Para esta primavera está en principio programada la puesta a flote del S81 Isaac Peral que, si no hay contratiempos, entraría en servicio activo en 2023 y sería el primero de una serie programada de cuatro modernísimos submarinos que podría ampliarse en dos adicionales. Hace un tiempo supimos, a través del Portal de Tecnología e Innovación del Ministerio de Defensa, que la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) iniciaba la fase I del Programa BARRACUDA (emBARcaciones submaRinas Autónomas y Controladas por Umbilical para DefensA).
Busca involucrar al tejido tecnológico nacional para promover soluciones técnicas que permitan obtener vehículos no tripulados de ámbito naval. La fase I evalúa capacidades ofrecidas por los proveedores nacionales; la fase II desarrolla tecnologías necesarias para cubrir las necesidades de la Armada y la fase III evalúa las capacidades desarrolladas en un entorno relevante de pruebas.
Dentro de esa búsqueda, a la que parece ser se han presentado conceptos de pequeño tamaño y capacidades limitadas, se pretende obtener sistemas capaces de llevar a cabo las siguientes misiones operativas: Inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR); detección, identificación y neutralización de artefactos explosivos; cometidos REA (Rapid Environmental Assessment) y otras actividades de intervención subacuática, como las de salvamento y rescate o las hidrográficas.
En esa línea de trabajo hemos sabido que se pretende obtener pronto un sistema UUV (Unmmaned Underwater Vehicle) con el que dotar a los submarinos S80 Plus y proveerles de una capacidad sustancial para que amplíen su área de operaciones o puedan realizar acciones cerca de la costa sin exponerse a la amenaza del adversario. Dado que el diámetro de los tubos lanzatorpedos sólo podría ser usado para el lanzamiento de los más pequeños de su concepto, la idea podría ser incluir también, para así tener la posibilidad de emplear diferentes tipos, algún tipo de contenedor en cubierta para transportarlos y operar con ellos allá donde pueda requerirse su uso.
Las perspectivas operativas y el entorno más cercano a nuestras costas donde podrían operar, hacen que se requiera de un vehículo, o de una familia de ellos, que tengan un tamaño medio/grande. La idea sería que puedan mantenerse en patrulla durante un periodo de tiempo prolongado y que su impulsión sea eléctrica para mantener una velocidad de patrulla de unos 5 nudos.
Se optaría por un concepto dual, en el que parece que ya trabajan empresas como Navantia que tiene su propio proyecto de Investigación y Desarrollo, que contemplaría el vehículo y una serie de paquetes de sensores intercambiables; en todo caso, relevante sería que incorporen potentes capacidades de comunicaciones para enlaces de superficie, modem acústico para enlaces submarinos, sonar multibanda para detectar obstáculos o amenazas, y un paquete optrónico.
La Armada necesita ya un UUV moderno, capaz y eficaz, solución operativa que ya está en servicio en otras Armadas. El S80 Plus, en espera de que algún día pueda contar con los misiles de crucero Tomahawk para ser realmente un arma estratégica, tiene que una plataforma versátil y contar con los UUV le será de gran ayuda en el cumplimiento de sus cometidos. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía: Los S80 Plus comenzarán en un año sus pruebas de mar y en dos estarán operativos, por lo que ya es urgente programar la incorporación de los UUV que transportarán. (Navantia)
Varias son las soluciones técnicas occidentales en torno a estos vehículos autónomos submarinos, aunque en España se buscaría un sistema de desarrollo nacional.
Estados Unidos ha decidido dotar a su Marina con una amplia familia de sistemas autónomos que puedan apoyar en la realización de distintas actividades y misiones.