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Jueves, 21 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La Armada española del futuro se focalizará en grupos expedicionarios de acción litoral

Los futuros grupos expedicionarios de acción litoral incluirían dos BPE más compactos que los actuales, de unas 8.000 toneladas de desplazamiento. (Navantia)
Los futuros grupos expedicionarios de acción litoral incluirían dos BPE más compactos que los actuales, de unas 8.000 toneladas de desplazamiento. (Navantia)

La necesidad de afrontar nuevos retos que puedan presentarse en las próximas décadas ha llevado a la Armada española a planificar su futuro con nuevas construcciones, entre las que se incluirían las fragatas tipo F-110 o las Corbetas EPC, y a diseñar estructuras que a futuro podrían ser necesarias.

Para mediados de la próxima década, como apunta en un reciente artículo de Cuadernos de Pensamiento Naval el almirante general retirado Fernando García Sánchez, se apostaría por un periodo en el que se iniciarían los pasos para la evolución de las capacidades de la Armada y aprovechar las novedades tecnológicas en esa voluntad.

Surge, dentro de lo que sería deseable, la necesidad de apostar por recursos que permitan priorizar en la capacidad de acción litoral que permita ejercer el poder naval sobre tierra. Se requerirían 2 núcleos constituyendo sendos grupos expedicionarios, uno de ellos siempre en la máxima disponibilidad para afrontar cualquier crisis que se pueda presentar y otro adiestrándose de cara a conseguir su necesaria certificación para ello.

Cada Grupo, como apunta García Sánchez, debería estar configurado con una serie de capacidades complementarias suficientes como para dar respuesta a las amenazas previsibles.

Por ese motivo, estarían -según el análisis actual- conformados, incidiendo en su potencial de acción litoral, por dos buques principales tipo BPE, una nave de aprovisionamiento de combate y media docena de escoltas adaptados, gracias a su capacidad modular, a diferentes misiones y amenazas.

Se requerirían más buques de escolta si se quiere tener 2 grupos de acción litoral e integrar en cada uno media docena de ellos. (Navantia)

Sobre los dos primeros, que podrían definirse como buques de proyección estratégica focalizados en cometidos de la Armada en el litoral, apunta que deberían ser plataformas concebidas y operadas para combatir en red, y que sus cometidos podrían estar dirigidos desde centros de mando en tierra. Serían plataformas de unas 8.000 toneladas a plena carga y en su construcción se aprovecharían sinergias de equipos militares y civiles, ahondando en un menor coste de obtención y una más fácil evolución y sostenimiento futuro.

La Armada integraría en los buques líderes de esos grupos expedicionarios capacidades como las de lanzamiento de misiles estratégicos, la de operar con helicópteros para proyectar pequeños núcleos de tropas para Operaciones Especiales o acciones anfibias, y hasta la posibilidad de ser usados para el minado o la operación remota de vehículos submarinos o de superficie.

Para ahondar en esos grupos expedicionarios, se podría aprovechar la necesidad de renovar las actuales capacidades anfibias y escoger un navío modular con las capacidades señaladas -y con otras que se le añadirían- como reemplazo de los actuales tipo Galicia. La Armada ya ha hecho público que apostaría a futuro por buques anfibios con una cubierta de vuelo más amplia y con el necesario potencial de poderlos adaptar a diferentes contingencias y necesidades.

Buscar diseños innovadores, que seguramente surgirían de las fábricas de Navantia, es una realidad necesaria que ahondará tanto en capacidades militares como en industriales; el futuro de la fuerza naval española se está ya redactando y probablemente veremos operar a la Armada con una serie de buques de acción litoral que poco tienen que ver con los actualmente en uso. (Octavio Díez Cámara)

 


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