HMCS Margaret Brooke tiene una eslora de 103,6 metros y un desplazamiento de 6.615 toneladas. Su casco reforzado, clasificado como Polar Class 5, le permite romper hielo de hasta un metro de espesor, garantizando operatividad en condiciones extremas como las del Ártico y la Antártida. Equipado con un cañón BAE Mk 38 de 25 mm y dos ametralladoras M2 Browning, el buque ofrece capacidad de autodefensa, mientras que su autonomía de 6.800 millas náuticas y una velocidad máxima de 17 nudos aseguran despliegues prolongados. Su dotación estándar es de 65 tripulantes, con capacidad para alojar hasta 87 personas, incluyendo científicos o personal adicional.

Un elemento distintivo del Margaret Brooke es su hangar y cubierta de vuelo, diseñados para operar el helicóptero Sikorsky CH-148 Cyclone, un activo esencial de la RCN. Este helicóptero, con un peso máximo al despegue de 13,4 toneladas, está equipado con sistemas de guerra antisubmarina, sensores electroópticos y radar de búsqueda AESA. Con una velocidad máxima de 254 km/h y un alcance de 740 km, el CH-148 amplifica las capacidades de vigilancia y respuesta del buque, permitiendo misiones de reconocimiento, búsqueda y rescate, y apoyo logístico en entornos remotos. (Luis Andrés Lautaro)